jueves, 30 de diciembre de 2010

CAP: UN PRESIDENTE CARDINAL
Editorial de El Espectador
No es para menos que sea uno de los más altos funcionarios quien represente al país durante la ceremonia: la consolidación de las relaciones colombo-venezolanas se debe, en gran medida, a la labor del ex presidente Pérez y su cercanía, primero, con el gobierno de Alfonso López Michelsen y después, durante su segunda administración, con el gobierno de Virgilio Barco. Cercanías favorecidas tanto por el carácter liberal de estos líderes políticos como por la necesidad de superar los problemas limítrofes que habían dominado hasta el momento las relaciones. Los 2.210 kilómetros de frontera común, desde la disolución de la Gran Colombia, habían sido motivo clásico de conflicto. Tristemente, la vecindad, en lugar de acercarnos, terminó todas las veces alejándonos. De hecho, en agosto de 1987, el infortunado incidente de la corbeta Caldas casi nos hunde en el terror de la guerra.
Las cosas no pasaron a mayores. El presidente venezolano Jaime Lusinchi y el presidente Barco pudieron dirimir las diferencias y en el período siguiente, de 1989 a 1994, Carlos Andrés Pérez consolidó los puentes entre las dos naciones. Puentes que había comenzado a forjar entre 1974 y 1979, espacio de su primer mandato. Además, firmó el tratado comercial que significó el paso de un intercambio de 250 millones a 8 mil millones de dólares por año. De esta manera, con las tensiones presentes, pero mitigadas y con un comercio cada vez más sólido, la frontera, hasta el segundo periodo de Álvaro Uribe, gozó de relativa calma. La tranquilidad dio incluso para que Colombia y Venezuela manejaran su política exterior en conjunto. Fue tan cercana la relación de Carlos Andrés Pérez con Colombia, que en su país le decían ‘el gocho’, es decir, el andino, aprovechando rumores de su nacimiento en Cúcuta.
Carlos Andrés Pérez, o CAP como se le conocía, no fue sólo importante para Colombia. Él fue, para bien o para mal, el presidente cardinal de Venezuela en la segunda mitad del siglo XX. En su primer mandato nacionalizó las petroleras y utilizó los altos precios del crudo para volcarlos en el país. Carreteras, puentes y metros que sólo se veían en Norteamérica y Europa estaban siendo construidos en Venezuela. Junto con la infraestructura hubo otras inversiones y, ciertamente, muchos subsidios. Fueron éstos los que le valieron su fama y le concedieron el segundo mandato. Sin embargo, también fueron los subsidios los que le dieron muerte política. Con los precios del petróleo por el suelo y con una deuda externa difícil por cuenta de las dos pasadas administraciones, Pérez tuvo que recortar los acostumbrados privilegios.
Sus medidas, conocidas como el ‘paquetazo’, generaron un descontento generalizado. El ‘Caracazo’ y los dos fallidos golpes de Estado desestabilizaron su gobierno. Fue finalmente procesado por corrupción en el interior de la gigantesca burocracia venezolana, alimentada en su primer periodo, y después del indulto tuvo que abandonar su país. ¿Es culpable Carlos Andrés Pérez de la llegada de Hugo Chávez al poder? En parte. Nada bueno quedó de los excesivos subsidios ni de la corrupción que los acompañó. Sin embargo, a pesar de sus crasos errores, Pérez fue un gran líder democrático, capaz de desvanecer los rezagos de las juntas militares de finales de los 50 y darle el estatus que merecían las instituciones. Ojalá hubiera sido más recto en el manejo de la finanzas públicas y más hábil para enfrentar las revueltas, pero en cualquier caso es un lástima que una figura política tan importante haya tenido que morir en el exilio.

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