MARIO SILVA YA NO SILVA
Simón Bocanegra
El que se pica es porque ají come. Eso fue lo que le pasó a Mario Silva la noche del gran triunfo de la oposición. Se tragó un ají chirel entero, que le dejó ardiendo todo el tracto gastrointestinal, incluyendo los dos orificios por donde comienza y termina. Por ahora parece que no se puede sentar, tal fue el estropicio causado por el picante que le atapuzaron por esa jeta Henrique Capriles Radonski y su gente de la MUD.
El hombre literalmente enloqueció. No hubo grosería que no profiriera, no hubo amenaza que no lanzara, para terminar asegurando que en las primarias hubo fraude, y con dos riñones acusó al CNE de cómplice de esa trapisonda y hasta a la propia FAN le dio su chicotazo por su "excesiva cordialidad y amabilidad" con los escuálidos.
En definitiva, Mario Silva parecía un espécimen salido de la jaula de las locas. El pobre diablo no se da cuenta ni siquiera del absurdo que propone al sugerir la posibilidad de un fraude.
¿La oposición haciéndose fraude a sí misma? Ni que fuera el PSUV, en el cual no hay elección interna que no deje un reguero de reclamos y acusaciones indiscriminadas de fraude y otras vagabunderías, como esa de que la militancia dejó a Diosdado fuera de la Dirección y Chávez, por sus riñones, lo metió.
Todo esto, por cierto, me lo contaron porque juro por mis hijos que este minicronista jamás ha visto el programa del susodicho. Pero hay un programa que sí voy a ver, el del 7 de octubre. Esa noche al Gran Bufón le dará una pataleta que no quiero perderme.
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