Algunas consideraciones preliminares
Luis M. Esculpi
Mentiría si afirmara que resulta fácil escribir a las pocas horas del
primer boletín del Consejo Nacional Electoral. Intentar hacer un
balance por muy preliminar que sea implica una labor sumamente compleja y
supondría disponer en detalles e informaciones que no se tienen a la
mano.
La vocación y el comportamiento democrático de las organizaciones que
conforman la Mesa de la Unidad, está más que demostrada cuando se
participa en un proceso plagado de irregularidades desde sus inicios,
cuando no se conoció con anticipación el cronograma electoral,
inscribiendo apresuradamente los candidatos a las Gobernaciones, cuando
se violó la ley al no permitir el respaldo de los candidatos y
organizaciones que habían renunciado a sus postulaciones, e inventaron a
muy pocas horas de las elecciones unos traslados masivos y selectivos
de centros de votación. Todas estas irregularidades fueron denunciadas
en su oportunidad por la MUD.
Al no reconocer los resultados anunciados por el CNE y exigir una
auditoría, la Mesa de la Unidad está procediendo acorde con la denuncia
de un proceso cargado de vicios, incluyendo las barbaridades cometidas
el mismo día de las elecciones.
La auditoría solicitada debe contemplar todos los aspectos
mencionados, en ese sentido coincido con una declaración del amigo Jhon
Magdaleno, es necesario conocer cuántos votos nulos hubo por región y
como ellos afectaron los resultados, también como incidieron los
traslados de última hora.
El propio domingo una gran cantidad de máquinas no funcionaron
dificultando la participación de miles de electores, en las proximidades
de varios centro de votación en diez estados aproximadamente, se
sucedieron hechos de violencia promovidos por los colectivos armados y
que alguna incidencia tuvieron en las elecciones, incluso los datos
inicialmente proporcionados por el órgano electoral en varios estadoS
entre ellos Amazonas y Lara la sumatoria de los porcentajes supera el
cien por ciento. De tal manera que la auditoría además de contrastar
las actas y los cuadernos de votación, debe tomar muy en cuenta todas
las irregularidades cometidas en las diferentes fases de un proceso
sumamente fraudulento.
El oficialismo en otras elecciones no tenía necesidad, más allá del
ventajismo, el abuso de poder, y el peculado de uso, de recurrir al
expediente del fraude descarado; en cuanto a la alteración de
resultados, porque en ese tiempo eran mayoría, mayoría que han venido
perdiendo progresivamente.
La “elección” de la ilegítima constituyente de manera fraudulenta,
tal como quedó demostrado, hasta el punto que el fraude fue denunciado
hasta por Smarmatic, el desconocimiento universal de esa Asamblea está
asociado a las evidencias conocidas por los organismos internacionales.
Al lado de la auditoría la Mesa de la Unidad -así se desprende de las
declaraciones iniciales- debe proceder a impugnar las elecciones en
aquellas regiones donde estemos en capacidad de demostrar el fraude.
Salir airosos en esta etapa de la lucha exige de nosotros, como
tarea de primer orden resguardar la unidad de las fuerzas opositoras,
para poder abordar las nuevas demandas que la actual situación nos
plantea.
Reorientar la estrategia de las fuerzas opositoras requiere realizar
un debate enriquecedor , una reflexión aplomada que posibilite retomar
el rumbo para alcanzar el cambio político, cada vez más urgente,
necesario y posible.
No abrigamos dudas sobre las potencialidades unitarias para recuperar
la iniciativa y establecer las orientaciones que posibiliten el
relanzamiento de las fuerzas democráticas. En estos años duros se han
superado las dificultades en distintas coyunturas. El procesamiento de
las diferencias conservando la unidad de propósitos ha sido clave para
la plataforma opositora. Este tiempo nos exige la reflexión serena y una
actuación muy firme.
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