martes, 25 de julio de 2017

LOS ESCENARIOS Y LA NEGOCIACIÓN

GUSTAVO LUIS VELASQUEZ

En cuanto a escenarios se refiere, los últimos meses han resultado muy interesantes en las redes sociales y los portales de opinión, que han estado llenos de importantes aportes, de sesudos y originales análisis, cada uno complementado con datos financieros, geopolíticos, sociológicos, diplomáticos, históricos y constitucionales. Análisis que muestran las posibles consecuencias y estrategias en una confrontación política de importantes dimensiones.
Si bien en esos estudios la multiplicidad de factores es inmensa, en mi opinión el marco central del que no podemos separarnos, para no perder la perspectiva política e histórica es el avance del largo proceso de la sociedad venezolana en su lucha por conquistar una democracia consolidada como la razón de ser del país.
El éxito de la consulta popular fue rotundo y al mundo le dimos una demostración de civismo y de compromiso con la paz y la democracia. Los cálculos ahora se hacen sobre el fraude constituyente y si se realizará o no y qué pasaría en cualquiera de ambas circunstancias.
Es un ejercicio complejo y casi interminable pues es inmensa la combinación de todas las variables políticas, militares, económicas, sociales y diplomáticas que entran en juego.
Lo cierto es que haya o no haya constituyente fraudulenta, todos concuerdan que será necesario sentarse a negociar y llegar al mejor acuerdo posible donde necesariamente ambas partes tienen que ceder en sus intereses en función del interés superior de la nación.
Por eso es esencial tratar de descubrir y deducir cuáles son los intereses de las partes involucradas y hasta qué punto se pueden generar opciones que permitan satisfacerlos sin menoscabo de los intereses de las mayorías.
En primer lugar vemos cómo ambas partes se encuentran encerradas en lo que los expertos llaman un juego de “posiciones”, es decir ambos quieren ser los abanderados de “un nuevo Estado venezolano” ambos quieren ser los protagonistas exclusivos de un mismo asunto; las fuerzas democráticas quieren establecer el nuevo Estado distinto al actual apoyadas en la consulta popular y en la soberanía del pueblo, apelando a normas constitucionales, mientras que por otro lado el régimen quiere imponer un nuevo Estado apoyado en un fraude constituyente y la fuerza del poder militar que circunstancialmente detentan.
Negociar con base a “posiciones” es la causa de miles de conflictos interminables, pues no tiene solución ya que se centra solamente en algo que la gente quiere y no en identificar para qué lo quiere, precisamente allí radica la gran diferencia: una “posición” es algo que quiero y punto, un “interés” es el objetivo de para qué lo quiero, que busco con eso. Allí deben centrarse la negociaciones.
Si nos preguntamos para qué quieren las fuerzas democráticas un nuevo Estado podríamos en un breve análisis identificar que los principales intereses de las fuerzas democráticas al menos serían estos :
– Restablecer el orden democrático
– Lograr la estabilidad y gobernabilidad dentro de un régimen democrático
– Detener la violencia
– Detener la corrupción
– Atender la crisis social
– Garantizar los DD.HH.
– Restablecer el aparato productivo
– Generar empleo
– Conducir la transición
– Ser opción de cambio
Haciendo el mismo ejercicio para el régimen militar actual, podemos ver que sus principales intereses serían:
– Mantener el poder / gobernaciones y alcaldía
– Ganar tiempo
– Tener control de la gobernabilidad
– Desprestigiar a la oposición
– Mostrarse democráticos y dialogantes
– Mantener la unidad de mando
– Reivindicarse con el pueblo
– Mantener su fortuna
– Evitar ser juzgados
– Asegurar la familia
– Proteger el legado de Chávez
– En caso de ruptura:
– Poder salvarse
– Tener una vía de escape
– Sobrevivir física y políticamente
– Intereses de Maduro (y otros a su lado)
-Terminar su período
– No fallarle a Cuba y al socialismo
– No pasar a la historia como un dictador criminal
– No ser juzgado en la CPI
– Contar con medios para sobrevivir
Bien se podría hacer el mismo análisis para otros actores como la OEA, los Estados Unidos, China, Rusia, Cuba, la banca internacional y muchos otros, pero a los efectos de este artículo y sin desconocer la importancia de otros actores, nos vamos a enfocar en las fuerzas democráticas y el actual régimen.
