viernes, 24 de noviembre de 2017

El envejecimiento del liderazgo forzará los cambios en Cuba



EL VIA GOMEZ

POLITIKA
 
Con el patrocinio de la Embajada de los Países Bajos y del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (CEP-UCAB), se realizó la conferencia “La influencia de Cuba en América Latina”, que dictó el profesor emérito de la Universidad de Utrecht, Dirk Kruijt.
El conferencista destacó que el éxito del prolongado régimen cubano ha sido su modelo de partido único, apoyado por las Fuerzas Armadas y los organismos de Inteligencia y Seguridad Policial, con elecciones unipartidarias que movilizan a un núcleo electoral duro del 30% que puede manejar sin problemas el descontento social.
Dirk Kruijt, académico con amplia bibliografía sobre la experiencia de la izquierda y la guerrilla latinoamericana vinculada con el régimen de Cuba, afirmó que en un horizonte de diez años en esa isla deberá producirse una transformación del sistema imperante en los últimos 60 años. La razón es el imperativo biológico, por el envejecimiento de los líderes originales de la revolución castrista de 1959, incluyendo a Raúl Castro, “que hoy goza de buena salud”, dijo.
No descartó que se produzca una lenta modificación hacia un sistema económico mixto como el de Vietnam, que garantice educación y salud pero con un partido único.
Kruijt, de visita en Caracas, ha sostenido una agenda intensa de encuentros públicos y privados con el sector académico y ONG, en los que ha recibido información de primera mano sobre la realidad nacional. Con el patrocinio de la Embajada de los Países Bajos y del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (CEP-UCAB), Kruijt ofreció en el auditorio de Ingeniería de la UCAB, este jueves 23, la conferencia  “La influencia de Cuba en América Latina”. El embajador de Holanda en Venezuela, Norbert Braakhuis, estuvo presente.
El profesor emérito de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) destacó que lo que ha caracterizado a los gobernantes de Cuba en las últimas décadas ha sido el pragmatismo y así se desligaron de las guerrillas, salvo en los países centroamericanos donde prevalecieron dictaduras. Para esa época, los años 80, dijo Kruijt, la Unión Soviética alertó a Cuba que en caso de invasión militar por parte de los Estados Unidos no contaran con una respuesta militar de su parte. Fue tal la presencia de la URSS en la isla que cuando se produjo el retiro de los asesores y equipos rusos de la isla fue necesario mover 300 barcos, afirmó.
A partir de esa época, Cuba cambió su relación con América Latina y desarrolló un estilo “soft power”, con un perfil de ayuda humanitaria con brigadas médicas, de alfabetización y cooperación en caso de desastres, el perfil con el que se presentó en Venezuela bajo la gestión de Hugo Chávez. Recordó que Chávez desarrolló con Fidel Castro un estrecha “amistad política” que empezó por una enorme simpatía personal mutua.
“Venezuela no es colonia de Cuba”
Kruijt  dijo estar convencido de que el presidente Raúl Castro quiere hacer cambios económicos y hacer surgir empresas pequeñas y medianas, pero “Cuba no tiene ni idea de lo que es el microcrédito”, aunado a que la tradición del control estatal por más de medio siglo ha impedido el desarrollo de una cultura del emprendimiento. Comentó que recientemente Bolivia está dando algún asesoramiento en la materia, pero es un área en el que el país mediterráneo apenas empieza a conocer, mientras que muchos otros países de América Latina tienen una tradición de 30 años con los microcréditos.
Afirmó que los que controlan el gobierno cubano saben que tienen que transformar el sistema económico, “pero ni siquiera saben cómo hacerlo”. “Recrear un clima con un mínimo espíritu empresarial en Cuba va a costar tiempo”, dijo Kruijt.
Aseguró que por ahora la isla está “relativamente calmada” y comentó que el trato que se le da a la disidencia política ha mejorado en tanto “no estén activos”. También desestimó la presencia de narcotráfico en la isla porque eso está “pésimamente visto” y se les califica como “traidores a la patria”.
Declinó abordar en la etapa de comentarios y preguntas el tema sobre la influencia del gobierno de Cuba en la actual gestión de Nicolás Maduro. Puso en duda que la influencia de Cuba sobre Venezuela sea tanta como afirmó un participante del público, que describió la relación de Cuba respecto de Venezuela como “parasitaria”.
“No puedo imaginarme que el Presidente de un país soberano va a implementar una política cubana. Venezuela no es una colonia de Cuba”, afirmó Kruijt.
El conferencista destacó que el éxito del prolongado régimen ha sido su modelo de partido único, apoyado por las Fuerzas Armadas y los organismos de Inteligencia y Seguridad Policial, con elecciones unipartidarias con la movilización de un núcleo electoral duro del 30% que puede manejar sin problemas el descontento social.
Kruijt comentó, ante una pregunta, que el proceso cubano ha sido visto desde la izquierda europea como un fenómeno “sexi” y hasta “romántico”, asociado a un ambiente idílico por su localización subtropical, lo que fue así desde que vivía el Ché Guevara y actuaba como representante de la revolución. Además, fue la primera revolución socialista.
Dirk Kruijt hizo un resumen de las principales actividades de la revolución castrista, desde que se inició en 1959 como una democracia plebiscitaria hasta que, menos de dos años después, la cúpula comandada por Fidel Castro ocupó las principales posiciones de poder y se sostuvo, hasta el presente, en sus fuerzas armadas. Paralelamente, todo el aparato económico fue asumido por personas que no tenían ningún conocimiento en la materia. Al cabo de 10 años, Cuba acepta la asesoría de la Unión Soviética que envía a la isla más de cinco mil expertos –explicó–, la mitad de ellos militares y es a partir de allí cuando se fortalece la línea dura comunista y la exportación de entrenamiento a la guerrilla latinoamericana en 14 países que, según Kruijt, no contaba con las simpatías de la URSS que aspiraba a normalizar sus relaciones con los Estados Unidos.
Destacó que Cuba se preocupó de desarrollar una eficiente diplomacia y ofreció entrenamiento a militares excombatientes con la asesoría de los aparatos de Inteligencia ruso y alemán oriental (KGB y Stasi), y así logro romper por la vía de una red de relaciones informales el aislamiento impuesto por los Estados Unidos y seguido por todos los países de la región, menos por México.
En el caso de Venezuela, Kruijt dijo que hubo en el territorio entre 20 y 23 acoplamientos guerrilleros diferentes. En el caso de los países de América del Sur, señaló que una de las razones del fracaso fue la barrera idiomática, por la preeminencia del guaraní, el aymara y el quechua, dificultad que fue superada luego en Centroamérica, donde además lograron unificar los diferentes grupos.

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