Fragmento artículo de Elias Pino iturrieta
El Universal, sábado 4-12-10
Monstruosas
El discurso chavista está lleno de paradojas, algunas monstruosas. Llama a la inclusión y excluye a los ciudadanos que son objeto de su antipatía. Pregona el humanismo y, cada vez más, promueve situaciones inhumanas. Predica la justicia, mientras predominan y se multiplican situaciones de escandalosa inequidad. Repite el mensaje de la igualdad, mientras redacta una nomenclatura a través de la cual crea fueros, funda diferencias y preferencias de carácter regional, y establece un riguroso escalafón de los sujetos y los espacios que requieren la ayuda oficial. Habla de concordia, mientras se sustenta en la retórica del odio y de la confrontación. La diferencia entre las palabras y los hechos conduce así a una situación de perplejidad, pero especialmente de insatisfacción y de ansias reprimidas en torno a la cuales ni siquiera existe la alternativa de la conformidad. El hábito de las expresiones que chocan con el entorno para dejar, por lo menos, un talante de amargura y un sentimiento de creciente desencanto, se vuelve un machacar de decepciones y de ganas de pasar factura, a veces en términos irreflexivos y violentos, que no sugiere salidas capaces de encontrar atenuación.
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