Dos poemas premonitorios
Enrique Viloria V.
Releo con gusto los insurrectos poemas del escritor margariteño Gustavo Pereira, y me permito reproducir estos dos poemas que en mi criterio son premonitorios, anticipados, visionarios, precursores:
El Paladín
Conquisté sin desmayo territorios avasallé otras
gentes acumulé
fortuna y mando
Hice más poderosos a los míos
(o caso desgraciados ¿quién lo sabe?).
Ahora soy pasto de olvido y de desprecio
(del desprecio de los hijos aquellos que elevé)
(del desprecio de quienes aprendieron que ninguna
iniquidad podrá ser jamás
timbre de orgullo).
Apenas puedo balbucir que fui a mí mismo
víctima y victimario.
Hoja seca y viento que la arrastra.
IV Reich
Se puede caminar bajo la lluvia
a condición de que no llueva.
Puede masticar cuando apetezca
siempre que no piense en tragar.
No está prohibido hablar
mientras se permanezca callado.
No es permitido contravenir el letargo.
Se autoriza estar de pie
a condición de que no se ande erguido.
Prohibido fisgonear en los adentros
(si acaso existe algo allí).
Cualquier parecido con nuestra realidad bolivariana no es pura coincidencia.
Como acertadamente lo expresa Palo Neruda: “La historia ha probado la capacidad demoledora de la poesía y a ella me acojo sin más ni más.”
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