domingo, 17 de enero de 2016

LUIS UGALDE SJ: "NO HAY PAIS POSIBLE SI CADA QUIEN MUESTRA SUS EGOISMOS"
 
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MARCOS DAVID VALVERDE
CORREO DEL CARONÍ

“He dejado hablar al venezolano angustiado que llevo dentro porque no somos pocos los venezolanos que estamos angustiados por las tempestades que van a provocar los vientos de odio, de ilegalidad y de violencia sin razón ni sentido que hoy se están sembrando”.
La cosecha de esa siembra, según Luis Ugalde (director del Centro de Reflexión y de Planificación Educativa de los Jesuitas, y ex rector de la Universidad Católica Andrés Bello), está a la vista. Más de 16 años han pasado desde que el autor de esa frase que él reproduce ahora, Jorge Olavarría, sorprendió al país feriado del 5 de julio de 1999, como respuesta las arremetidas verbales del entonces recién estrenado presidente Hugo Chávez.
Ugalde cita a Olavarría, en esta mañana del viernes en la sede de Posgrado de la UCAB Guayana. Es la misma mañana en la que periodistas escuchan sus relatos sobre los 100 años de presencia jesuita en Venezuela (de hecho, para eso ha venido) y sobre la expansión del legado educativo de la Compañía de Jesús en Bolívar (una treintena de escuelas Fe y Alegría en todo el estado, por ejemplo).
Pero necesita recordar a Olavarría. Pues Olavarría, en esa frase de 1999 que pronunció en el Congreso Nacional, condensó los próximos 17 años. Tal bloque de 17 años, cuya cola es, decía, la cosecha de “odio, violencia e ilegalidad” (¿28 mil asesinatos en 2015 no dan cuenta de ello?) tiene ahora una posibilidad de revertirse.
Para ello es justo y necesario, más que dar gracias al señor, la participación ciudadana desde el reconocimiento y la solidaridad desde tres focos:   “reconstitucionalizar, mejorar el ámbito socioeconómico y juntarnos”. Sí, tal cual. Pues sin esa unión, añade Ugalde, nada se podrá.
-En octubre dijo que con la elección del 6 de diciembre veía el principio de una salida. ¿Ya Venezuela está en ese principio?
-Lo que ocurrió el 6 de diciembre es mucho más de lo que cualquier optimista hubiese esperado, y para el gobierno ha sido un golpe que los tiene aturdidos todavía. No se había imaginado que Venezuela iba a decir “basta”. Eso es lo que significa el 6 de diciembre. No es el resultado de una elección, sino un malestar. Si mañana se repitiera la elección, habría varios millones más que se sumarían. Entonces, el inicio significa eso. Claro, diferir de eso no es fácil. Si no estás preparado para reconocer los errores, no puedes avanzar. Es como el paciente diabético que le gusta mucho el chocolate: te puede gustar mucho, pero usted es diabético, métaselo en la cabeza. Pues, al gobierno se le ha dicho: por allí no es. Se lo han dicho varios de los que fueron sus ministros: con este modelo económico no hay salida. Con este modelo político, no hay salida. El mismo Fidel Castro lo dice. Entonces estas son cosas secundarias. No hay más remedio que aceptar la realidad. Y la oposición también tiene que aceptar la realidad también. ¿En qué sentido? Afortunadamente, las celebraciones fueron discretas pero no son una simple elección. Se trata de unión, de reconocer, de incluir. Igual ocurría antes, cuando el 60 o 70 por ciento  de la sociedad se sentía excluido, algo por lo cual se dieron los cambios en 1998.
-Hablamos de lo que se mal llama cuarta república.
 -Sí, efectivamente. Que nadie diga: salimos del chavismo y ya estamos en el paraíso. No, no. Estamos en el infierno de antes. El paraíso no existe. En 2016 hay que rescatar muchas de estas empresas. No es volver a lo que había: hay que reinvertir, meter tecnología porque en 15 años el mundo cambia. Hay que establecer relaciones, atraer inversión y formar trabajadores.
Si cada quien muestra sus egoísmos, no hay país posible. Para que haya país, tiene que haber solidaridad. Tiene que haber suficientes empresas de calidad, exitosas, para los millones de trabajadores. Si al empresario le va mal, al gobierno le va peor. Si en Guayana no hay inversión, seguirá yendo mal.
 
 
 
-Si habla de reinstitucionalizar, ¿cómo valora el hecho de la salida de la iconografía de Hugo Chávez y de la más reciente de Simón Bolívar de la Asamblea Nacional?
-No me gusta mucho entrar en ese punto porque siento que los asuntos se distraen. Lo cierto es que hay cosas que están claras: el hecho de que allí no esté Chávez es total y absolutamente razonable. No me meto en la forma en que lo sacaron. Ahí no me meto para nada. Ahora, en cuanto a Bolívar es más pertinente que esté el cuadro de Bolívar que él mismo dijo que era una fiel reproducción antes que una imagen inventada. Ahora, la forma en que la sacaron, que la discutan. 
 

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