La conexión iraní en Latinoamérica
Andrés Oppenheimer
Andrés Oppenheimer el Nuevo Herald
Latinoamérica rara vez aparece como un tema importante en los debates presidenciales de Estados Unidos, pero todo parece indicar que esta vez lo hará, por un motivo del que poco se hablaba hasta ahora: la conexión iraní.
El aspirante republicano Mitt Romney y los líderes republicanos en el Congreso están incrementando sus ataques contra el presidente Barack Obama, alegando que no está haciendo lo suficiente para detener lo que consideran una ofensiva de Irán de usar a Latinoamérica como plataforma de lanzamiento de ataques terroristas contra Estados Unidos.
El tema está concitando creciente atención en Washington. El 2 de febrero, en momentos en que Irán lanzaba su propia cadena de televisión en español en Latinoamérica, luego de la visita del mes pasado del presidente Mahmoud Ahmadinejad a Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Cuba — la quinta que hace la región en los últimos cinco años—, el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes celebró audiencias sobre “La agenda de Irán en el Hemisferio Occidental”.
Las audiencias se celebraron horas después de que el jefe de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper, declaró que los funcionarios iraníes “están dispuestos ahora a lanzar un ataque en Estados Unidos”. Clapper no sugirió explícitamente que esos ataques provendrían de Latinoamérica, pero los líderes parlamentarios republicanos sí lo hicieron.
La presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara, la republicana por Miami Ileana Ros-Lehtinen, dijo en su discurso de apertura de las audiencias que la alianza de Irán con Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador “puede plantear una amenaza inmediata, proporcionándole a Irán una plataforma en la región para lanzar ataques contra Estados Unidos, nuestros intereses y nuestros aliados”.
Citando la denuncia de Estados Unidos el año pasado de una conspiración de las fuerzas especiales de Irán destinada a matar al embajador saudita en suelo estadounidense, y el plan del 2007 de un diplomático iraní en México que pretendía lanzar un ciber-ataque contra Estados Unidos, Ros-Lehtinen agregó que “el hecho de que el brazo militar de un estado patrocinador del terrorismo tenga operativos en múltiples países de nuestro hemisferios es sin duda causa de alarma”.
En su testimonio ante el comité, el investigador de la Universidad de Miami José Azel advirtió sobre un escenario catastrófico en el que — así como la ex Unión Soviética empezó a construir bases nucleares en Cuba en la crisis de los misiles de 1962— Irán podría instalar armas nucleares apuntadas contra el territorio estadounidense en Venezuela.
Otros expertos que testificaron en las audiencias dijeron que Venezuela está ayudando a Irán a eludir las sanciones financieras internacionales por su programa nuclear, y dando refugio a grupos terroristas como Hezbollah, que según dijeron está ampliando sus redes en la región.
Los analistas recordaron que, según la justicia argentina, Hezbollah, con la asistencia de Irán, fue responsable de los letales atentados contra la embajada israelí y un centro comunitario judío en Buenos Aires, en 1992 y 1994.
Romney ya ha atacado a Obama porque supuestamente no ha sido lo suficientemente duro con el presidente venezolano Hugo Chávez, entre otras cosas por los lazos de este último con Ahmadinejad. En el debate republicano del 22 de noviembre, Romney advirtió de que las actividades de Hezbollah “en toda Latinoamérica” plantean “una amenaza inminente muy significativa” contra Estados Unidos.
El gobierno de Obama dice que Irán es un peligro latente —pero no activo— en la región, y que Washington esta vigilando de cerca las actividades de Irán en toda Latinoamérica. Pero los funcionarios advierten privadamente que Estados Unidos no debe reaccionar de modo desproporcional a reportes no confirmados.
Un funcionario del Departamento de Estado me dijo que Ahmadinejad está cada vez más debilitado políticamente en su país y aislado en el exterior, y podría estar exagerando sus vínculos con Latinoamérica, para mostrarle a su pueblo que no se ha convertido en un paria internacional.
Mi opinión: Sería mucho más deseable que los candidatos presidenciales estadounidenses se refirieran a Latinoamérica en el marco de una agenda positiva, como por ejemplo debatiendo sobre la creación de una Asociación Transamericana, parecida al ambicioso proyecto anunciado recientemente por Obama de crear una gigantesca Asociación del Transpacífico para facilitar el comercio entre los países de la cuenca del Pacífico.
Pero me temo que eso no ocurrirá. Ojalá me equivoque, pero todo parece indicar que, incluso si no hay una escalada del conflicto con Irán —como, por ejemplo, si Israel lanza un ataque preventivo contra las bases nucleares iraníes, e Irán responde atacando blancos civiles israelíes en Latinoamérica, al estilo de lo que ocurrió en Argentina— la conexión iraní eclipsará un muy necesario debate en Washington sobre como aumentar los lazos económicos con América Latina.
