viernes, 20 de enero de 2017

UNA AGENDA PARA LA PAZ

OSCAR HERNANDEZ BERNALETTE

EL NACIONAL

No hay nada más grotesco que ver a un gobernante con tono amenazante manipulando armas letales. Es abusivo y desconsiderado con la vocación pacífica de una nación. Es grave la propuesta de Maduro de atiborrar los barrios de ametralladoras y otros armamentos “secretos” y convertir por ello a sus habitantes civiles en combatientes en un conflicto sujeto a las leyes de guerra. Los venezolanos conocemos ese tipo de amenazas, Chávez las utilizó como herramienta discursiva. Esta es una nueva manipulación que se entiende como un mensaje no a las potencias extranjeras, sino un mensaje a la mayoría del país que no está de acuerdo con el gobierno. Es, en otras palabras, una burda amenaza y una vergüenza que se utilice ese tipo de subterfugios.
Esas actuaciones intimidatorias, sumadas a la crisis política y social que vive el país, son lo que hace ver a Venezuela ante la comunidad internacional como una nación al borde de un conflicto bélico. En otras palabras, se manipula a un país con índices alarmantes de violencia con nuevas condiciones para una escalada civil que puede tener fecha de inicio, pero es difícil predecir su desarrollo en el tiempo.
Ante esta temible opción, los venezolanos no tenemos otra alternativa que no sea la reconciliación. El país requiere un gran esfuerzo por anclar en las mentes y el corazón de la sociedad un gran proyecto nacional cuyo objetivo no debe ser otro que el de sembrar la cultura de la paz, el progreso y el desarrollo, independientemente de los matices de quienes conduzcan el aparato del Estado en el contexto de la democracia.
Es por ello que me complació conocer el proyecto Propuestas para Venezuela: una Agenda para la Paz, que diseñan para la consideración incluyente de amplios sectores del país los profesores de la UCV Eglée González Lobato y Jesús González. Sin duda que sobre la base del pacto social que es la Constitución hay que desarrollar propuestas para un proyecto de país en el que con el mayor consenso posible se logren acuerdos nacionales para la paz y el desarrollo.

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