El bolívar a las puertas de otra devaluación
En enero de este año el presidente de la República, Hugo Chávez, anunció la devaluación del bolívar para "el fortalecimiento de la economía venezolana, frenar las importaciones que no sean estrictamente necesarias y también al mismo tiempo estimular la política exportadora".
No obstante, once meses más tarde, las exportaciones no asociadas al petróleo no reaccionan, el país ha aumentado la dependencia en los productos importados y tanto bancos de inversión como firmas de análisis dan por sentado una nueva devaluación del bolívar a inicios de 2011.
Barclays Capital señala en un reporte fechado el 14 de diciembre que espera la devaluación y, de acuerdo con sus previsiones, el tipo de cambio de 2,6 bolívares aumentará hasta 3 bolívares; el tipo de cambio de 4,30 aumentará hasta 5 bolívares y las divisas adquiridas a través del Sitme se encarecerán desde 5,30 hasta 6,5 bolívares.
Al tomar en cuenta el precio del dólar que regirá para cada sector de la economía, Barclays determina que el tipo de cambio promedio se ubicará en 5,15 bolívares lo que se traduciría en una devaluación de 22,6%.
Al mismo tiempo tanto Ecoanalítica como Econométrica indican en sus últimos reportes que es inminente el ajuste cambiario.
La sobrevaluación
Entre las causas que explican una nueva devaluación se encuentra que en Venezuela la inflación es muy superior a la de los países donde compra una larga lista de productos, esenciales para satisfacer a los consumidores.
Si el tipo de cambio permanece estático, la elevada inflación crea un desequilibrio donde los productos importados son más baratos que los nacionales y, por tanto, la producción nacional sufre, no es posible exportar y las importaciones aumentan, absorbiendo una mayor proporción de petrodólares.
El Banco Central ha fracasado en el objetivo de controlar la inflación y en los últimos doce meses los precios acumulan un salto de 27% mientras que en los países donde Venezuela realiza la mayoría de sus importaciones la inflación es mucho menor.
En lo que va de año en Estados Unidos los precios sólo han aumentado 1,1%, en Colombia 2,6% y en Brasil 5,6%.
Si bien el Gobierno puede justificar un nuevo ajuste cambiario como la medicina necesaria para corregir la sobrevaluación, analistas destacan que sin una política eficaz para frenar la inflación será inservible.
Lo ocurrido este año es ilustrativo. En enero el Gobierno devaluó la moneda y en los primeros nueve meses las exportaciones no asociadas al petróleo no aumentaron respecto al mismo lapso de 2009, incluso, retrocedieron 1,2%.
Cuellos de botella en la oferta, como controles de precios, trabas para el acceso a las divisas y el impacto del racionamiento de energía eléctrica han incidido en la fría respuesta de los empresarios.
Más bolívares
En Venezuela el tema de la devaluación no es solamente comercial, las implicaciones que tiene como fuente de ingresos para el Gobierno son clave.
Al recibir más bolívares por cada petrodólar la administración de Hugo Chávez estaría en condiciones de cubrir sus necesidades de caja y tratar de disminuir el ritmo del endeudamiento.
La Cepal sostiene que en 2010 el Gobierno enfrentó un déficit de 4,4% del PIB a pesar de que el precio promedio de la cesta petrolera venezolana se ha ubicado durante todo el año sobre los 70 dólares.
Históricamente en Venezuela la devaluación tiene un primer impacto recesivo. El alza en el costo de los productos importados impulsa la inflación y por tanto desciende el consumo que representa 70% del PIB.
En esta oportunidad el ajuste caería sobre una economía que ya tiene seis trimestres consecutivos de retroceso y donde el poder de compra de los trabajadores registra un descenso de 6,3% al contrastar el tercer trimestre de este año con el mismo lapso de 2009.
No obstante, once meses más tarde, las exportaciones no asociadas al petróleo no reaccionan, el país ha aumentado la dependencia en los productos importados y tanto bancos de inversión como firmas de análisis dan por sentado una nueva devaluación del bolívar a inicios de 2011.
Barclays Capital señala en un reporte fechado el 14 de diciembre que espera la devaluación y, de acuerdo con sus previsiones, el tipo de cambio de 2,6 bolívares aumentará hasta 3 bolívares; el tipo de cambio de 4,30 aumentará hasta 5 bolívares y las divisas adquiridas a través del Sitme se encarecerán desde 5,30 hasta 6,5 bolívares.
Al tomar en cuenta el precio del dólar que regirá para cada sector de la economía, Barclays determina que el tipo de cambio promedio se ubicará en 5,15 bolívares lo que se traduciría en una devaluación de 22,6%.
Al mismo tiempo tanto Ecoanalítica como Econométrica indican en sus últimos reportes que es inminente el ajuste cambiario.
La sobrevaluación
Entre las causas que explican una nueva devaluación se encuentra que en Venezuela la inflación es muy superior a la de los países donde compra una larga lista de productos, esenciales para satisfacer a los consumidores.
Si el tipo de cambio permanece estático, la elevada inflación crea un desequilibrio donde los productos importados son más baratos que los nacionales y, por tanto, la producción nacional sufre, no es posible exportar y las importaciones aumentan, absorbiendo una mayor proporción de petrodólares.
El Banco Central ha fracasado en el objetivo de controlar la inflación y en los últimos doce meses los precios acumulan un salto de 27% mientras que en los países donde Venezuela realiza la mayoría de sus importaciones la inflación es mucho menor.
En lo que va de año en Estados Unidos los precios sólo han aumentado 1,1%, en Colombia 2,6% y en Brasil 5,6%.
Si bien el Gobierno puede justificar un nuevo ajuste cambiario como la medicina necesaria para corregir la sobrevaluación, analistas destacan que sin una política eficaz para frenar la inflación será inservible.
Lo ocurrido este año es ilustrativo. En enero el Gobierno devaluó la moneda y en los primeros nueve meses las exportaciones no asociadas al petróleo no aumentaron respecto al mismo lapso de 2009, incluso, retrocedieron 1,2%.
Cuellos de botella en la oferta, como controles de precios, trabas para el acceso a las divisas y el impacto del racionamiento de energía eléctrica han incidido en la fría respuesta de los empresarios.
Más bolívares
En Venezuela el tema de la devaluación no es solamente comercial, las implicaciones que tiene como fuente de ingresos para el Gobierno son clave.
Al recibir más bolívares por cada petrodólar la administración de Hugo Chávez estaría en condiciones de cubrir sus necesidades de caja y tratar de disminuir el ritmo del endeudamiento.
La Cepal sostiene que en 2010 el Gobierno enfrentó un déficit de 4,4% del PIB a pesar de que el precio promedio de la cesta petrolera venezolana se ha ubicado durante todo el año sobre los 70 dólares.
Históricamente en Venezuela la devaluación tiene un primer impacto recesivo. El alza en el costo de los productos importados impulsa la inflación y por tanto desciende el consumo que representa 70% del PIB.
En esta oportunidad el ajuste caería sobre una economía que ya tiene seis trimestres consecutivos de retroceso y donde el poder de compra de los trabajadores registra un descenso de 6,3% al contrastar el tercer trimestre de este año con el mismo lapso de 2009.
EL UNIVERSAL, 16 DIC 2010
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