POMPEYO MÁRQUEZ AL BATE
¡Pompeyo, levántate que tienes que llevar a ese bojote de muchachos a la
escuela! ¿Qué estás enfermo? ¡No vale, olvídate de ese vahído y ponte las pilas, que ya se terminó el
carnaval y lo que queda es la octavita! Ponte a bailar más bien “Castellano qué
bueno baila usted” y agarra mínimo, que fíjate que entramos en la recta final y
hay que acelerar a fondo para que lo sembrado en democracia, esa frágil
semilla, se recoja y reparta. ¡Qué los años! No hermano, eso no te da visa de desembarco.
¡Qué las canas! No chamo, esas no son más que sinónimo de envergadura,
reciedumbre, camino. ¡Qué la diabetes! Con ese dulce te habrás comido más de un
chocolate y ni cuenta nos dábamos.
Y además y a pesar, la masa no está para bollos. Qué si ya sacamos tres
millones y picote de votos, es verdad. Que si ya tenemos candidato único para
las elecciones, nadie lo duda. Acuérdate Pompeyo que aquí andamos siempre
cortos de cemento. Tenemos los ladrillos, la arena, las vigas, las puertas, las
ventanas, pero nos falta la sustancia, la pega con que unirlas. Y tú estás
hecho para ese material, que así te hicieron para esos menesteres.
Y llevamos guindando ya tanto desencuentro, que hay que verle por fin el
queso a la tostada de los esfuerzos de tantos que han hecho posible que el país
no se secara en manos de estos irresponsables que gobiernan ahora y que después
se harán los locos, que si yo no fui, que fueron los demás, que si tanta proeza
mal habida, que si el pueblo jodido jamás será vencido, que si las condiciones
objetosubjetivas. Y fíjate que ahora hay una luz, hay un camino por el que
tenemos que aprender a vivir juntos, sin tirarnos tantas conchas de mango como
es y ha sido la costumbre. Se nos asoma por la calle del medio una muchacha que
nos pica sus ojos misteriosos. ¿Y entonces?
Además, quién te dio a ti permiso para enfermarte. ¡No jodas! Será de
alegría o porque además y que en abril cumples 90. O será para dártelas de
importante y yo escriba este artículo y te diga en público y a nombre de tantos,
que mucho te queremos. Pero, ¡que si no oyes, que te fallan las piernas y la
vista!, qué sé yo. No nos vengas a cortar con ese vaso de cartón que nosotros
sabemos que lo que tú quieres es que sigamos juntos más que nunca, que no nos
separemos ni en las derrotas ni en las victorias; que los sueños existen para
vivirlos y que para ello es necesario, como tú nos enseñas, levantarse de
madrugada a ordeñarlos con esfuerzo y pasión continuada. Y si es así pues
¡levántate y anda!, que tenemos tres en base con dos outs y cuando todos andan
esperando que des un jonrón, llegas tú y tocas la bola de sorpresa por toda la
raya de cal y el equipo anota la de ganar y se prende un fiestón que ni te
cuento.
Así que nada, boquea, patalea, haz lo que quieras, pero a esa orilla de
la libertad y la democracia no llegamos sin ti ¿OK? Entonces hermano échele
bolas que lo que viene es para no perdérselo, y te necesitamos más que nunca.
¿Me oíste?
Leandro Area
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