Hay un tercer gran actor, que es la gente, el ciudadano común que no tiene voz directa en esa negociación y que representan los intereses supremos de la nación y que especialmente para la oposición deberían ser guía en cualquier proceso de negociación pues a ellos se debe. La lista es larga pero vale la pena mencionar los que hemos visto como más importantes:
– Restablecer el orden constitucional y democrático
– Contar con instituciones independientes que permitan:
– Elecciones transparentes
– Frenar la corrupción
– Rescatar a PDVSA y la CVG
– Bajar la conflictividad
– Recuperar la justicia
– Rescatar el papel del los medios de comunicación
– Hacer énfasis en la estrategia educativa para
– Reafirmar los valores democráticos
– Aumentar su cobertura y calidad
– Profundizar en el federalismo y la descentralización
– En lo político:
– Reinstaurar el ideario democrático
– El reconocimiento y cohesión de los actores
– El libre juego democrático
– Acciones sociales
– Acabar con el hambre
– Recuperar los servicios públicos
– Activar los programas sociales sin politización
– Rescatar el sistema de salud
– Contar con un canal de apoyo internacional social
– En lo económico:
– Lograr el apoyo financiero internacional
– Impulsar el empleo productivo
– Aclarar las cuentas públicas
– Redefinir el sector público
– Rescatar la independencia del BCV
– Atender las obligaciones internacionales
– Recuperar los talentos en el exterior
– Acordar un plan de rescate de la infraestructura pública
– Restablecer la seguridad ciudadana
– Reafirmar nuestra soberanía
– No perder el Esequibo
– Reafirmar la soberanía en las fronteras
– Controlar el narcotráfico
– Rescatar el rol profesional y meritocrático de las FF.AA.
Seguramente se podrán agregar muchos otros, pero la idea es que cualquiera que vaya a negociar tenga el retrato claro de para qué lo está haciendo, todo lo que vaya en contra de lo anterior no va por buen camino.
Pero en toda negociación cada parte debe analizar e inclusive debe tener preparada su alternativa en caso de no triunfar o de no llegar a un acuerdo con la otra parte, así pues ¿cuáles serían las alternativas o el plan B de las fuerzas democráticas en caso de no triunfar sobre el otro o de no llegar a ningún acuerdo? Son acciones que puede tomar por su cuenta, al menos sin necesidad de preguntarle al gobierno y que puede ser utilizadas como elemento disuasivo. Sin menoscabo de las que puedan agregar los lectores, vemos al menos las siguientes:
– Continuar en la calle hasta que algo pase
– Convocar un paro o huelga nacional
– Crear un nuevo gobierno
– Abandonar la lucha
– Inmolarse
– Someterse al régimen
– Salir del país
– Volverse chavistas
– Meterse a guerrilleros
De esta lista, el negociador debe escoger cuál es la mejor alternativa y debe tratar de mejorarla y siempre comparar si esa mejor alternativa es más conveniente que el acuerdo que pueda negociar, es algo muy dinámico pero allí está el quid del asunto: qué es lo que más me conviene en función de los intereses que represento.
Y nos preguntamos, de no poder mantenerse en el poder o llegar a un acuerdo con la oposición, ¿qué alternativas o plan B tendrían los jefes del régimen?
– Resistir hasta el final
– Aumentar la represión
– Entregar el poder a los militares
– Sacar el ejército a la calle y masacrar a los manifestantes
– Decretar estado de sitio
– Expulsar del país a los opositores
– Darse un auto golpe
– Convocar una constituyente para relegitimarse
– Huir
– Inmolarse
Al igual que en el caso anterior el régimen deberá analizar sus alternativas y definir cuál es la que más le conviene en función de sus intereses y contrastarla con una posible negociación.
Vale decir que ya ambos grupos apelaron a algunas de sus alternativas que tenían, como lo fueron la consulta popular, el paro y el aumento de la represión y la convocatoria a una constituyente.
El análisis de estas alternativas nos dice que el costo y el riesgo de cualquiera ellas son muy elevadas para ambas partes, y con muy malas consecuencias para los intereses del país.
De tal manera que al país y a la dirigencia política de ambas partes, pareciera que lo que más conviene es buscar una solución negociada, donde ambas partes cedan y se cubran su principales intereses.
