martes, 22 de octubre de 2013

¿TENEMOS PATRIA?



Edgardo Mondolfi

El Nacional

El reciente episodio que involucró la detención de la nave Teknik Perdana mientras llevaba a cabo labores de exploración petrolera en áreas submarinas de Venezuela por encargo de la vecina República Cooperativa de Guyana evidencia una lectura distinta del concepto de patria del cual tanto se jacta el gobierno. La Marina, como correctamente era de esperarse, activó un procedimiento de rutina en términos de vigilancia y defensa del espacio marítimo que, en este caso, puso al gobierno en apuros frente a sus protectores cubanos. Desde La Habana, el gobierno de Raúl Castro se apresuró a enviar señales de repudio a semejante acción y, como se ha hecho cargo de observarlo Marianella Salazar en su columna de la semana pasada en este mismo diario, al presidente, al parecer, no le quedó más remedio que expresar de alguna forma que aquello había sido una iniciativa inconsulta de los propios militares aunque, días más tarde, debió rectificar, felicitando a los marinos y gritando: ¡Así debe ser!, durante un acto celebrado en la meseta de Mamo.
Solo que esta vez, a la hora de reprender y ejercer la tutela, Cuba calculó mal sus pasos, algo que seguramente Fidel se habría cuidado de evitar a todo trance. Porque, en honor a la verdad y a la hora del manejo político, la sideral distancia que existe entre Raúl y Fidel pareciera ser la misma que se interpone entre Maduro y Chávez. En este sentido resulta difícil creer que Fidel, teniendo a Venezuela a la vista como la provincia energética más importante de la isla, incurriese en el grueso error de arremeter contra un asunto particularmente sensible a los venezolanos como lo ha sido el histórico reclamo territorial ante Guyana. Todo esto pasa, desde luego, por un problema que para Cuba es difícil de manejar cuando se trata de conciliar posiciones agudas: por un lado, su nueva alianza con Venezuela; por el otro, su total respaldo a Guyana en repudio de lo que la propia Cuba ha calificado siempre como la pretensión imperial de Venezuela de imponerse sobre una nación débil y pequeña, o de considerar que la reclamación venezolana ha obedecido siempre a una política alentada por los otrora sectores burgueses y reaccionarios del país, teledirigidos desde Washington. Ello sin olvidar, desde luego, la gratitud hacia el hecho de que Guyana sirviera como la mejor escala para que sus propias naves militares pudieran repostarse durante el tiempo en que Cuba despachó tropas para la causa armada en Angola.
Sin duda, el tema del buque interceptado por la Marina ha tocado teclas sensibles, incluso entre sectores que jamás han pretendido tener ningún grado de convivencia ideológica o doctrinaria con las Fuerzas Armadas. Para muestra de ello figura un comunicado suscrito en días recientes por varios colectivos y organizaciones revolucionarias como El Pueblo Avanza y Tercer Camino y en el cual, a pesar de cierta dificultad a la hora de congeniar con conceptos referidos a seguridad y defensa, expresan total respaldo a la acción naval y total rechazo a las peligrosas concesiones que pretende seguir otorgando Guyana dentro de la zona en reclamación y en áreas marinas y submarinas venezolanas.
De allí que me pregunte quiénes están más cerca del siempre elusivo concepto de patria, si Raúl Leoni en los años sesenta y la Marina, ahora en curiosa simbiosis con los colectivos que firman el documento en cuestión, o el gobierno que tanto se precia de decir que patria no nos falta.

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