José Toro Hardy
Desde que derroca al rey Faruk en 1954, Gamal Abdel Nasser procuró extender su influencia panarábiga con una fuerte retórica contra los judíos. Ofrecía barrer del mapa a Israel.
Convencido de que Nasser cumpliría sus amenazas, Israel decide tomar la iniciativa y el 4 de julio de 1967 lanza un ataque sorpresivo. Cerca de 300 aviones Mirage vuelan en la madrugada a baja altura sobre el desierto del Sinaí y destruyen la poderosa aviación egipcia dotada de aviones rusos de última generación, sin que éstos ni siquiera alcanzasen a levantar el vuelo. Se desata así la llamada Guerra de los Seis Días, porque ese fue el tiempo que tomó a los judíos derrotar a los ejércitos egipcios, sirios y jordanos que había ofrecido destruirlos.
En un acto de malabarismo político Nasser se mantiene en el poder. Para lograrlo opta por bloquear el Canal de Suez que era la yugular petrolera del mundo por donde transitaba todo el petróleo que desde el Golfo Pérsico se dirigía a los mercados occidentales.
El Canal se mantuvo cerrado desde 1967 hasta 1975. Las consecuencias fueron terribles. Para llegar a los mercados occidentales el petróleo del Golfo tenía ahora que darle la vuelta a todo el continente africano. El recorrido adicional era de casi 10.000 millas náuticas y no había suficientes tanqueros en el mundo para realizarlo.
Ante las nuevas circunstancias se produjo una revolución tecnológica. Entre 1967 y 1970 se construyó un enorme número de nuevos supertanqueros de tales dimensiones que podían compensar el costo del recorrido adicional. Esos nuevos buques eran tan grandes que ya no podían pasar por el Canal de Suez.
Al final el Canal fue reabierto al tránsito en 1975; sin embargo, Egipto había perdido para siempre el control de la yugular petrolera del mundo.
Algo parecido está ocurriendo en la actualidad con el desarrollo de las tecnologías para la explotación del petróleo y el gas de esquisto.
En efecto, durante décadas en el mundo islámico productor de petróleo se han venido produciendo recurrentes crisis que han amenazado con interrumpir o han interrumpido efectivamente el suministro petrolero desde aquella región del mundo, provocando severas crisis en la economía. Adicionalmente, desde principios de la década de los ochenta, la OPEP ha recurrido a los recortes de producción para propiciar aumentos en el precio del petróleo.
Lo que no previeron los países de la OPEP es que mientras más alto fuese el precio del petróleo y más inseguro su suministro, inevitablemente el mundo se vería en la necesidad de desarrollar nuevas tecnologías que le permitiesen no sólo un mayor ahorro energético, sino también la búsqueda de otras formas de producir petróleo que los independizase de las amenazas constantes de interrupción del suministro.
El futuro ya llegó. Hoy en día en EEUU se ha desarrollado la tecnología para producir petróleo y gas de esquisto. Se trata de hidrocarburos atrapados en los poros y en las capas de rocas sedimentarias, que hoy en día pueden ser extraídos mediante técnicas de fracturación (cracking) y la perforación de pozos tanto verticales como horizontales.
EEUU tiene las mayores reservas de hidrocarburos de esquisto, lo cual los llevará en pocos años a transformarse en el mayor productor mundial de petróleo y a independizarse de las amenazas energéticas. Muy posiblemente seguirá sin embargo importando petróleo desde Canadá y México, países a los que considera abastecedores seguros.
Lamentablemente Venezuela -que siempre había sido considerado como el abastecedor más seguro y confiable de los mercados- ha abdicado voluntariamente a esa condición mediante políticas de enfrentamiento con EEUU y de acercamiento a Irán.
Hemos pretendido renunciar a un mercado como el americano que está a 5 días de nuestras costas, para reemplazarlo por otro como el de China que está a unos 40 días en tanquero.
Lo más triste es que China al igual que Argentina, también cuentan con enormes reservas de petróleo de esquistos. En Europa también las hay, pero existen medidas de protección del medio ambiente que limitan su producción.
Con angustia me pregunto si no nos va a ocurrir igual que a Egipto, que perdió el control de la yugular petrolera del mundo con las políticas de Nasser. ¿Qué haremos con las mayores reservas de petróleo del mundo que yacen en nuestro subsuelo? Al menos sabemos a quien culpar por este error histórico.
@josetorohardy
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