miércoles, 15 de febrero de 2012



LA OPOSICIÓN DESTRUYE LOS VOTOS DE LAS PRIMARIAS PARA 
EVITAR UNA CAZA DE BRUJAS

L.Vinogradoff
ABC
En una mágica noche de San Valentín ha sido proclamado Henrique Capriles Radonski, el soltero heredero de una familia acaudalada y abogado de 39 años más codiciado de Venezuela, como el candidato unitario de la oposición que rivalizará con Hugo Chávez en su tercera reelección presidencial del 7 de octubre.
El mandatario ha hecho mutis, por ahora, pero seguro debe estar preparando su reacción ante el triunfo del joven gobernador del estado Miranda, quien con un 62 por ciento ha ganado las primarias de la oposición, convocadas por la alianza Mesa de la Unidad Democrática, MUD, el domingo pasado cuando arrojaron la más alta participación del mundo con el 17 por ciento, es decir, 3.040.449 electores.
Parea evitar una nueva caza de brujas la MUD procedió a destruir los cuadernos de votación para resguardar la confidencialidad de los votantes, según había prometido. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el chavismo, prohibió la quema del material electoral, pero la mayoría de los cuadernos ya eran cenizas cuando llegó la orden del tribunal.
La polémica por la identidad de electores que participaron viene por la famosa “Lista de Tascón”. En el referéndum revocatorio del mandato de Chávez en 2004 todos los que firmaron la solicitud, unos cuatro millones de electores, quedaron estigmatizados en la lista del diputado chavista Luis Tascón, quien murió de cáncer de colon hace dos años. Los firmantes perdieron su empleo y fueron perseguidos.

Oficialistas, preocupados

Los oficialistas han mostrado su preocupación por el auge del postulado de la oposición, que arranca con una base sólida de tres millones de votantes, la mitad de los votos opositores, según analistas como Luis Vicente León de Datanalisis, lo que representa un suelo de seis millones frente a los siete millones que sacó Chávez en su reelección de 2006.
La diferencia hoy día de un millón de votos entre Capriles y Chávez es lo que preocupa a los chavistas. Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, descalifica al candidato opositor, quien le ganó la gobernación de Miranda por más de 70 por ciento en 2008. Ha puesto en duda los resultados del domingo pasado, “los tres millones de votos no aguantan una revisión”. Sin embargo, la autoridad electoral que es mayoritariamente chavista, certificó los resultados.
Capriles ha mantenido su discurso moderado pero firme ante Chávez a quien nunca lo menciona en sus declaraciones pero lo desafía a que “no utilice en esta campaña los recursos del Estado como anteriormente”. “El presidente tendrá que pelear contra el espejo porque no me interesa pelear. Mi confrontación es con los problemas. No voy a perder el tiempo respondiéndole.”
La proclamación de su candidatura unitaria tuvo lugar en la Universidad Metropolitana de Caracas. Capriles se ha entregado en “cuerpo y alma” al proceso de recuperación de la democracia y de la economía. Su campaña durante los próximos siete meses fue bautizada como el “autobús del progreso” con el que promete “recorrer todos los rincones de Venezuela como nadie lo ha hecho en años”.

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