¡CIUDADANO: A VOTAR!
Sólo faltan pocos días para escoger al candidato que enfrentará en octubre
al fracasado proyecto militar que representa Hugo Chávez. Quién sea electo en las
primarias deberá asumir con la mayor intensidad el manejo de sus intestinos tal
vez más que el de su perfil e imagen. El funcionamiento de la gestión interna
debe ser prioritario y el papel de gestores y constructores de puentes
políticos, vital. Puertas, ventanas, candados y llaves deben ser administrados
con sabiduría, para que los espacios ganados en y por la unidad de los
plurales, sean enriquecidos en la pluralidad de uno. Si antes éramos “todos
para todos”, después de las primarias seremos
“todos para uno”. Continente y contenidos.
Si dentro de la unidad política, como es común, hay múltiples
tendencias, en el momento en que se escoge a un candidato unitario, éste debe
velar porque el espíritu de colaboración se mantenga y no comience el segmento
político privilegiado a utilizar esa ventaja como instrumento sectario. Ello
requiere además de un esfuerzo portentoso de madurez y humildad tanto de quien
gane como de quienes no resulten favorecidos con el triunfo. Campaña hacia
fuera y hacia adentro. Tragar saliva y respirar profundo.
Porque el asunto es complejo aunque con Chávez como contrincante debería
ser más sencillo pues lo que está en juego es dictadura o democracia. En todo
caso difícil es lograrla y más aún mantenerla más allá de victorias o derrotas.
Es en general producto conciente de la razón que pasando por encima de intereses
personales, o precisamente por ellos, acuerda respetar la decisión colectiva de
ir juntos en la búsqueda de un objetivo común en el que todos creen y del cual se
beneficiarán. Dos más dos pueden ser cinco.
La unidad política es materia de la mayor envergadura ya que la cantidad
y calidad de los elementos es superior en número y diversidad. Por eso es que
la unidad exige restricciones, respetos, acuerdos sobre dominios, zonas,
territorios, siendo así desde las sociedades más primitivas hasta las más
democráticas. La más de las veces es inestable, tensa, imperfecta, y una vez
logrado el objetivo, cuando se es exitoso, tiende mecánicamente a distenderse o
resquebrajarse porque baja la adrenalina. No se diga cuando la acción unitaria
es derrotada pues se entra entonces en una etapa de turbulencia y caos, en
donde los enconos y señalamientos hacen aparición, junto con las envidias,
recelos y culpabilizaciones que estuvieron enjaulados en el tiempo de lo que
fue una tan corta luna de miel. Por eso el equilibrio es tan complejo y difícil
de lograr. ¡Abracabra!
Pero en eso andamos y la historia será severa con dirigentes y
ciudadanos si en este difícil momento de la vida democrática venezolana no se
demuestra coraje y compromiso yendo a votar este domingo, y más. Luego, en octubre
serán las presidenciales en las que, a pesar de todos los nubarrones que se
ciernen, demostraremos nuevamente nuestra fe y talante en los caminos
democráticos.
Leandro Area
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