viernes, 17 de junio de 2016

Capriles cree que los diálogos no cambian “la realidad de Venezuela” aunque no los critica

América 2.0


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El gobernador del Estado de Miranda (centro de Venezuela) y dos veces candidato presidencial de la oposición, Henrique Capriles Radonski, minimizó este jueves  el impacto que puedan tener sobre la crisis venezolana el diálogo recientemente abierto entre los Venezuela y Estados Unidos, por una parte, y la facilitación que promueven una terna de expresidentes iberoamericanos y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). “Ninguno de esos procesos cambia la realidad que aquí se vive”, dijo Capriles en un programa del canal 24 horas de información Globovisión.
Capriles hizo las declaraciones a su regreso de un viaje de cuatro días por varias capitales del cono sur –Brasilia, Buenos Aires y Asunción- y Panamá, donde se entrevistó con autoridades de cada una de esas naciones. Aunque la gira forma parte de las intensas gestiones diplomáticas que esta semana se llevan a cabo en todo el hemisferio a propósito de la crisis venezolana, se tiene al gobernador como el principal adversario de que la oposición agrupada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) se incorpore a las conversaciones “de aproximación” que tuvieron un accidentado inicio hace dos semanas en República Domincana y que el trío de expresidentes –conformado por el panameño Martín Torrijos, el dominicano Leonel Fernández, y el español José Luis Rodríguez Zapatero- intenta reimpulsar con el apoyo de Unasur.
“¿Quién puede no querer diálogo?”, se preguntó Capriles en voz alta para enseguida aclarar que su cuestionamiento no apunta a las conversaciones, sino a las circunstancias en las que se trata de adelantarlas. A su juicio, el Gobierno solo quiere comprar tiempo con un amago de diálogo. “En Venezuela tenemos toda una generación que no sabe qué es eso del diálogo, justamente porque la política del Gobierno ha sido la de la confrontación. ¿Ahora quiere diálogo? El Gobierno lo que quería para la primera reunión en Dominicana era una foto y una declaración”.
Considera inadecuado que los tres expresidentes parezcan satisfacer solo a una de las partes, la gubernamental, y dijo tener indicios de que los facilitadores “dicen una cosa en una parte y otra en otro lugar”. Reveló que los presidentes con los que se reunió durante la gira le confirmaron que en el proceso de mediación el secretario general de Unasur, el colombiano Ernesto Samper, habla a título personal y no consulta sus acciones con los países miembros.
Capriles no se ahorró críticas para el papel jugado por Rodríguez Zapatero durante las conversaciones. Aseguró que el expresidente de Gobierno español ha admitido que no gusta de la figura del referendo revocatorio, contemplada en la Constitución venezolana vigente y que cuya realización la oposición exige para este año como una manera de encauzar la conflictividad que reina en el país. “A mí no me parece propio de una democracia moderna tener un rey”, dijo a guisa de ejemplo, “pero no por eso me voy a ir a España a criticar su Constitución”.
Al mismo tiempo que hacía estas declaraciones, en Medellín (Colombia), el presidente de Argentina, Mauricio Macri, insistía en que se debía celebrar un revocatorio este año: “Veo a Venezuela muy mal. No se puede aceptar semejante nivel de violación de los derechos humanos en nuestra región. Solo se sale de esta situación primero con el revocatorio, después elecciones este año para que el pueblo decida quién dirige su país. Ese es el camino”, insistió en el Foro Económico Mundial para América Latina.
El mandatario argentino se reunió con Capriles esta semana en Buenos Aires y le trasladó el apoyo de su Administración a la oposición venezolana. El Gobierno de Macri, sin embargo, ha sido muy claro a la hora de respaldar la vía de diálogo abierta por los expresidentes bajo el auspicio de Unasur y Estados Unidos.
Tampoco concede Capriles gran relevancia a la actitud de denuncia adoptada en las últimas semanas por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, con respecto al régimen chavista. Dice que se trata de una disputa personal entre Almagro y el presidente venezolano Nicolás Maduro, que “eran amigos”.
En cambio, hizo notar la importancia de la declaración producida ayer por 15 cancilleres y jefes de delegaciones en el marco de la Asamblea General de la OEA, reunida en Santo Domingo, República Dominicana, según la cual la crisis venezolana debe resolverse mediante el diálogo inclusivo y cauces constitucionales. “Eso es lo mismo que venimos diciendo nosotros”, subrayó, y advirtió sobre la posibilidad de que el Gobierno de Maduro bloquee a convocatoria al referendo revocatorio antes de que termine este año: “Sería como echarle gasolina al fuego”.
Mientras Capriles ofrecía sus declaraciones, una delegación parlamentaria del chavismo procedía a pedir una investigación contra el gobernador de Miranda ante la Fiscalía General de la República, controlada por el Gobierno. El excanciller y exvicepresidente, Elías Jaua, y la presidenta del Consejo Legislativo de Miranda (parlamento regional), Aurora Morales, acusan a Capriles de instigar a la violencia. El martes, en su programa semanal de televisión, el presidente Maduro se refirió a Capriles como “el estupidito ese (…) que se va a decir mentiras” en otros países.

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