CARLOS RAUL HERNANDEZ
EL UNIVERSAL
Los abstencionistas y los que se abstuvieron sin serlo (¿?)
hablaban de “deslegitimar” para hacer solemne una de las novatadas más
espectaculares de la historia política, tanto o peor que la lucha armada
de los sesenta. Entonaban “deslegitimar” con tanta ceremonia como
cuando Hegel dijo “todo lo real es racional y todo lo racional es real”
y quedamos tratando inútilmente de entender. Pese al terrible drama de
su “ilegitimidad”, Maduro hace lo que le da la gana, le importa un
comino la hiperinflación, trae a los chinos y los rusos, hace tragarse
un burro al Grupo de Lima, reinicia acercamientos con Trump, va a la
ONU.
Todo el mundo reniega de la
“¿intervención extranjera yóoo… Estás loco?”. Gracias a los
abstencionistas y a los que se abstuvieron sin serlo, la oposición
desapareció del territorio, ya no existen partidos y el deslegitimado va
sin freno. Hace unos meses, antes del 20 de mayo, escribí que la
abstención nos llevaría a una larga travesía por el desierto rojo.
Mientras tanto los responsables de la hecatombe no dicen nada, o
publican documentos banales y simpáticos pero no debaten con honradez
para rectificar el error. Piensan que si pasan agachados al país se le
olvidará lo ocurrido (en unos veinte años) y alzará majestuoso el zamuro
fénix.
Tal vez partidos y opositores
prospectivos tendrán poco que ver con lo que conocimos. Antes cada uno
de los principales hablaba a nombre de miles o millones de votos
encajados. Hoy cada vez que se mencionan sus siglas o nombres, los
mismos ciudadanos escupen. Triunfaron los radicoides que siempre
anduvieron por el hombrillo con su prédica demente, mientras los
partidos construían una gran autopista que quedó hecha en diciembre
2015, pero ya es escombros.
Estrategia y auyama
El
desvarío era patrimonio de minorías pero se apoderó de todo. En esta
temporada e insensatez, como dice @Karla-ngj, desapareció la más
elemental capacidad de razonamiento político, y la negatividad radicoide
como un agujero negro, se traga todo. Discursos -listas de mercado con
quejas sobre cómo la hiperinflación impide conseguir una buena auyama y
enumeración de males que nos acongojan, como si nadie lo supiera. Los
pobretólogos ilustran cuántos millones exactamente comen de la basura,
cuántos ingieren carne una vez al mes, cuántos zancudos pican a los
venezolanos.
Eso no es un plan estratégico sino un llanto. La segunda parte del discurso es una impostura, un sketch
teatral, la farsa de una supuesta ética superior sin que haya nada en
sus vidas que respalde eso. Caricaturesco que con tal declaración de
moralidad, se dedican a la inmoralidad: calumniar, mentir, desacreditar,
ensuciar a otra parte de la disidencia por no compartir sus acciones
infantiles, retóricas y suicidas. En la vagancia e inactividad, su
tiempo lo ocupan en inventar canalladas y enjuagarse con un
republicanismo circense.
Pero parece que no
saben muy bien qué es eso. Ya liquidaron las fuerzas opositoras y ahora
apagan cualquier llamita que sobreviva, e intentan difamar, con su
discreta inteligencia que poco usan, a cualquiera que siquiera utilice
alguna de las palabras prohibidas (voto, diálogo, negociación,
candidatos). Son un tribunal de Inquisición de manetos, inútiles,
tullidos del alma, una corte de los milagros que no existe en ninguna
parte sino en su jerga escatológica y lupanaria. En sus sueños
vespertinos de la siesta hasta las 5 de la tarde, imaginan que “la
transición” los llamará para ofrecerles el poder.
Rebolledo y Alzuru
Las
cabezas vacías del radicalismo y los chavistas comparten su falta de
moralidad, la afición por métodos revolucionarios y que ambos implantan o
implantarían dictaduras para hacer lo que se les ocurra. Lo acaba de
demostrar esa parte de los magistrados del exilio que actuó bajo órdenes
del S.G. Almagro, exactamente igual que el tesejota gobiernero, con lo
que se baldaron de por vida. Y nada menos que preparaban la trapisonda
para nombrar una “junta de gobierno” que habría que desconocer
inmediatamente en el supuesto de que llegara a nombrarse. Semejante
metidas de pata nos pondría en ridículo ante el mundo y afianzaría aún
más a Maduro.
Maquiavelo
llamaba a tener cuidado con las informaciones emanadas de quienes
habían sido expulsados de sus países, porque la pasión privaba su juicio
de serenidad. Los procedimientos del abogado que encabeza a los
magistrados de Miami son exactamente los mismos que los del que preside
el TSJ local. No hay diferencias éticas ni jurídicas. Solo políticas al
servicio del sector más atolondrado e inepto de lo que fue la
oposición. La desincorporación de los magistrados Alejandro Rebolledo y
Thomas Alzuru, frenó la nueva tracalería en ciernes.
A
la “deslegitimación” de Maduro la comunidad internacional “procedería”,
dijeron y está en los archivos, pero no le han explicado a la sociedad
que dejaron huérfana por qué no hubo intervención militar ni golpe de
Estado. Más bien, Maduro, si tuviera un mínimo de responsabilidad como
gobernante y se ocupara de hacer la reforma económica sin piraterías,
podría instalar un régimen al estilo del PRI en México. Basta de
tonterías que ya van suficientes. Hay que prepararse para las elecciones
municipales y recuperar la fuerza.
@CarlosRaulHer
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