DD.HH. : "a llorar a El Valle"
Adolfo Salgueiro
El agua tibia fue descubierta hace bastante tiempo y no por este columnista. Aquí lo único que aspiramos hoy es ofrecer unas notas para que sirvan como referencia y testimonio oportuno de crítica a una acción deplorable del gobierno nacional: la salida efectiva de la Convención Americana de Derechos Humanos tema que -lamentablemente- no suscita el interés general como sí es el caso del precio de la harina de maíz precocida. Pero resulta que esta semana los venezolanos hemos quedado desprotegidos de la competencia de la Corte Interamericana y por tanto, no pudiendo recurrir ya ante aquel Tribunal ubicado en San José (Costa Rica) ahora solo nos queda "ir a llorar a El Valle". En fin... apenas un detalle "a menos que me toque a mí".
Hace lustros ya que el argumento de que los estados son soberanos y por tanto pueden hacer lo que les plazca dentro de sus fronteras ha quedado relegado de la conciencia y del derecho universal en cuyos ámbitos se reconoce que el tema de los derechos humanos es de jurisdicción universal.
Renegar de estos principios, escudarse en un concepto troglodita de soberanía y sustraerse de la jurisdicción internacional en la materia lo menos que invita es a tener sospechas de los motivos que llevan a tan bizarra decisión lo cual arroja una densa nube de reservas acerca de la vocación democrática y de convivencia internacional que pueda tener el Gobierno que lo hace.
apsalgueiro@cantv.net
Hace lustros ya que el argumento de que los estados son soberanos y por tanto pueden hacer lo que les plazca dentro de sus fronteras ha quedado relegado de la conciencia y del derecho universal en cuyos ámbitos se reconoce que el tema de los derechos humanos es de jurisdicción universal.
Renegar de estos principios, escudarse en un concepto troglodita de soberanía y sustraerse de la jurisdicción internacional en la materia lo menos que invita es a tener sospechas de los motivos que llevan a tan bizarra decisión lo cual arroja una densa nube de reservas acerca de la vocación democrática y de convivencia internacional que pueda tener el Gobierno que lo hace.
La nota de denuncia de la Convención, notificada al Secretario General de la OEA hace justamente un año como lo exige el artículo 78 de la misma avisa que Venezuela se excluye de la competencia no solo de la Corte sino también de la Comisión Interamericana. Sí pudiera ser posible -aunque muy feo- retirarse de la Corte cuya jurisdicción deviene de un Tratado, pero resulta que la Comisión es un órgano que es parte de la Carta de la OEA de lo que queda claro que para hacerlo se requeriría retirarse de la OEA. Ni eso supieron hacer bien creyendo que la "revolución" sustituye al derecho internacional.
Adicionalmente la denuncia de la Convención es inconstitucional y así lo han advertido en el último año varios accionantes que presentaron recursos ante el Tribunal Supremo de Justicia. La razones son: 1) Según el artículo 23 de la Constitución los tratados de derechos humanos ratificados por la República tienen jerarquía constitucional lo que significa que no hay acto alguno del Gobierno que pueda dejar eso de lado a menos que se cambie la Constitución. 2) El artículo 31 de la misma Carta Magna consagra que las personas tienen el derecho a elevar peticiones ante organizaciones internacionales de derechos humanos lo cual pretende limitarse al eliminar esta instancia. 3) El artículo 19 de la misma Constitución -conforme a la doctrina prevaleciente en el mundo de hoy- consagra el principio de la progresividad de los derechos humanos lo cual significa que todo lo conquistado no puede echarse para atrás.
Si Ud. es de los que cree que lo anterior es gramínea siga con su idea. Solo ruegue que no llegue el día en que tenga que constatar que la cuestión tiene bastante conexión con la realidad.
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