jueves, 15 de agosto de 2013


Constituyente ¿pa' qué?


            JORGE SAYEGH 
EL UNIVERSAL
15 de agosto de 2013
Uno de los mitos políticos más recurrente es el cambio de Constitución como solución para todo. Chávez me pareció una amenaza desde el mismo 4F, y eso que yo era un franco opositor a la "canalla adecopeyanamasista". Nadie que quiera derrocar a tiros un gobierno electo democráticamente merece el más mínimo respeto. Y cuando se transfiguró en candidato, cuya única propuesta era cambiar la Constitución, no me quedó duda de su cojera como estadista. Sólo quería el coroto.

Las constituciones no son más que un manual de funcionamiento del Estado, pero si no le vas a hacer caso al manual -ni siquiera cuando el coroto se te echa a perder- pues da lo mismo que redactes uno nuevo. María Corina nunca ha sido santa de mi devoción y por el camino que va jamás producirá un milagro. Convocar una constituyente con este gobierno en el poder es suicida, además de irreflexivo, infantil y prematuro.

Inexorablemente este gobierno irá mermando y la oposición irá ocupando plazas gubernamentales. Pero eso tomará un tiempo. Paciencia y labor real en distintas instancias es lo que le podría dar a la oposición la legitimidad para convocar cambios constitucionales. Y un CNE independiente, lo que permitirá una Asamblea Constituyente proporcional a la voluntad del electorado. Recordemos que en la última, con el 60% de los votos el chavismo se hizo de más del 90% de los constituyentes.

En realidad el único pecado político de la actual Constitución es la reelección eterna. Pero eso podría cambiarse con un simple referéndum. Sin embargo, debo confesar que hay un motivo por el cual es indispensable cambiar íntegro el texto de nuestra Carta Magna. Para corregir esa espantosa redacción antigramatical ypoliticorrectista que "visibiliza" el género. Un motivo y millonas de razones. 

JorgeSayegh@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario