Emilio Nouel V.
¿Qué necesidad hay de involucrar a
Venezuela en el caso Snowden?
¿Por qué se tiene que asumir
irracionalmente los problemas de otros?
¿Qué hace que un gobierno como el
venezolano muestre sin ningún empacho notorias incongruencias sobre el problema
de fondo que subyace a este caso?
¿Por qué tenemos que dañar más las
relaciones con una nación amiga y socia, como es EEUU?
No hay una justificación racional a
la conducta que ha adoptado el gobierno venezolano respecto del espectáculo
montado por Snowden.
Las motivaciones, quizás, haya que
buscarlas en el campo de lo psiquiátrico. En una mezcla de ideología demencial,
paranoia antiimperialista y cálculo político disparatado.
Porque un gobierno en su sano juicio
no procede de esta manera, independientemente de la posición política que
sostenga. Hasta Rusia se ha lavado las manos en este asunto y Ecuador lo evade.
Traer a Snowden a Venezuela es una
afrenta a un gobierno que lo persigue por delincuente, por traidor. Es una
provocación estúpida a un país que no es cualquier país. Es hacerse cómplice
torpemente de un delito, frente al cual, por más que se quiera justificar un
eventual asilo a quien lo cometió, con un discurso de supuestos derechos
humanos violados, Venezuela debería mantenerse al margen so pena de empeorar
unas relaciones ya bastante deterioradas.
El problema de Snowden es con el
gobierno de su país. Como se dice popularmente, Venezuela no tiene vela en ese
entierro. No hay necesidad alguna de inmiscuirse en ese problema. Ningún
derecho o interés nacional venezolano están amenazados en ese asunto.
Acaso si ocurriera algo parecido con
algún venezolano que cometiera el mismo delito de traición contra nuestro país
¿no sería la nuestra la misma reacción que tiene EEUU con Snowden? ¿No
sería también un agravio una bofetada, para nosotros que otro país se prestara
a dar asilo al traidor? Lo que es bueno para el pavo, lo es también para la
pava.
No extrañaría que el cálculo político
absurdo que han hecho los países que han ofrecido asilo al traidor Snowden,
tenga una sola motivación: irritar al país que consideran un enemigo para ganar
apoyos en la Corte de los Milagros que es la izquierda mundial. Irritación que
en el fondo es una imbecilidad, cuchillo para el propio pescuezo. Porque tanto
Nicaragua, Bolivia como Venezuela, tienen relaciones económicas beneficiosas
con EEUU, y tal asilo sería percibido como un ofensa.
“Usted está perseguido por el
imperio, véngase para acá”, ha declarado Nicolás Maduro desde su
inconmensurable ineptitud e impericia. ¿Qué clase de justificación
disparatada es ésta? Tamaña insensatez es inconcebible en unas mentes
conscientes y responsables del cargo que ocupan, lo que no es el caso del
gobierno venezolano. Poner en riesgo unas relaciones con nuestro principal
socio comercial, sin que medie un ataque directo a nuestros intereses, lo cual
incluso requeriría de un análisis sosegado, no tiene otra explicación que una
ideología demencial que no ve las consecuencias dañosas para el país.
Recibir a Snowden, bajo estas
circunstancias, constituye un desacierto sin precedentes, que mucho nos puede
costar.
EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
Emilio.nouel@gmail.com
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