PDVSA
ha dilapidado la misma cantidad que hoy tiene Venezuela en reservas
internacionales
La empresa estatal se perjudicó
al perder su misión comercial
Prensa
Unidad Venezuela (Caracas, 23 de junio de 2015).-”Entre
el año 2011 y el 2014, las refinerías venezolanas han arrojado pérdidas
patrimoniales por el orden de los 14.500 millones de dólares, es decir, han
dilapido, prácticamente, lo que el país tiene hoy en reservas internacionales”.
El señalamiento corresponde al
experto petrolero Luis Soler, miembro de la asociación civil Centro de Orientación en Energía
(COENER), quien, al ofrecer un diagnóstico sobre la situación de Petróleos de
Venezuela (PDVSA), indicó que se han registrado cifras muy pobres no solo en el
ámbito operacional, sino también en materia financiera y de seguridad.
“Desde el punto de vista
financiero, los márgenes de refinación que se están obteniendo están por debajo
de lo que complejos similares en el mundo pueden hacer – por ejemplo, en lugar
de procesar 6 dólares por barril de ganancia, están arrastrando 5 dólares por
barril procesado en pérdidas, una diferencia de 11 dólares -; en tanto que en
lo que corresponde a la seguridad, la accidentabilidad de las refinerías
venezolanas se ubica entre 6 y 10 veces el promedio mundial”, expresó el
consultor en el área del crudo.
Soler, quien es ingeniero
mecánico con maestrías en ingeniería química, considera que los problemas que
afectan a nuestra industria de los hidrocarburos radican en el cambio de misión
del holding estatal a causa de las políticas gubernamentales que han modificado
los objetivos de la corporación.
“De una
empresa comercial, cuyo objetivo era generar el máximo valor a su accionista
que es la nación venezolana, para que el Estado invierta ese valor generado en
beneficio a la nación, se ha convertido en una empresa netamente de carácter
social, que cuando le queda tiempo se dedica a ciertas funciones petroleras. Eso
ha desvirtuado el objetivo de la empresa. Como empresa del Estado, del país,
tiene una función de responsabilidad social, pero ese no era el foco, el foco
era comercial”, manifestó quien ejerciera diversos cargos técnicos, gerenciales
y directivos en PDVSA y sus filiales en el área de refinación, desarrollo de
negocios en la Faja del Orinoco, además de Gerente de Planificación Estratégica
de la casa matriz.
Soler indica
que al cambiar los objetivos, se genera una cascada de decisiones en todos los
niveles que conducen a considerar al ente petrolero como una organización con
fines políticos. “Ha descuidado sus operaciones, descuidado sus niveles de
seguridad, descuidado los índices de rentabilidad, tanto que hemos llegado a
escuchar decir a sus directivos cosas absurdas como aquella de: ¿quién ha dicho
que PDVSA tiene que ser rentable”, ironizó.
Chalmette
fue rematada a precio de gallina flaca
El ingeniero Luis Soler destaca
que desde hace un tiempo, Petróleos de Venezuela ha venido desprendiéndose de activos
altamente valiosos para el futuro de la empresa y del país, activos que generan
rentabilidad en divisas y que, además, ocupan una función estratégica como lo
es el asegurar el mercado.
“La justificación del Gobierno
Nacional de vender el 50 % por ciento de la participación de PDVSA en la
refinería de Chalmette – cerca de Nueva Orleans, en Luisiana, Estados Unidos -
nos parece fútil. Cuesta creer eso de que no es un activo estratégico cuando
todos los planes apuntan que vamos a desarrollar la Faja Petrolífera del
Orinoco”, enfatizó el declarante.
“Un argumento esgrimido por el
Ejecutivo para dicha negociación es que el dominio sobre la refinería –
adquirida en su totalidad por la firma norteamericana PBF Energy; la otra mitad
accionaria fue comprada a Exxon Mobil – es que no está alineada con las políticas comerciales del país. Yo
creo que las políticas comerciales no deben depender del gobierno de turno, pues
la nación, a la larga, no puede desprenderse de un activo que le garantiza
acceso a un mercado tan importante como
lo es el de refinación de la costa del golfo de EEUU, único capaz de refinar
los crudos extrapesados venezolanos en suficiente volumen como para
garantizarle salida a esos crudos, aparte de lo que hagamos en el país”, explicó
Soler.
