miércoles, 16 de abril de 2014

TODO ES MENTIRA
MIGUEL ÁNGEL SANTOS | 

EL UNIVERSAL
El gobierno ha decidido enfrentar la catástrofe económica con un nuevo set de mentiras. Puso a rodar el Sicad-2 bajo la promesa de que sería un mercado libre, sin restricciones. Nada más lejos. Tres semanas después y ya Sicad-2 es una nueva versión de Sicad-1, pero a la tasa le metieron esteroides. El precio al que se "equilibraría" el dólar no es un precio de equilibrio, es un valor que ellos han escogido, así como han podido escoger cualquier otro. De allí la "precisión" en las predicciones de algunos. Es lo que ellos filtraron, sin ninguna consideración sobre si a esa tasa la oferta igualaría la demanda. Hoy en día Sicad-2 es un sistema a través del cual se colocan órdenes, se escoge un precio arbitrario, y se asignan divisas de forma caprichosa e insuficiente. El mercado paralelo bajó, porque algo de la demanda se ha trasladado, pero mantiene una prima de 30%. La subasta no es una subasta. El mercado no es un mercado.
Algo similar se viene en materia de inflación y escasez. En un esfuerzo por hacer reaparecer los bienes en los anaqueles el gobierno está dispuesto a revisar la política de precios que los desapareció. Con algunos detalles. Le proponen ahora al sector privado subir los precios, pero no están dispuestos a publicarlos en Gaceta. Es una mentira similar a la del dólar. Están más obsesionados con lo que dice el papel, y lo que ellos repiten en cadenas, que con encontrar soluciones. El problema es que tras años perseguidos y acosados por el Estado, tras innumerables denuncias, citaciones, ocupaciones, confiscaciones de inventario, tras haber sido expuestos ante la nación como especuladores y ladrones, hay muchos que no están dispuestos a seguirles el juego. Saben que la promesa desi empiezan a vender más caro nadie los va a perseguir no es creíble, y lo será cada vez menos en la medida en que se aproxime una elección. El gobierno quiere tenerlos en las manos, invitarlos a hacer algo ilegal según el retorcido engranaje de la legislatura chavista. Muchos se han opuesto, y han solicitado que se reconozcan los aumentos de precios en la Gaceta Oficial. Dentro de la locura en la que estamos inmersos es lo que hace más sentido. En las próximas semanas podrían empezar a aparecer algunos bienes a dos (100%) y tres (200%) veces su precio "regulado". Lo que no puede reaparecer son los empresarios, la producción de los terrenos y fundos expropiados, las instalaciones que han sido tomadas y abandonadas, las transnacionales que se marcharon a los países vecinos para desde allí exportar a Venezuela. Esas no aparecen ni con un plumazo en Gaceta ni sin él. Han pasado a formar parte del legado miserable de la revolución.

Henri Falcón les ha puesto los puntos sobre las íes en cadena nacional. Con asertividad y empatía, les ha recordado las expropiaciones de fundos, "aquél Aló Presidente, en aquella finca". Los ha invitado a darse una vuelta por ahí. El único que se apoderó de todo aquello terminó siendo el abandono. Hago este giro para llamar la atención sobre la importancia de volver a poner sobre la mesa del debate los problemas de la gente. Se aproximan tiempos todavía más difíciles. El gobierno hará un anuncio rimbombante de aumento salarial el próximo primero de Mayo, pero aún así el salario quedará diluido en los aumentos de precios que serán necesarios para recuperar el abastecimiento. Es ese ciclo, que Omar Barboza quiso esbozar con algún éxito, en donde imprimes dinero para pagar gastos, generas inflación, lo que te obliga a aumentar el salario, para lo que se hace necesario imprimir más dinero, y así sucesivamente.
La oposición necesita reagruparse y volver a centrar el debate en los problemas de la gente. Necesita coordinar a como de lugar el esfuerzo de la calle con el de la mesa de negociación. Está obligada a empaquetar las condiciones electorales, el CNE, el TSJ y otros refinamientos que a los ojos de la gente resultan afrancesados, con las dificultades de la vida cotidiana y la incapacidad del gobierno para resolver la economía y la inseguridad. Nada garantiza que la mesa de negociación no sea otra mentira, pero nosotros tenemos que estar ahí y apostar por ella. El problema de Venezuela ha trascendido sus fronteras (véase lo que declaró Patiño antes de salir de Ecuador y lo que dijo una vez en Caracas), y eso nos abre una oportunidad. Más allá del cómo y por qué llegamos hasta aquí, debemos erguirnos por encima de nuestras diferencias y diseñar entre todos una estrategia unitaria conjunta que nos permita sacar el mejor provecho de esta circunstancia. No se trata de quién tenía razón, se trata de Venezuela.

@miguelsantos12

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