domingo, 15 de enero de 2017

POLONIA











EDUARDO FERNANDEZ

Con frecuencia escucho a comentaristas políticos que se hacen esta pregunta: ¿Usted ha visto algún régimen comunista que haya permitido una transición pacífica y electoral hacia una democracia?

La pregunta se hace de tal manera y con tanto énfasis que uno parece obligado a contestar que ¡no! Que nunca se ha visto el caso de un régimen comunista evolucionando pacíficamente hacia un sistema democrático.

Pienso, por el contrario, que son muchos los casos de países que después de haber sufrido largos años de dictadura comunista, han evolucionado pacífica y civilizadamente hacia sistemas democráticos. Es más, creo que con pocas excepciones podría decirse que todos los países de la órbita soviética, incluyendo a la propia Rusia, evolucionaron a fórmulas democráticas de una manera pacífica y consensuada.

Hoy quiero referirme a un caso en particular: Polonia. Tuve la suerte de visitar ese país en pleno proceso de negociaciones entre el régimen comunista, con el general Jaruzelski a la cabeza, y la oposición democrática dirigida por el sindicalista Lech Walesa.

Yo era para entonces presidente de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC) y estábamos en vísperas de reunir un congreso de líderes políticos en Budapest, capital de Hungría, otro país comunista que evolucionaba pacíficamente hacia la democracia. Antes de llegar a Hungría me detuve en Polonia y me entrevisté tanto con Jaruzelski, para entonces presidente de Polonia y secretario del Partido Comunista, como con Walesa, jefe del sindicato de trabajadores de Gdansk.
También conversé con el Primer Ministro que había sido designado por un acuerdo del Partido Comunista con la oposición, se llamaba Tadeusz Mazowiecki y pertenecía a la oposición.

Las conversaciones entre el gobierno comunista y la oposición habían comenzado con unas “mesas redondas” que contaron con la facilitación de la Iglesia Católica, institución muy respetada y de mucha influencia en Polonia, sobre todo después de la elección (en octubre de 1978) del papa polaco Juan Pablo II.

Ese diálogo se desarrolló durante todo el año 1989 y condujo a dos acuerdos fundamentales: la legalización de Solidaridad como vocero de la oposición, y la celebración de elecciones parcialmente libres que pusieron en evidencia la voluntad de cambio de la mayoría de los polacos.

En agosto de 1989 se forma un gobierno de transición y de unidad nacional. En diciembre de 1990 se hacen elecciones presidenciales, que gana la oposición. Así se acabó el comunismo en Polonia. Gracias al diálogo, al patriotismo y a la inteligencia de los líderes.

Los polacos sí pudieron!

¡Seguiremos conversando!

Edurado Fernández
@EFernandezVE


No hay comentarios:

Publicar un comentario