“El precio al cual se pactó la
venta de la refinería de Chalmette es de 322 millones de dólares, una refinería
que es mucho más compleja que la de El Palito, que es casi como la refinería de
Cardón, es decir, estamos vendiendo la mitad de Cardón, por decir algo, por 160
millones de dólares”, dijo el ingeniero, agregando: “el negocio de refinación
es un negocio cíclico que tiene altibajos, y los ciclos son largos; por eso,
valorizar una refinería debe tomar en cuenta estos ciclos de precios del crudo,
los precios del producto, y de márgenes de refinación; la refinería no es un
activo de producción, es un activo de manufactura y, por lo tanto, se valora en
base a lo que produce con lo que le cuesta la materia prima que es el crudo”,
aclaró.
El analista acotó que PBF
Energy ha sido un “comprador inteligente” para formular una oferta por
Chalmette y apoderarse del complejo por una “bagatela”, subrayando que dicha
compañía era una inversionista financiera que había aprovechado un momento de
debilidad en el mercado de refinación.
Lo que es bueno para el pavo no
lo es necesariamente lo es para la pava
Para Luis Soler, Exxon Mobil
tenía motivos muy distintos a los de Venezuela para vender el referido activo.
“Exxon vende a ese precio porque Exxon tiene una visión financiera del negocio,
Exxon no responde a sus accionistas, le interesan solo los resultados a corto
plazo; para Exxon desprenderse de Chalmette no significa nada si su
rentabilidad es marginal para su negocio global. Para nuestro país, en cambio,
el valor estratégico es inmenso porque involucra una capacidad de 100 mil
barriles diarios que se pierden de colocación de crudos extrapesados de la Faja
en el principal mercado del mundo y cuyo valor de reemplazo en EEUU no baja de
2 a 3 millones de dólares. Es decir, hemos vendido por 160 millones de dólares
algo que se cotiza, por lo menos, 10 veces más en su valor de reemplazo.
Entonces, en nuestra opinión, esto fue rematado a precio de gallina flaca”,
sentenció el connotado expositor.
Para mayores detalles, Soler
afirmó que el presidente de PBF Energy estimaba recuperar su inversión en dos
años y hasta mejorar la operación procesando más crudo pesado barato,
eliminando cuellos de botella, reactivando una planta de crackeo paralizado y
otras acciones.
“Los crudos pesados – de menos
de 22 grados API – son una rareza en el
mundo, apenas, el 10 % de la producción mundial, y son pocas las refinerías
capaces de procesarlo – Chalmette; Citgo, en la costa del golfo de EEUU; Jose,
en Venezuela -; tenemos un mercado competido pues, en este momento, esas
refinerías están siendo vistas con validez por otros competidores nuestros en
el rubro que son Canadá, con sus crudos de Alberta, y México; ambos perciben
que el único sitio donde pueden colocar esos crudos pesados es en la costa del
golfo de EEUU, porque en Europa no se procesan, salvo pequeños volúmenes, ni en
Asia”, informó el ponente.
En opinión del ingeniero Soler
la situación es reversible si el país adopta la decisión estratégica de
recuperar activos cuando se presente la oportunidad en el mercado. “Tener el
cuerpo negociador listo, tener la decisión política lista y tener el dinero en
el bolsillo listo para ejecutar la compra. Si entramos en un proceso de
discutir, y vamos a pasar dos años en eso, la oportunidad se nos va”.
“El negocio petrolero es muy
complejo y necesita toda su fuerza laboral, ejecutiva y de dirección dedicada a
eso, dejándole al Estado sus otras funciones, las funciones sociales. Para eso
existen ministerios e institutos autónomos que pudieran asumir esas tareas con
mucha más eficiencia global para la nación - me refiero a la Misión Vivienda, a
la Misión Alimentación, entre otras - , que no deben ser emprendidas por una
empresa petrolera. No digo que no se hagan pero están mal ubicadas, y PDVSA tiene
que dedicarse a sus negocios”, concluyó el ingeniero Luis Soler.
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