martes, 8 de noviembre de 2011


VENEZUELA: ¿CUANTO PETRÓLEO PRODUCIR?

Diego González Cruz

Venezuela necesita un Estado no empresario, pequeño pero fuerte, con sólidas instituciones
El 14 de septiembre pasado la OPEP cumplió 51 años. En 1960 la producción de petróleo de Venezuela era de 2.846.100 barriles diarios (b/d). El país aportaba 13,6% de la producción mundial y 32,7% de la producción OPEP. Hoy la situación no puede ser más deprimente: con una producción oficial de 2.970.000 b/d el país solo produce 3,5 % del total mundial y apenas 10,1% de la cesta OPEP. Venezuela ha disminuido su presencia mundial en materia de hidrocarburos.
Los factores a tomar en cuenta para elevar la producción son: 1) desarrollar las reservas probadas no desarrolladas; 2) elevar el factor de recobro de los yacimientos; 3) reactivar gran parte de los 20.000 pozos inactivos y, lo más valioso, potenciar sus áreas de influencia donde hay reservas probadas que deben explotarse; 4) explorar y desarrollar los recursos por descubrir en las áreas tradicionales. Lo anterior debe preceder a los incrementos sustanciosos de petróleo de la Faja del Orinoco, porque esta opción es menos económica y requiere más tecnologías.
El aumento de producción de petróleo comienza por conocer qué se tendrá al cierre de 2012. Será también preciso conocer la situación de los recursos humanos de que dispone en el país. Habrá que contar con las empresas privadas que actúan hoy en las empresas mixtas. Todo lo anterior será posible si Venezuela envía mensajes muy claros a los capitales nacionales e internacionales de que está mejorando sus indicadores sobre el respeto a la propiedad privada y al estado de derecho.
De allí que cualquier meta de producción deberá comenzar a materializarse a partir del tercer año del nuevo gobierno democrático. Su alcance pleno finalmente dependerá de muchos factores. En la actualidad existen tantas trabas de todo tipo, que durante el primer año, y avanzado el segundo, no será mucho lo que se logrará. Todo está en el suelo.
Entre los problemas que será necesario resolver se encuentran:
1) la reactivación de la industria petrolera debe ir precedida de la reforma del Ministerio de Energía y de la creación del ente regulador. El ministerio tendrá que solicitar a Pdvsa la devolución de los campos inactivos y de las áreas en producción que tienen un número importante de pozos cerrados, para que ese organismo proceda a invitar a las empresas internacionales y nacionales que se crearen, para que las reactiven;
2) el número exacto de pozos inactivos se sabrá cuando se realicen las auditorías respectivas. Muchos de esos pozos llevan cerrados decenas de años y, en principio, están perdidos; lo importante es que se posee la información necesaria para perforar sus reemplazos;
3) disponer de los equipos de perforación, bienes y servicios, que habrá que traer del exterior, por lo que será preciso, de forma prioritaria, resolver el escollo de la obtención de divisas.
Será esencial hacer expedita las importaciones que se requieran; si no llegan al país los equipos de perforación y reparación de pozos sin trabas burocráticas, nada de lo propuesto podrá materializarse;
4) tener los miles de profesionales que deberán incorporarse a esta actividad en el sector privado y la estatal. Muchos tendrán que venir del exterior, contratados por las nuevas empresas y muy bien pagados en dólares o euros;
5) permitir la total expatriación de los capitales que lleguen y los beneficios y dividendos que produzca la actividad, así como los salarios y beneficios del personal extranjero que así desee hacerlo;
6) contar con empresas de bienes y servicios a la altura de las exigencias;
7) lograr una "tregua sindical" y que los sindicatos y trabajadores estén dispuestos a contribuir con el desarrollo de las actividades;
8) para reformar la Ley de Hidrocarburos y facilitar la materialización de las propuestas, es necesario comenzar a establecer contactos con los diputados de la Asamblea Nacional actual, de modo que se sientan presionados y comprometidos con sus regiones para que aprueben los cambios.
Sugerimos que se use la figura de leyes habilitantes para acelerar los cambios legales requeridos.
Venezuela necesita un Estado no empresario, pequeño pero fuerte, con sólidas instituciones. Construyamos un país de oportunidades, donde se respete la propiedad privada y el estado de derecho. Dejemos que sean la Pdvsa reorganizada, las empresas nacionales e internacionales que vendrán, una vez que las reglas estén claras, las que digan al ente regulador y al país cuánto petróleo y gas natural pueden producir.

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