miércoles, 8 de febrero de 2012


¡CIUDADANO: A VOTAR!

Sólo faltan pocos días para escoger al candidato que enfrentará en octubre al fracasado proyecto militar que representa Hugo Chávez. Quién sea electo en las primarias deberá asumir con la mayor intensidad el manejo de sus intestinos tal vez más que el de su perfil e imagen. El funcionamiento de la gestión interna debe ser prioritario y el papel de gestores y constructores de puentes políticos, vital. Puertas, ventanas, candados y llaves deben ser administrados con sabiduría, para que los espacios ganados en y por la unidad de los plurales, sean enriquecidos en la pluralidad de uno. Si antes éramos “todos para todos”,  después de las primarias seremos “todos para uno”. Continente y contenidos.

Si dentro de la unidad política, como es común, hay múltiples tendencias, en el momento en que se escoge a un candidato unitario, éste debe velar porque el espíritu de colaboración se mantenga y no comience el segmento político privilegiado a utilizar esa ventaja como instrumento sectario. Ello requiere además de un esfuerzo portentoso de madurez y humildad tanto de quien gane como de quienes no resulten favorecidos con el triunfo. Campaña hacia fuera y hacia adentro. Tragar saliva y respirar profundo.

Porque el asunto es complejo aunque con Chávez como contrincante debería ser más sencillo pues lo que está en juego es dictadura o democracia. En todo caso difícil es lograrla y más aún mantenerla más allá de victorias o derrotas. Es en general producto conciente de la razón que pasando por encima de intereses personales, o precisamente por ellos, acuerda respetar la decisión colectiva de ir juntos en la búsqueda de un objetivo común en el que todos creen y del cual se beneficiarán. Dos más dos pueden ser cinco.

La unidad política es materia de la mayor envergadura ya que la cantidad y calidad de los elementos es superior en número y diversidad. Por eso es que la unidad exige restricciones, respetos, acuerdos sobre dominios, zonas, territorios, siendo así desde las sociedades más primitivas hasta las más democráticas. La más de las veces es inestable, tensa, imperfecta, y una vez logrado el objetivo, cuando se es exitoso, tiende mecánicamente a distenderse o resquebrajarse porque baja la adrenalina. No se diga cuando la acción unitaria es derrotada pues se entra entonces en una etapa de turbulencia y caos, en donde los enconos y señalamientos hacen aparición, junto con las envidias, recelos y culpabilizaciones que estuvieron enjaulados en el tiempo de lo que fue una tan corta luna de miel. Por eso el equilibrio es tan complejo y difícil de lograr. ¡Abracabra!

Pero en eso andamos y la historia será severa con dirigentes y ciudadanos si en este difícil momento de la vida democrática venezolana no se demuestra coraje y compromiso yendo a votar este domingo, y más. Luego, en octubre serán las presidenciales en las que, a pesar de todos los nubarrones que se ciernen, demostraremos nuevamente nuestra fe y talante en los caminos democráticos.

Leandro Area

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