MODELOS POLITICO-ECONÓMICOS EN
COMPETENCIA EN LATINOAMERICA
Emilio Nouel V.
En los años recientes, Latinoamérica
ha presenciado la contienda entre varios modelos políticos y económicos en
concurrencia, visiones distintas sobre las relaciones hemisféricas y globales.
De un lado, los apadrinados por la
ubre generosa del petróleo venezolano, que enganchados a una búsqueda inútil de
un socialismo perdido, han desembocado en diversas versiones de regímenes
autoritarios o semiautoritarios, con poblaciones altamente polarizadas y
alineaciones externas con gobiernos forajidos (Ecuador, Bolivia, Venezuela,
Nicaragua y Argentina); y de otro, los que habiendo mantenido la senda de la
democracia liberal y la economía de mercado, han alcanzado importantes logros
económicos y sociales, amén de presencia internacional vigorosa e influyente
(Colombia, Chile, México, Perú, Costa Rica).
Brasil, entre otros, es uno de los
países del segundo grupo con peso específico en el mundo y con decisiva
gravitación regional.
Sin embargo, pareciera que los
asuntos macroeconómicos y sociales de ese país no están marchando del todo
bien. De un tiempo a esta parte, se han venido multiplicando señalamientos en
ese sentido, y las enormes manifestaciones recientes testimonian un creciente
descontento. Brasil está experimentando la misma desaceleración de gran parte
de los mercados emergentes. El auge de los productos básicos parece que está
llegando a su fin y lo déficits en las cuentas corrientes aparecen.
La economía brasileña basada en el
consumo tendrá que cambiar para hacerse más competitiva. Son vastos los sectores
sociales aun marginados en ese país.
A pesar de que los buenos resultados
de los últimos años, de cara al futuro algunos no ven el panorama claro.
Brasil, de hecho, ha bajado, por ejemplo, en el ranking mundial de países
emprendedores. Hay agotamiento de su modelo económico y el gasto público
sigue aumentando pero no genera crecimiento.
Hace poco la agencia de calificación
de riesgo Standard & Poor’s lo rebaja en cuanto a su solvencia. Se
dice que su menor ritmo de crecimiento (0,9% en 2012 y no más del 2% este año
2013) y el creciente endeudamiento de los hogares brasileños (el 62%
endeudados en un 46% de sus rentas), está produciendo una baja en el consumo
que no augura una mejor calificación.
Por otro lado, el presidente del
Banco Central ha dicho que el crecimiento a partir de ahora se apoyará en la
inversión y no en el consumo.
Obviamente, lo que ocurra en la
economía de Brasil tendrá repercusiones que trascienden lo estrictamente
crematístico, y tocan lo geopolítico en nuestro hemisferio.
La diplomacia brasileña ha ido
colocando a ese país en el lugar de interlocutor principal de Suramérica de
cara al resto del mundo. En ese afán, sus pretensiones hegemónicas en el patio
se han evidenciado, y las nuevas organizaciones creadas en los últimos tiempos
(UNASUR, CELAC), no solo llevan su sello, sino que también le sirven de punto
de apoyo al liderazgo que persigue.
Mercosur, el bloque comercial
subregional al que pertenece, es otra instancia que igualmente abona a esa
hegemonía. Sin embargo, allí no son pocas las dificultades. Está estancado, no
se respetan las normas establecidas. El proteccionismo ha vuelto por sus
fueros.
A un costado, volcado al Pacífico, ha
surgido un esquema de integración formado por países que integran también el
segundo grupo mencionado, y que busca competir en aquella vasta y dinámica área,
con mecanismos novedosos y perspectivas muy promisorias, todo lo cual pone en
tensión al liderazgo buscado por Brasil.
Richard Nixon, asesorado por el
doctor Kissinger, dijo que hacia donde se inclinara Brasil, iría el resto de
América Latina. ¿Seguirá vigente esa predicción?
México es un actor que cada día cobra
mayor influencia en el hemisferio y el mundo. Es socio comercial de EEUU en el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (en inglés, NAFTA), está en el
Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), fundó la Alianza del
Pacífico con Chile, Colombia y Perú, a la que se incorporan Costa Rica y Panamá
y está en las negociaciones de la Trans-Pacific Partnership (TPP).
Al ser socio comercial de EEUU,
también se favorecerá de la recuperación que está experimentando este país,
alcanzada en virtud de su flexibilidad económica y vocación por la innovación
tecnológica. México exportó a sus socios de NAFTA, en 2012, 250.000 millones de
dólares (EEUU) y 2.200 millones (Canadá).
Se espera que México, considerada una
economía estable, crezca este año alrededor de 4% (BID) o un poco menos.
Cerrará con una inflación del 3%.
Mientras tanto, nuestro país,
Venezuela, suspendido en un limbo de ensoñaciones estrambóticas por salvar la
humanidad de las garras del capitalismo y el imperialismo, y en medio de una
situación económica interna cargada de incertidumbres derivadas de los tumbos
que da en materia de políticas macroeconómicas, sin ningún norte claro.
Es incomprensible que pudiendo
encaminarse hacia un modelo económico exitoso y no careciendo de los recursos
para ello, siga hacia el precipicio.
Hoy es más evidente que nunca, que el
modelo nefasto de gobierno que se sigue en Venezuela y Argentina, no debe ser
emulado si se quiere ser una sociedad de grandes logros sociales.
EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
emilio.nouel@gmail.com
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