MAXIM ROSS
El Universal
Suena oportuno presentar a mis lectores, y a la opinión pública en general, algunas ideas que dén luces sobre el valor del dólar en el mercado venezolano, esto es la relación entre el bolívar y la moneda norteamericana, no solo por las distorsiones que se han estado creando en el mercado cambiario de años para acá, sino por las más recientes con un manejo sumamente discrecional del tipo de cambio en el Sicad.
La intención que persigo, más allá de un breve marco teórico que presento, es identificar la brecha que existe entre los números que nos informan día a día y la realidad del mercado. De esa manera podrán apreciar a qué distancia están el Gobierno y el Banco Central de resolver el problema en forma sostenida y duradera.
Lo que determina el valor de la moneda
Normalmente se acepta que si un país acumula reservas internacionales su moneda se aprecia respecto a las demás, en especial con el dólar, que es nuestra referencia principal, dado el peso del comercio con Estados Unidos que es, todavía, nuestro socio comercial más importante. Para que las reservas se acumulen, la lógica está en que los ingresos en dólares sean superiores a los egresos. De lo contrario la moneda local pierde valor, que ha sido el caso nuestro aunque, paradójicamente, los ingresos han sido superiores a los egresos. Este es el ámbito comercial de la moneda, pero también están los flujos de capital que derivan de cambios en las tasas de interés. Si los ingresos superan las salidas se acumulan reservas y volvemos al punto anterior: la moneda local se aprecia. Algunas de esas cosas pasaron, otras no.
¿Qué pasó en Venezuela?
Me voy a referir, estrictamente, al gobierno que se inicia en 1999 y sigue en el poder, esto es, la pregunta va dirigida a conocer qué hizo y qué hace la revolución bolivariana con nuestra moneda y de cómo logró depreciarla y devaluarla tantas veces. Primero que nada el país recibió en ingresos externos, en ese período, cerca de US$ 700.000 millones y tuvo egresos de importación del orden de US$ 550.000 millones, esto es debimos acumular reservas por US$ 150.000 millones. Sin embargo, a diciembre de 2012 esas reservas eran del orden de US$ 29.900 millones. Luego, ¿dónde está la diferencia?:
1 En el exterior se encuentran activos para diciembre del 2012 por el orden de US$ 102.000 millones que no forman parte de las reservas, es decir, se ahorraron, gastaron o invirtieron afuera.
2 Las salidas de capital suman la astronómica suma de US$ 199.000 millones como saldo neto, más o menos la tercera parte de los ingresos.
3 No todos los ingresos externos se hicieron efectivos, dado el tratamiento concesional a los países miembros de Petrocaribe. La cuenta a cobrar de Pdvsa a ese grupo se eleva a unos US$ 5.000 millones, según su balance, pero el BCV registra cifras mayores de créditos comerciales, para diciembre de 2012.
Este breve recuento ilustra lo que pasó con los dólares que le ingresaron a Venezuela, pero allí no termina la historia.
¿Ahora, dónde estamos?
Por una parte, los dólares que ingresaron no fueron a formar reservas y lo he repetido mil veces, es la historia del "millardito" que culminó con el traspaso al Fonden de una cifra cercana a los US$ 105.000 millones que se evaporaron sin saber su destino, pero peor, se convirtieron a bolívares sin posibilidad de recuperarlos en su moneda original. Por otra parte, el Gobierno decidió, sin decirlo explícitamente, repartir esos dólares entre varios de los Fondos que posee, generando un inmenso desorden en el mercado cambiario , Finalmente, las restricciones que se impusieron vía Cadivi para entregas a la economía privada, incluyendo viajeros, remesas, etc., lograron que, hoy día, se haya acumulado una deuda que no puede ser menor a los US$ 30.000, si tomamos en cuenta todas las declaraciones sectoriales, además del saldo pendiente para repatriar dividendos, convertido en papeles y propiedades en bolívares, que está allí a la espera de una solución satisfactoria.
Se comprenderá, entonces, la magnitud del problema en que estamos y sí el Sicad, con efectivo y con bonos, tendrá capacidad resolutoria. Si a ello se añade que los ingresos de Pdvsa han mermado y mermaran por la reducción de la producción y un ligero descenso de los precios, mis lectores tendrán un parámetro sobre la gravedad del problema y porque nuestro bolívar pierde valor consistentemente frente al dólar.
1) Tomando en cuenta que existe control de cambios desde 2003 a la fecha, lo que supone restringe los egresos.
2) Ello sin contar con el endeudamiento externo de los últimos años.
3) Ahora el BCV está tratando de centralizar esos recursos, que no deben ser menores a unos US$ 15.000 millones, a juzgar por sus entradas y salidas al mercado.
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