CARLOS OCARIZ LLAMA A VOTAR POR PABLO PÉREZ
Ibsen Martínez
Mi bagatela de este fin de semana comienza brindando un desinteresado consejo que, por supuesto, nadie me ha pedido.
El consejo va dirigido a Henrique Capriles Radonski, aspirante a ser nada menos que presidente de una Venezuela poschavista. Es decir, aspirante a que yo , como cualquier otro hijo de vecino, vote por él en las primarias de febrero y luego en las presidenciales de octubre del año que viene.
A menos que Capriles Radonski ya haya decidido tomar las urgentes medidas de control de daños que a continuación propongo – por razones editoriales debo enviar esta nota a más tardar el jueves, en horario matutino–, estoy casi seguro de que mi artículo no pasará de ser eso: un consejo no solicitado, ofrecido por el manager de tribuna que, en tanto que simple ciudadano elector, puedo ofrecer.
El consejo es este, ciudadano Capriles Radonski: convoque usted una rueda de prensa para disociarse inequívoca y enérgicamente de las destemplanzas de los señores Carlos Ocariz y Juan José Caldera vertidas, con mediático despliegue de humor involuntario a costa de ellos mismos, y en la que propalaron dicterios, denuestos, sapos y culebras contra la MUD.
No es que yo crea que los desmentidos enfáticos y campanudos sirvan de mucho en la política mediática de estos tiempos, pero luce obvio que, de imponerse la doctrina de dejar correr el tiempo hasta que el incidente se olvide – que no dudo sea la propuesta de más de uno en su comando de campaña–, el destemplado episodio no se esfumará, sin embargo, tan rápidamente del recuerdo de los millones de venezolanos que presenciamos por televisión el inmoderado berrinche a cargo de dos caraterizados dirigentes de la organización que lo postula a usted.
Lo mejor que este viejo libretista de televisión sabría recomendar si se lo preguntaran es :“ Amigo Capriles, amárrelos y desautorízelos y haga saber urbi et orbi que se aviene usted a las reglas laboriosamente acordadas al interior de la MUD para la escogencia del candidato único de oposición”.
Digo esto porque el motivo aparente del stand up comicprotagonizado por Ocariz y Caldera fue una desavenencia con el criterio, hasta donde entiendo, mayoritario de la MUD respecto del modus operandi a la hora de votar en febrero por candidatos opositores a las gobernaciones y alcaldías. “Todos están soterradamente confabulados contra CaprilesRadonski”, parecía ser el subtexto de la encrespada calentera de Ocariz & Caldera.
Como es obvio, la inopinada rueda de prensa, convocada “para que el país se entere” de las presuntas trapisondas de la MUD, lanzó ondas de choque cuyos efectos no se hicieron esperar – he aquí lo singular, lo que debería pesar en el ánimo de quien como usted, Capriles, hasta hace poco punteaba en las encuetas – y ellas no fueron más que de repudio generalizado. Tan generalizado que hasta Kiko Bautista, en su estilo anfibológico, zafio y enrevesado, tuvo que condenar por televisión el exabrupto de Ocariz y Caldera, y esto pese a que en los mentideros se dice – no me consta, podría ser un infundio– que Bautista se cuenta entre los conseglieri de la candidatura Capriles Radonski.
¿Cuáles eran los argumentosde Ocariz y su escudero? Difícil decirlo con claridad. Digamos que el único mensaje discernible fue tan sólo la adolescente rabieta en tanto que tal. Algo así como “ nosotros sabemos hacer una escena”. Por lo que pude espumar, echando atrás una y otra vez el video, Ocariz y Caldera discurrían más o menos así: “Estamos arrechísimos, pero no nos vamos de la MUD aunque no estemos dispuestos a negociar nada y aunque estemos arrechísimos; sólo queremos que el pueblo venezolano sepa que estamos arrechísimos y que no nos vamos de la MUD aunque estamos arrechísimos”. Y añadieron, palabra más, palabra menos : “Vamos a ganar a pesar de la MUD”.
El momento estelar de lo que más arriba llamé humor involuntario corrió a cargo de Juan José Caldera quien, en una demostración de incuria política y de espíritu cominero – sugiero a Caldera buscar “cominero” en el diccionario : no es ningún ultraje, se lo juro – contó, tartajeante y sofocado, irrelevantes intimidades de la reunión. Hay que decirlo todo y, para usar jerga del medio teatral, la fisicalidad, el registro de voz y la gestual de Caldera eran decididamente desazonantes por lo que tenían de desmandado y furibundo. Con todo y la hilaridad que en la teleudiencia supo infundir Caldera con su berrenchín, es del todo inaceptable – y alarmante, más abajo diré porqué– que estos bochornosos y desleales actos hayan podido ocurrir.
La inconducente escena de “estamos arrechísimos pero no tanto como para irnos de una vez dando un portazo” ocurría en momentos en que María Corina Machado y Leopoldo López inscribian sus respectivas postulaciones. Dicho sea en passant, personalidades de la vida política opositora que no suelen simpatizar con la señora Machado expresaron complacencia y hasta euforia por lo dicho en su presentación. Innecesario reseñar el explicable fervor de los parciales de López, quien a la verdad lo ha venido haciendo muy bien: su desempeño reciente tiene descolocado a más de un asesor cubano de la sala situacional.
Todo esto ha llevado a muchos a pensar, con razonable suspicacia, si el astracán de Ocariz y Caldera no estuvo movido por el deseo de opacar mediáticamente las comparescencias de Machado y López. Añádase a ello que la vulgar bufonada de los dos dirigentes tuvo lugar luego de que, dando muestras de suprema y loable sensatez, tres precandidatos declinasen sus aspiraciones en aras de un vigoroso consenso en febrero de 2012.
Hay otra circunstancia – en rigor, un antecedente– que pone de bulto la soberbia y arrogancia ya crónica del partido de Julio Borges; intransigente arrogancia que hizo posible que en 2008 los demócratas perdiéramos el estado Bolívar. Preguntese el lector cuán gravoso para el gobierno sería hoy el clima de intensa protesta social en la región Guayana si Julio Borges y los suyos no hubiesen cometido la suprema memez de restarle apoyo unitario a Andrés Velázquez en las jornadas de 2008.
Con lo que llego a lo que más arriba califiqué de alarmante : si estos jóvenes, tan harvardianos y tan Ralph Lauren, se conducen así ahora, cuando ni siquiera son ministros de un gobierno de transición, no quiera usted imaginar la cagadota que podrían poner si prevaleciese su talante intrasigente en la procelosa Venezuela por venir.
Con chiquillos tan malcriados la perspectiva de que el chavismo regrese al poder en el primer revocatorio convocado contra un hipotético presidente Capriles Radonski y sus rabiosos ministros – podría ocurrir si no hacen un curso de control de la ira– no es una mera especulación.
Como ya no es especulación que, puesto a escoger, luego de ver a Ocariz y Caldera, algo he de agradecerles: mi decisión irrevocable de que, aunque “Un Nuevo Tiempo” y “Accion Democática” no me parezcan precisamente el Partido Socialdemócrata de Willy Brandt, en febrero votaré sin pensarlo dos veces por Pablo Pérez.
Total, también es candidato joven y al parecer sabe acumular fuerzas en lugar de ahuyentar votos como lo hizo “Primero Justicia” en Bolívar en 2008.
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