jueves, 25 de julio de 2013

MODELOS POLITICO-ECONÓMICOS EN COMPETENCIA EN LATINOAMERICA

     Emilio Nouel V.

En los años recientes, Latinoamérica ha presenciado la contienda entre varios modelos políticos y económicos en concurrencia, visiones distintas sobre las relaciones hemisféricas y globales.
De un lado, los apadrinados por la ubre generosa del petróleo venezolano, que enganchados a una búsqueda inútil de un socialismo perdido, han desembocado en diversas versiones de regímenes autoritarios o semiautoritarios, con poblaciones altamente polarizadas y alineaciones externas con gobiernos forajidos (Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Argentina); y de otro, los que habiendo mantenido la senda de la democracia liberal y la economía de mercado, han alcanzado importantes logros económicos y sociales, amén de presencia internacional vigorosa e influyente (Colombia, Chile, México, Perú, Costa Rica).
Brasil, entre otros, es uno de los países del segundo grupo con peso específico en el mundo y con decisiva gravitación regional.   
Sin embargo,  pareciera que los asuntos macroeconómicos y sociales de ese país no están marchando del todo bien. De un tiempo a esta parte, se han venido multiplicando señalamientos en ese sentido, y las enormes manifestaciones recientes testimonian un creciente descontento. Brasil está experimentando la misma desaceleración de gran parte de los mercados emergentes. El auge de los productos básicos parece que está llegando a su fin y lo déficits en las cuentas corrientes aparecen. 
La economía brasileña basada en el consumo tendrá que cambiar para hacerse más competitiva. Son vastos los sectores sociales aun marginados en ese país.
A pesar de que los buenos resultados de los últimos años, de cara al futuro algunos no ven el panorama claro. Brasil, de hecho, ha bajado, por ejemplo, en el ranking mundial de países emprendedores. Hay agotamiento de su modelo económico y el gasto público sigue aumentando pero no genera crecimiento. 
Hace poco la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s  lo rebaja en cuanto a su solvencia. Se dice que su menor ritmo de crecimiento (0,9% en 2012 y no más del 2% este año 2013) y el creciente endeudamiento de  los hogares brasileños (el 62% endeudados en un 46% de sus rentas), está produciendo una baja en el consumo que no augura una mejor calificación. 
Por otro lado, el presidente del Banco Central ha dicho que el crecimiento a partir de ahora se apoyará en la inversión y no en el consumo.
Obviamente, lo que ocurra en la economía de Brasil tendrá repercusiones que trascienden lo estrictamente crematístico, y tocan lo geopolítico en nuestro hemisferio.
La diplomacia brasileña ha ido colocando a ese país en el lugar de interlocutor principal de Suramérica de cara al resto del mundo. En ese afán, sus pretensiones hegemónicas en el patio se han evidenciado, y las nuevas organizaciones creadas en los últimos tiempos (UNASUR, CELAC), no solo llevan su sello, sino que también le sirven de punto de apoyo al liderazgo que persigue.    
Mercosur, el bloque comercial subregional al que pertenece, es otra instancia que igualmente abona a esa hegemonía. Sin embargo, allí no son pocas las dificultades. Está estancado, no se respetan las normas establecidas. El proteccionismo ha vuelto por sus fueros.
A un costado, volcado al Pacífico, ha surgido un esquema de integración formado por países que integran también el segundo grupo mencionado, y que busca competir en aquella vasta y dinámica área, con mecanismos novedosos y perspectivas muy promisorias, todo lo cual pone en tensión al liderazgo buscado por Brasil.
Richard Nixon, asesorado por el doctor Kissinger, dijo que hacia donde se inclinara Brasil, iría el resto de América Latina. ¿Seguirá vigente esa predicción?  
México es un actor que cada día cobra mayor influencia en el hemisferio y el mundo. Es socio comercial de EEUU en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (en inglés, NAFTA), está en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), fundó la Alianza del Pacífico con Chile, Colombia y Perú, a la que se incorporan Costa Rica y Panamá y está en las negociaciones de la Trans-Pacific Partnership (TPP).
Al ser socio comercial de EEUU, también se favorecerá de la recuperación que está experimentando este país, alcanzada en virtud de su flexibilidad económica y vocación por la innovación tecnológica. México exportó a sus socios de NAFTA, en 2012, 250.000 millones de dólares (EEUU) y 2.200 millones (Canadá).
Se espera que México, considerada una economía estable, crezca este año alrededor de 4% (BID) o un poco menos. Cerrará con una inflación del 3%.
Mientras tanto, nuestro país, Venezuela, suspendido en un limbo de ensoñaciones estrambóticas por salvar la humanidad de las garras del capitalismo y el imperialismo, y en medio de una situación económica interna cargada de incertidumbres derivadas de los tumbos que da en materia de políticas macroeconómicas, sin ningún norte claro.
Es incomprensible que pudiendo encaminarse hacia un modelo económico exitoso y no careciendo de los recursos para ello, siga hacia el precipicio.
Hoy es más evidente que nunca, que el modelo nefasto de gobierno que se sigue en Venezuela y Argentina, no debe ser emulado si se quiere ser una sociedad de grandes logros sociales.

EMILIO NOUEL V.
@ENouelV

emilio.nouel@gmail.com


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