viernes, 28 de julio de 2017

FIESTA CÍVICA

EDUARDO FERNANDEZ


La jornada del domingo 16 de julio fue una contundente manifestación de la voluntad democrática del pueblo venezolano. Millones de personas participamos en el evento. Un dato digno de destacarse fue el ambiente festivo, alegre, unitario que se respiraba por todas partes.

Fue un despertar del verdadero modo de ser venezolano. Así somos los hijos de esta tierra, alegres, entusiastas, solidarios. Al mismo tiempo, defendemos con fiereza nuestros derechos, y particularmente el derecho a vivir en democracia.

Los venezolanos tenemos millones de razones para protestar: el hambre, el desabastecimiento, la falta de medicinas, la inseguridad, el deterioro de la calidad de la vida; pero el proceso que está en marcha y que tuvo como momento estelar la consulta del domingo pasado fue la defensa de la democracia, la defensa de la Constitución, la defensa de la República y de los derechos humanos.

El Gobierno cometió un gravísimo error al intentar una maniobra para perpetuarse en el poder violando abiertamente el espíritu, propósito y razón de la Constitución Nacional. Esa maniobra provocó la inmediata reacción de todos los ciudadanos y de la opinión pública tanto nacional como internacional.

Los venezolanos nos pronunciamos categóricamente en contra de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente al margen y en contra de la voluntad ciudadana. El artículo 347 constitucional es clarísimo. Arístides Calvani decía: “Solo el pueblo salva al pueblo”. Nosotros podríamos decir: solo el pueblo puede convocar una Asamblea Constituyente. El 347 no admite interpretaciones. Lo que está claro no necesita explicaciones.

El domingo 16, el pueblo venezolano, en una demostración clamorosa, se pronunció también a favor de las elecciones democráticas como fuente de legitimación de sus gobernantes. El Gobierno no puede gobernar en contra de la voluntad del pueblo. Los gobernadores y los alcaldes tienen que ser elegidos en elecciones libres, transparentes, directas, universales y secretas. Nada ni nadie puede usurpar la voluntad popular como fuente de legitimación del poder público, desde el Presidente de la República hasta el más modesto concejal.

El domingo 16, con entusiasmo y alegría, sin violencia, sin ofensas, sin insultos, los venezolanos dejamos claro ante propios y extraños que queremos un gobierno de unidad nacional y que queremos recuperar nuestra democracia, reconstruir nuestra economía y atender la crisis humanitaria.

¡Eso es todo!

Eduardo Fernández
@EFernandezVE

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