CARLOS CANACHE MATA
Fue el 21 de octubre de 1952, empezando la
noche. “”Ruiz Pineda quedó tendido en la calle, con el cráneo atravesado por un
proyectil…quedó boca arriba, con las manos extendidas hacia abajo y la boca
antreabierta, por la que manaba un hilillo de sangre”. Así describe Ramón J.
Velásquez el asesinato de Leonardo cometido por los agentes de la Seguridad
Nacional de la dictadura perezjimenista en una calle de San Agustín del Sur.
Tenía 35 años de edad.
He escrito muchos artículos sobre el rol
protagónico y esencial de Ruiz Pineda durante la Resistencia contra la
penúltima dictadura, la de Pérez Jiménez, vivida por el país. Ahora, cuando se
acaban de cumplir 66 años del crimen contra el líder que se transmutó en héroe,
quiero solo hacer algunas precisiones
históricas y evocar una remembranza.
En
primer lugar, aclaremos la posición que él, Leonardo, y su partido AD, del cual
era Secretario General, adoptaron ante las elecciones, para escoger los
integrantes de una Asamblea Nacional Constituyente, del 30 de noviembre de 1952.
Es cierto que al principio, como lo escribió en el prólogo del Libro Negro en
julio de ese mismo año, el propio Leonardo denunció que se trataba de “una
farsa electoral” con la que la dictadura esperaba lavarse la cara “con el agua
lustral de los comicios”. Y argumentaba que “con el pueblo amordazado, sin
garantías, con AD ilegalizado y hostilizados los partidos de vida legal, con
las cárceles llenas de secuestrados políticos, con centenares de ciudadanos en
el exilio, con torturas y campos de concentración, no puede haber elecciones
legítimamente soberanas”.
En segundo lugar, lo que interesadamente
algunos omiten en citar es que al ocurrir posteriormente el fracaso de las
rebeliones militares en la Base Aérea de Boca del Río y en el Cuartel “José
Gregorio Monagas” de Maturín, y el asesinato del propio Leonardo el 21 de
octubre, la situación cambió radicalmente, por lo que AD también cambió la
línea abstencionista. En cordial carta de fecha 22 de enero de 1953, Rómulo
Betancourtle dice a Alfredo Tarre Murzi ,
que la conjugación de los factores arriba mencionados, aunados a los problemas
internos de la dictadura, posibilitaron que
“nuestra gente, a última hora, votó por URD, y aun por Copey en Táchira y
Mérida” y a renglón seguido señala que
“estuve de acuerdo con ese viraje, adoptado en vísperas mismas de los comicios”
(Ver texto completo en Antología Política, Volumen Sexto, pág. 51-52, Fundación
Rómulo Betancourt).
La
remembranza. Tres días antes de las elecciones, en el mitin de clausura de
campaña en el Nuevo Circo el 27 de noviembre, cuando Jóvito Villalba pronunció
el nombre de Leonardo Ruiz Pineda, un mar de pañuelos blancos y aclamaciones
flotó en el aire por varios minutos, ¿tres?, ¿cinco?, ¿más?, no sé cuántos.
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