El aspirante republicano Mitt Romney y los líderes republicanos en el Congreso están incrementando sus ataques contra el presidente Barack Obama, alegando que no está haciendo lo suficiente para detener lo que consideran una ofensiva de Irán de usar a Latinoamérica como plataforma de lanzamiento de ataques terroristas contra Estados Unidos.
El tema está concitando creciente atención en Washington. El 2 de febrero, en momentos en que Irán lanzaba su propia cadena de televisión en español en Latinoamérica, luego de la visita del mes pasado del presidente Mahmoud Ahmadinejad a Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Cuba — la quinta que hace la región en los últimos cinco años—, el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes celebró audiencias sobre “La agenda de Irán en el Hemisferio Occidental”.
Las audiencias se celebraron horas después de que el jefe de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper, declaró que los funcionarios iraníes “están dispuestos ahora a lanzar un ataque en Estados Unidos”. Clapper no sugirió explícitamente que esos ataques provendrían de Latinoamérica, pero los líderes parlamentarios republicanos sí lo hicieron.
La presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara, la republicana por Miami Ileana Ros-Lehtinen, dijo en su discurso de apertura de las audiencias que la alianza de Irán con Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador “puede plantear una amenaza inmediata, proporcionándole a Irán una plataforma en la región para lanzar ataques contra Estados Unidos, nuestros intereses y nuestros aliados”.
Citando la denuncia de Estados Unidos el año pasado de una conspiración de las fuerzas especiales de Irán destinada a matar al embajador saudita en suelo estadounidense, y el plan del 2007 de un diplomático iraní en México que pretendía lanzar un ciber-ataque contra Estados Unidos, Ros-Lehtinen agregó que “el hecho de que el brazo militar de un estado patrocinador del terrorismo tenga operativos en múltiples países de nuestro hemisferios es sin duda causa de alarma”.
En su testimonio ante el comité, el investigador de la Universidad de Miami José Azel advirtió sobre un escenario catastrófico en el que — así como la ex Unión Soviética empezó a construir bases nucleares en Cuba en la crisis de los misiles de 1962— Irán podría instalar armas nucleares apuntadas contra el territorio estadounidense en Venezuela.
Otros expertos que testificaron en las audiencias dijeron que Venezuela está ayudando a Irán a eludir las sanciones financieras internacionales por su programa nuclear, y dando refugio a grupos terroristas como Hezbollah, que según dijeron está ampliando sus redes en la región.
Los analistas recordaron que, según la justicia argentina, Hezbollah, con la asistencia de Irán, fue responsable de los letales atentados contra la embajada israelí y un centro comunitario judío en Buenos Aires, en 1992 y 1994.
Romney ya ha atacado a Obama porque supuestamente no ha sido lo suficientemente duro con el presidente venezolano Hugo Chávez, entre otras cosas por los lazos de este último con Ahmadinejad. En el debate republicano del 22 de noviembre, Romney advirtió de que las actividades de Hezbollah “en toda Latinoamérica” plantean “una amenaza inminente muy significativa” contra Estados Unidos.
El gobierno de Obama dice que Irán es un peligro latente —pero no activo— en la región, y que Washington esta vigilando de cerca las actividades de Irán en toda Latinoamérica. Pero los funcionarios advierten privadamente que Estados Unidos no debe reaccionar de modo desproporcional a reportes no confirmados.
Un funcionario del Departamento de Estado me dijo que Ahmadinejad está cada vez más debilitado políticamente en su país y aislado en el exterior, y podría estar exagerando sus vínculos con Latinoamérica, para mostrarle a su pueblo que no se ha convertido en un paria internacional.
Mi opinión: Sería mucho más deseable que los candidatos presidenciales estadounidenses se refirieran a Latinoamérica en el marco de una agenda positiva, como por ejemplo debatiendo sobre la creación de una Asociación Transamericana, parecida al ambicioso proyecto anunciado recientemente por Obama de crear una gigantesca Asociación del Transpacífico para facilitar el comercio entre los países de la cuenca del Pacífico.
Pero me temo que eso no ocurrirá. Ojalá me equivoque, pero todo parece indicar que, incluso si no hay una escalada del conflicto con Irán —como, por ejemplo, si Israel lanza un ataque preventivo contra las bases nucleares iraníes, e Irán responde atacando blancos civiles israelíes en Latinoamérica, al estilo de lo que ocurrió en Argentina— la conexión iraní eclipsará un muy necesario debate en Washington sobre como aumentar los lazos económicos con América Latina.
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