viernes, 13 de enero de 2017

Delirios del radicalismo

Simón García

Es cierto que la Asamblea Nacional tiene la atribución constitucional para declarar el abandono del cargo por parte de Maduro. Pero ese acto se basó en la interpretación de que es la declaración la que genera el abandono,  desvinculándolo de la ausencia física o de la dejación material del cargo para referirla a otras faltas, más perniciosas que el abandono y que deberían tener otras respuestas.
Es curioso que todos los considerandos que contiene el acuerdo de la AN contengan un reconocimiento del ejercicio del cargo por Maduro.  Más incomprensible aún es que, en la misma sesión, se haya votado por la destitución de los diputados de Amazonas y del Presidente de la República.
Los sectores radicales que influyeron en la decisión mayoritaria de la MUD, con la responsable disidencia de Avanzada Progresista, han asegurado que habrá elecciones presidenciales en 30 días, que mientras ello ocurra el Presidente es Tareck El Aissami; que la AN debe actuar como poder  constituyente y que se pise el acelerador para crear un poder paralelo….¡ en el papel!
Frente a estos delirios, se requiere una explicación de los partidos que dirigen a la AN sobre por qué se adoptó esa decisión, cuáles son sus objetivos y cuáles las ventajas que acarrea para acercar el cambio que demanda toda la población. La MUD está en la obligación de indicar hacia donde apunta la aceptación del choque de trenes institucional que el gobierno promueve constantemente. En especial porqué decide escalar el conflicto cuando la repolarización unificará a un oficialismo que ha entrado en situación de duda y descontento con Maduro.
La directiva de la Asamblea merece fundamentar los aplausos que su decisión recibe porque está conectada con la desesperación y el deseo de más del 80% de los venezolanos. Una justificación para que la política sea democrática no sólo por la cantidad de sus partidarios, sino porque eleva la conciencia colectiva y fortalece el horizonte alternativo que todos deseamos.
La minoría, quienes expresamos una visión críticacon suficiente comedimiento para proteger la unidad y con la necesaria determinación para contribuir a que la finalidad de esa protección sea que la AN tenga éxitos, no puede ser tratada con adjetivos intrigantes.
Abordemos con racionalidad el debate que está emergiendo. Sometamos a examen la eficacia política de supuestos como: 1. Todo el problema se concentra en Maduro, 2. El gobierno debe irse ya y por cualquier medio,  3. Al gobierno se le puede ganar por nokout, abandonando la política de debilitamiento, 4. El apoyo del 80% de la población es suficiente para lograr un cambio, al margen de neutralizar o ganar a una parte del aparato institucional montado por el régimen para consolidar una dictadura.
Y sobre todo examinemos tres riesgos: volver a sacrificar la elección de Gobernaciones y Alcaldías en el 2017; considerar que la calle es excluyente con el diálogo y separar la iniciativa política de su razón social.
@garciasim

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