Quienes conocen de estos procesos, no recomiendan que haya cuatro voces diferentes en una misma mesa de negociación, eso solo haría complicar la cosas. Por eso lograr primero un consenso interno es una clave de éxito. Cualquier procesos de este tipo, donde están involucradas la emociones y donde se necesita una comunicación interna muy clara y transparente, debería requerir de apoyo profesional que guíe a los actores políticos, tal y como se ha hecho en conflictos de este tipo en todas partes del mundo.
A este punto del análisis tendríamos que analizar cuáles son las opciones o posibilidades de acuerdo que podrían ponerse en la mesa, planteamientos que deben exponerse casi como una lluvia de ideas, sin que ellos implique compromiso por ninguna a de las partes, y así tener la posibilidad de analizarlas de manera conjunta y sin que ello implique la sujeción de ninguna de ellas. Algunas ideas generales no excluyentes entre sí, a las cuales se pueden agregar muchas otras y tratar de lograr un acuerdo, podrían ser:
– Lograr una transición pactada
– Cronograma electoral con garantías (CNE – TSJ)
– Renuncia / Enmienda para acortar el período
– Hacer una constituyente con bases comiciales justas y referéndum popular
– Un programa de emergencia y de consenso nacional para dar un alto a la violencia, la corrupción y el dispendio.
– Nuevo VP Ejecutivo
– Crear un equipo de consenso que ejecute un plan de emergencia nacional, mientras avanza la reinstitucionalización y el cronograma electoral
– Acordar sobre asuntos importantes y urgentes como:
– Liberación de presos
– Fin de las inhabilitaciones
– Normas de justicia transicional
– Comisión de la verdad bajo estándares internacionales
– Cambio del Contralor
– Directorio Banco Central
– Directorio PDVSA
– Nuevo alto mando
A estas posibilidades seguramente se pueden agregar muchas, esta discusión es necesaria dentro de un plazo determinado, no es para pasar meses en esa discusión porque el país generaría otras salidas.
Ya no se puede volver atrás pero esto debió hacerse hace un año, sin embargo es evidente que los enviados del gobierno con toda la buena voluntad que hayan querido expresar, lograron uno de los principales objetivos del gobierno: ganar tiempo. Una vieja táctica sustentada en la manipulación del otro, orientada a crear confusión y desánimo, haciéndole creer que se está dispuesto a negociar, cuando en verdad no tiene ninguna intención, lo único que quiere es ganar tiempo para ver si se salva. Nada de eso benefició a al país, más bien nos perjudicó a todos. Las fuerzas democráticas siempre ha sido muy clara en sus planteamientos por la vía constitucional y democrática, eso ha sido positivo pues logró calar nacional e internacionalmente los temas fundamentales: celebración de elecciones, respeto a los DD.HH., respeto a las instituciones y solución a la crisis social.
Tanto es así que la gran exigencia nacional e internacional, es que debería existir un acuerdo mínimo para la celebración de elecciones libres y transparentes. Si eso se lograra los expertos señalan que en una negociación a lo último que se llega es al compromiso y para ello se requieren garantías de cumplimiento que hagan factible el compromiso. La única garantía para unas elecciones libres y transparentes, son esencialmente dos: la primera es contar con un CNE independiente y la segunda es tener igualmente un TSJ imparcial. Si esto se lograra, me atrevería a decir que el conflicto comenzará a resolverse.
Si no llegamos a un acuerdo, lo cual es muy posible, por favor vuelva a revisar la lista de las alternativas de ambas partes, eso sin considerar la alternativas que individualmente tiene cada venezolano y que forman parte sustancial del actual proceso.
Es posible que no se logre una negociación temprana o que los niveles de satisfacción de las partes no sea el esperado, lo clave es que no se pierda de vista que el interés principal está en la paz de la república y ello solo es posible en democracia y mediante elecciones libres, justas y transparentes en los que sea el compromiso ciudadano quien respete el resultado y no hagan falta los hombres de uniforme para guiar a la democracia. Tara que había desaparecido y que es necesario volver a erradicar como en todos los países democráticos del mundo.
Al final, lo que buscamos los venezolanos en esta instancia, es la reinstitucionalización democrática del país. Más importante que la fecha salida de un presidente, es la fortaleza institucional de un Estado, que impida los abusos de poder del jefe del Estado y la entronización de grupos militares en el manejo de los asuntos públicos.

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