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DIEGO BAUTISTA URBANEJA
EL UNIVERSAL
A varios días de la reunión sostenida en Miraflores entre el gobierno y la oposición, hay varios balances que se pueden hacer.
Al mismo día siguiente se sintió, creo yo, una sensación de satisfacción en el sector opositor. El desempeño de la representación de la MUD fue de alta calidad, con papeles muy bien distribuidos, y con un vigoroso mensaje crítico. Todo aquello de la foto, del show, de la lavada de cara al gobierno quedó en el cesto de la basura. Nadie podía sostener que aquello fue un show, que se lavó la cara al gobierno o que lo único que se fue a hacer allí fue sacarse una foto para las primeras planas.
Todo esto queda más de bulto cuando se compara con el bajo nivel de las intervenciones de la gente del oficialismo. Eso fue en verdad sorprendente. Para una comparecencia de ese tipo había que llevar lo mejor de lo que se disponía, y el oficialismo se presentó con unos cuantos batesquebraos, al lado de otros que eran de mejor nivel. No es seguro que el oficialismo tenga como alinear algo mejor de lo que llevaron, pero es difícil que no cuenten allí con nada superior a Eekhout o Pinto. El gobierno se vio inferior, y hasta pareció apabullado, y uno pensaría que la diferencia a favor de la oposición fue evidente para la gran mayoría. Para decirlo todo, en estas cosas tan de juicios subjetivos uno nunca sabe: a lo mejor hay bastantes oficialistas que creen que el gobierno salió muy bien parado.
Amplio logro
Había un objetivo de gran valor para la oposición, que se logró ampliamente. Que el país de los partidarios del gobierno, y de los que sin serlo no están tampoco alineados en el campo opositor, vieran y oyeran a los dirigentes de la MUD en vivo y en directo, sin distorsiones ni anteojeras. Esto constituía un valor en sí mismo, que se logró plenamente.
La presentación de la oposición tuvo suficiente fuerza propia para poner en segundo lugar los cuestionamientos que algunas voces habían levantado contra esa reunión. No era necesario para ello entrar en una polémica directa con esos críticos. La MUD fue a lo que fue: a hacer una fuerte crítica al gobierno a los ojos de todo el país y a hacer una serie muy precisa de propuestas sobre cómo dar pasos que mejoren la calidad de la convivencia democrática entre los venezolanos. Ni se arrogó la MUD representaciones que no tenia, ni pretendió hablar en nombre de toda la oposición, e insistió especialmente en la necesidad de que el gobierno se siente aparte con el sector estudiantil, que tiene su propia identidad y su propio liderazgo. Del mismo modo, quedó claro para todos que esa reunión y las que deban venir no son de ninguna manera una forma de controlar o disuadir la protesta de los venezolanos. Esta tiene su propia dinámica y su propio fundamento. Es la incapacidad gubernamental en materia económica y en materia de seguridad lo que está en la base de esas manifestaciones y son las políticas del gobierno en esos las que, si rectifican en lo necesario, pueden hacer disminuir las protestas de la gente, no una reunión en Miraflores o unos acuerdos sobre materias tan precisas como aquellas que propone la MUD en estos primeros encuentros. Ciertamente que esta alianza opositora también urge al gobierno para que corrija sus errores en las materias mencionadas, pero esa materia va por ahora más allá de las propuestas hechas para una primera ronda de posibles decisiones.
Cuatro puntos
Ya la reunión tuvo lugar y tuvo sus resultados propios. La evaluación de quien ganó ese debate particular queda atrás y abierta a todos los gustos. Ahora queda por ver si lo allí dicho se traducirá en decisiones. Son cuatro cosas las que deben centrar los esfuerzos, en cuanto a las proposiciones de la MUD concierne: ley de amnistía, desarme de los grupos oficialistas armados, comisión de la verdad independiente y creíble, elección de los titulares de los poderes públicos en la forma pautada en la Constitución de modo que produzca una poderes electoral y moral imparciales y confiables. Como se ve, en todas y cada una de esas cosas, todo depende de la voluntad gubernamental. Es él quien tiene la palabra. Los terceros presentes en estas conversaciones tendrán un papel muy grande que jugar en cuanto a posibilitar acuerdos reales en torno a esos asuntos. Sería muy triste que este trabajado paso inicial que se dio el jueves pasado no diera frutos.
dburbaneja@gmail.com
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