miércoles, 30 de noviembre de 2011

FONDO CHINO ES DEUDA

José Guerra


Ha asistido el país perplejo a un endeudamiento masivo de Venezuela con el gobierno de China. Disfrazado con el pomposo nombre de cooperación internacional, en realidad se trata de una operación financiera que está hipotecando las reservas petroleras de la nación y que claramente es ilegal.
Es la primera vez que por un endeudamiento de la República se otorga una garantía prendaría, en esta caso las reservas de petróleo por los adelantos de dólares y yuanes que China le está proporcionando a Venezuela.
Este endeudamiento se parece a aquellos que contrataba Antonio Guzmán Blanco, con los bancos alemanes e ingleses, mediante los cuales a los acreedores se les aseguraba el pago mediante la enajenación de los ingresos aduanales. Si el país no pagaba se le embargaba las rentas que producían las aduanas. Los chinos tendrán su pago seguro debido a que cuentan con las reservas petroleras como una especie de seguro.
Ese endeudamiento con China se mantenía como un secreto de Estado hasta que los medios de comunicación social destaparon la olla y la deuda salió a flote. Lo peor es que estuvo engañando miserablemente al país entre 2007 y 2009 por cuanto fue en 2010, cuando cogido con las manos en la masa, tuvo el gobierno que informar a la Asamblea Nacional acerca de la negociación con China.
Pero no era información lo único que Venezuela exigía. Quería y quiere que los comprometidos con ese endeudamiento asuman su responsabilidad. Ya es hora de que quienes han endeudado a este país a mansalva sean identificados.
IDEAS LOCAS
Es realmente increíble la historia de esta deuda con China. Dijo el señor Chen Yuan, presidente del Banco de Desarrollo de China (BDC), que a él se le ocurrió una idea loca para fomentar la cooperación entre ambos países, a lo cual le replicó el presidente Chávez, según sus propias palabras, que él tiene aún ideas más locas que el señor Yuan. Y de esa locura surgió el denominado Fondo Chino. De ideas locas no puede surgir sino una loquetera. La historia es la siguiente.
Como el ingreso petrolero se ha despilfarrado y el gobierno está pagando un altísimo costo por una deuda con los bancos que se ha cuadruplicado entre 1999 y 2011, se le vino a la cabeza al gobierno usar las reservas petroleras y los despachos petroleros como fianza para la deuda con China.
Ha sido una operación signada por la perversidad debido a que se utiliza al Banco de Desarrollo Nacional (Bandes) como intermediario con el objeto de burlar el control parlamentario que exige todo endeudamiento. El festival de la deuda con China comenzó en diciembre de 2007, cuando Bandes contrata un préstamo con el BDC por US$ 4.000 millones, en el momento de alzas sin precedentes de los precios del petróleo.
Se pagaría ese crédito con el despacho de 100.000 barriles diarios de petróleo durante tres años, valorados a US$ 50 por barril, cuando la cesta petrolera venezolana se cotizaba a US$ 65 por barril. Pero lo leonino para Venezuela no termina allí.
En 2009 se solicita de nuevo el auxilio financiero de los chinos, esta vez por US$ 4.000 millones adicionales, para lo cual se comprometerían 130.000 barriles diarios a un precio de US$ 40 por barril. Esos préstamos son los denominados Fondo Pesado I y Fondo Pesado II, respectivamente.
Pero no le bastó a la administración del presidente Chávez, la deuda contraída. Quería más y cada vez más en un momento en que pasado lo peor de a la crisis financiera internacional, los precios petroleros empezaron a recuperarse. Así, en 2010 visualizó el gobierno que los préstamos anteriores tampoco le eran suficiente y requirió del BDC la cantidad de US$ 20.000 millones a cancelarse en diez años con el embarque de 200.000 barriles diarios a las refinerías chinas. En total se ha comprometido producción de petróleo que no ha sido extraída por 430.000 barriles diarios.
Es muy clara la Constitución de Venezuela al establecer en su artículo 312, que "Las operaciones de crédito público requerirán, para su validez de una ley especial que las autorice". Pero si la Constitución es clara y tajante más claro lo es la Ley de Administración Financiera del Sector Público la cual en su artículo 79 contempla que: "Los entes regidos por esta ley no podrán celebrar ninguna operación de crédito público sin la autorización de la Asamblea Nacional, otorgada mediante ley especial".

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