SUPUESTOS PARA LOS ESCENARIOS
LUIS VICENTE LEÓN
En este momento es absurdo realizar proyecciones lineales, como si
tuviéramos claras todas las variables que determinarán el futuro del
país. Estoy de acuerdo con quienes plantean que la política es relancina
y podría ocurrir casi cualquier cosa en los próximos meses o años, por
lo que proyectar se convierte en un ejercicio con alto riesgo de
equivocarse. Aún así, asumimos el reto de jerarquizar variables y
construir la mínima cantidad posible de escenarios potenciales y para
eso arranco con algunos supuestos que limitan las incertidumbres.
El
primero es que no estamos frente a un cambio económico profundo,
completo y determinante hacia la apertura y la globalización
modernizadora, aunque sí cerca de un flexibilización presionada por la
hiperinflación.
El segundo es que no estamos
esperando un cambio de gobierno hacia la oposición convencional en el
corto y mediano plazo, pese a la condición que tiene Maduro de
aislamiento internacional y su minoritaria en términos de soporte
popular.
Finalmente, no compartimos la tesis
de que el país está al borde de una acción internacional “final” que
signifique la salida abrupta del gobierno revolucionario. Ni está cerca
una invasión militar, ni el resultado de las negociaciones, que
seguramente se activarán, tendrá como resultado el cambio de gobierno a
corto plazo, aunque podríamos esperar algún cambio de conducta. ¿Me
puedo equivocar? Por supuesto que sí y además me encantaría, pero no
estoy aquí para decir lo que deseo sino lo que el análisis racional
lleva a pensar objetivamente.
Pero entonces, ¿cuáles son las incertidumbres que definen los escenarios a futuro?
La primera tiene que ver con el modelo económico. Con hiperinflación, es difícil imaginar que el gobierno pueda mantener el status quo,
pero no nos debatimos entre primitivismo y modernidad, sino sobre qué
tipo de primitivismo vamos a tener: 1) impermeable, radical,
comunizante, que saca del juego las posibilidades reales de acción del
sector privado o 2) flexible, que nos lleva al primitivismo permeable,
con margen de maniobra privada, aunque limitado, caracterizado por la
dualización de la economía, en la que el gobierno da espacios
restringidos a la inversión privada y al mercado conviviendo con
segmentos totalmente controlados por él. Es decir, dos tipos de
economía: la pública, controlada, cerrada y populista y la opción de un
mercado más abierto, donde los privados pueden servir a los consumidores
con acceso a moneda extranjera, incluyendo ahorros externos, remesas,
exportaciones, turismo, operaciones fronterizas o compensaciones
salariales en divisas.
La segunda
incertidumbre se ubica en el plano político. Si bien no estamos
esperando cambio de gobierno de la revolución a la oposición, esto no
indica que Maduro no corra riesgos de ser sustituido. Sólo que su real
enemigo no está en la acera del frente, ni en los Marines, sino dentro
de su propia revolución.
Parece que hay una
probabilidad más alta de que en el caso supuesto de producirse un cambio
de gobierno, sea hacia un movimiento disidente interno en el chavismo,
con conexión militar y con disposición a negociar con la comunidad
internacional, en mejores condiciones que las que podría negociar
Maduro.
La incertidumbre crítica sería
entonces si en los próximos dos años vamos a ver a Maduro manteniendo el
poder o si se puede producir un cambio post implosión hacia un líder
chavista disidente y negociador que inicie un proceso de transición, con
soporte militar.
Definidos entonces los
predeterminados y las incertidumbres, solo nos quedan por construir los
escenarios venezolanos de mediano plazo, que compartiremos con ustedes
la próxima semana.
Luisvleon@gmail.com
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