BARRANCO CHINO
Gerver Torres
Leí el documento que el diputado Miguel Ángel Rodríguez presentó al país para denunciar el acuerdo de financiamiento que el gobierno venezolano mantiene con el de China, bajo el nombre del Fondo Chino. Allí se refleja, entre otras cosas, lo siguiente.
Uno: el extremo deterioro institucional del país. El documento muestra que se ha montado ilegalmente un mecanismo paralelo de administración de fondos públicos que evade totalmente el control de la Asamblea Nacional y por tanto de la opinión pública nacional. En el documento el ministro de Energía le señala al Presidente las ventajas del Fondo: “Por haberse constituido como un fondo, tiene administración separada del Tesoro Nacional” y “el uso de estos fondos para proyectos solo requiere la aprobación del Ejecutivo Nacional”. Resulta que estamos hablando de más de ¡20,8 millardos de dólares! que el presidente de la República administra sin ningún control.
Dos. El masivo y acelerado endeudamiento del país. El documento muestra cómo se está acumulando, con creciente velocidad, una enorme deuda que deberá ser pagada con entregas de petróleo: Fondo I, Fondo II, Fondo de Gran Volumen, Renovación del Fondo I.
Tres. El deterioro financiero de Pdvsa. El documento explica el fuerte impacto financiero que tienen sobre Pdvsa los préstamos contraídos por la República y por los que la empresa petrolera debe responder con unos 420 mil barriles diarios de petróleo. Habrá que ver de qué manera esta información impacta la calificación de riesgo de Pdvsa.
Cuarto. La enorme caída en la producción petrolera del país. Por primera vez se filtra a través de un documento oficial, el verdadero nivel de la producción petrolera del país: 2.6 millones de barriles por día.
Después de ver todo lo que ha armado el régimen a propósito de este mecanismo financiero, resultaría más apropiado hablar del abismo o del barranco chino, a cuyo fondo se ha ido la institucionalidad presupuestaria venezolana.
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