domingo, 3 de mayo de 2020

VIRUS O HAMBRE

 Tres encuestas por Gustavo Linares Benzo [@GLinaresBenzo] | El Fósforo
       GUSTAVO LINARES BENZO

Por el camino que vamos, el mundo no va morir de coronavirus sino de hambre. El planeta va a cumplir dos meses apagado y como muestra tenemos 25% de desempleo en Estados Unidos, recesiones más fuertes que la Grande de 1929, petróleo gratis y nadie quien lo compre. Y esto luego de los auxilios fiscales más grandes de la historia, billones de dólares y contando.

Qué difícil es juzgar las medidas que el mundo ha tomado como respuesta a esta pandemia, a lo mejor se ha hecho y se está haciendo lo más conveniente. Pero tejas abajo no parece que se esté respetando equilibrio alguno entre preservar vidas hoy y mantenerlas mañana. Sobre todo, el aparente éxito de la cuarentena, al menos frente a la mortandad que ha podido ser, es una típica visión de mundo desarrollado. Para todos los efectos, los pobres del mundo no están en cuarentena, sencillamente no pueden estarlo.

Es la misma tormenta pero no estamos en el mismo barco, dijo alguien. Viendo Netflix, recibiendo delivery y jugando Call of Duty (o leyendo, algunos desadaptados), la cuarentena no es tan mala. Sin agua, ni luz, ni dinero porque se vive al día es otra cosa. Salir es sobrevivir, y eso están haciendo los pobres de la tierra, empezando en Venezuela. Con un salario mínimo (es decir, único) de dos dólares mensuales, todos somos empresarios en este país y desde hace tiempo. Lo mismo puede decirse de la India, de Brasil o de México. A mayor informalidad, menos viable son las restricciones.

Inclusive el mundo desarrollado lo está viendo así. Las clases comienzan en Alemania, en España se aligeran los controles y en Estados Unidos nunca han sido tan estrictos como en Europa. Y todo ello sabiendo que las cuarentenas no son ni han pretendido ser la solución a esta enfermedad, que sigue ahí y tendrá repuntes por poco que se relajen las limitaciones. La única solución es la cura o la vacuna o la inmunidad natural (que no se sabe si la hay, puede que repita). Y para eso falta un poco todavía.

Todo esto que está pasando es insólito. Pero no se puede dejar de pensar que también es un poco raro, extraño. Extraña la unanimidad mundial acerca de las maravillas de la cuarentena, desde ESPN hasta la televisión rusa, de Boris Johnson a Maduro. Tanta unanimidad asusta. ¿Dónde están los paladines del tailandés que cose la ropa Tommy Hilfiger o del perrocalientero de Plaza Venezuela que tienen un mes sin comer?


@glinaresbenzo

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