MARCO VILLASMIL
¿Es posible que alguien pueda
sorprenderse ante el anuncio hecho por el Consejo Nacional Electoral
(CNE), el domingo 15 de octubre por la noche, sobre los resultados para
la elección de gobernadores? Una vez más, como ocurriera por ejemplo en
la elección de la Asamblea Prostituyente (ANC), la tiranía ha cometido
fraude.
Un hecho a lamentar es que, como ocurre siempre en los prados opositores, los “criterios legalistas”
han privado sobre los políticos y mediáticos. La MUD se negó a informar
sus resultados, mientras el gobierno ilegítimo e inconstitucional
preparaba los suyos. Mañana lunes será otro día, y esperaremos la
reacción de los dirigentes opositores, pero puestos en ánimo de
diseccionar lo sucedido, mencionemos algunos hechos y datos “por orden de desaparición”.
-Este es un gobierno que decidió, desde
el primer día que Hugo Chávez, en 1992, hiciera acto de presencia en la
escena nacional, como golpista fracasado, desaparecer todo vestigio de
decencia pública (y al parecer, también privada), y aferrarse al poder
sin vacilaciones o vergüenzas. El chavismo, desde el día uno,
siempre ha considerado a los venezolanos como siervos o como enemigos,
nunca como ciudadanos autónomos.
–Como ya señalábamos, se reafirma el escándalo sucedido con la Asamblea Prostituyente. Como me recuerda un querido amigo, “el gobierno decidió hace tiempo cruzar la línea roja, desaparecerla”, tanto política como éticamente, sin mirar a los lados, sin importarle las consecuencias.
-Desaparece asimismo la noción voluntarista de que no
hay ventajismo posible, irregularidad programada y ejecutada, que
realice el CNE que no pueda ser derrotada por la mera voluntad popular. Hoy,
vemos ingratamente que sí hay límites. Este es un régimen que como toda
peste maligna, muta y se adapta; su derrota en la elección para la
Asamblea Nacional, en 2015, le abrió los ojos –a sus dirigentes como a
sus mentores castristas-, y juró que nunca más volvería a pasar.
Primero, impidió de forma ilegal la realización del referendo
revocatorio; luego se realizó la burda elección de la ANC. Y a pesar de
la reacción internacional en contra, el chavo-madurismo no ha vacilado
en continuar desapareciendo todo vestigio de legalidad en sus actos.
Ya es hora entonces de que la oposición partidista tome nota de ello, porque como recuerda Julian Barnes, “si tú no sabes en verdad a quién te enfrentas, tus virtudes se pueden convertir en defectos”.
La MUD, 72 horas antes de las
elecciones, publicó un comunicado donde reseñaba las diversas
arbitrariedades cometidas, como la ilegal convocatoria a los comicios
por parte de la ANC; la modificación de la ubicación de centros
electorales y de sus respectivos electores (274 centros electorales,
entre cuyos votantes el 78% sufragó en la última elección por la
oposición); la inhabilitación de partidos y de dirigentes políticos
reconocidos; la modificación arbitraria del cronograma electoral; unos
lapsos de postulaciones irracionales (“es irracional que el lapso para postularse sea inferior al lapso para decidir la admisibilidad de las postulaciones”);
una canallesca obstrucción a la sustitución de candidatos,
desnaturalizando el ejercicio de los derechos políticos; la desaparición
de la tinta indeleble del proceso electoral del 15-O; el uso indebido a
su favor de todos los recursos del Estado –económicos y mediáticos, por
ejemplo- “además de usar el acceso a la comida y medicinas como
chantaje para condicionar la participación de los venezolanos en el
proceso electoral”. El CNE estaba decidido a desaparecer todo
recato ínfimo, a sacrificar cualquier miramiento, ante la prioridad de
establecer su voluntad soberana de no entregar el poder, ni siquiera el
regional.
Y ello es así porque es un hecho demostrado una y otra vez, en toda la geografía mundial, de que no es posible intentar construir el socialismo marxista sin renunciar a la decencia, a los valores humanos esenciales.
No hay duda de que las mayorías votaron
de nuevo sin miedo, indignadas, con capacidad de organizarse, de
mostrar un sentimiento colectivo de lucha, y de ofrecer solidaridad ante
los abusos de la tiranía. Una tiranía que desea que desaparezca de la
faz de la tierra. La colaboración entre los partidos y la sociedad civil
hizo revivir, en los últimos días de campaña y el propio domingo, el
espíritu victorioso de las elecciones a la Asamblea Nacional, y de las
realizadas el 15 de julio.
Queda ahora en las mentes y las
voluntades de la dirigencia partidista la defensa de los derechos de los
ciudadanos -groseramente burlados una vez más- con ideas y principios
más claros que nunca, y no olvidando el objetivo estratégico
fundamental. Y ello debe ocurrir inmediatamente.
Preocupan las palabras del alcalde
de Baruta y vocero de la MUD, Gerardo Blyde, afirmando este mismo
domingo por la noche, que el “comportamiento del CNE –ante el anuncio de resultados que dicha arma letal del régimen estaba por hacer- era sospechoso, inhabitual, muy diferente” (????).
Si algo debe leerse de la nueva
barbaridad perpetrada por los herederos de Chávez, es que es
perfectamente coherente con su designio de mantener el poder a toda
costa: un régimen que está dispuesto a matar, torturar y encarcelar a sus ciudadanos ¿cómo no va a estar dispuesto a robarles el voto?
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