miércoles, 2 de abril de 2014

EL PADRINO

Editorial de El Nacional, 2/4/2014

Entre las cosas repugnantes que convierten al gobierno en una verdadera alcantarilla por donde corre lo peor de la sociedad, destaca la permanente manía de acudir a la mentira y al descaro cuando se trata de ocultar la violencia sistemática que las fuerzas policiales y los componentes militares ejercen contra los ciudadanos que salen a protestar pacíficamente.
Los policías y los militares, como se saben protegidos por sus jefes y por la fiscalía y los tribunales, cometen todo tipo de tropelías contra los civiles además de que también arremeten con alevosía y prepotencia contra la propiedad privada. Esta conducta francamente bárbara y que a todas luces violenta los derechos humanos le importa poco a los altos mandos policiales y a los jefes de los cuerpos de seguridad, así como a los comandantes de las fuerzas armadas, que se sienten por encima de la ley y de la Constitución.
En verdad, y en especial en cuanto a ciertos y determinados jefes castrenses, pareciera que se sintieran inspirados por la película de Francis Ford Coppola merecedora de varios Oscar de la academia imperialista de Hollywood y como tal no debería servir de ejemplo para nadie que se considera un soldado de la revolución cubana bolivariana, como bien lo dijera no sólo Hugo Chávez, sino Raúl Castro, cuando pronunció una frase insultante e inolvidable para todos los venezolanos honestos y patriotas: “Cuba y Venezuela, un solo país”.
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