jueves, 7 de noviembre de 2013

LOS “PROTOCOLOS DE SIÓN” DE RODRIGUEZ TORRES

Y “LA GUERRA ECONÓMICA”


     EMILIO NOUEL

En la historia política de los pueblos no son pocos los casos de forja de documentos falsos o de montajes de historias adulteradas con fines aviesos.
Ellos han servido para la persecución de los adversarios, a los que se desea apartar del camino por incómodos, con el propósito de alcanzar o mantenerse en el poder.

Los llamados “Protocolos de los Sabios de Sión”, aún hoy utilizados por algunos antisemitas, son un ejemplo de hasta dónde puede llegar la perversidad en la lucha política y social. Se sabe que fueron fraguados por las autoridades zaristas para justificar los pogroms contra la población judía; y sin embargo, hay muchos que siguen hablando en la actualidad de una supuesta conspiración judía para apoderarse del mundo, en los términos de esos protocolos.
En nuestros predios latinoamericanos, esa práctica perversa es también moneda corriente.
En Venezuela, la dirigencia chavista, incluido el finado Chávez, no es la excepción en el tema. La paranoia delirante ha sido notoria en diversos momentos de este gobierno.
Todos recordamos historias risibles, el ridículo internacional largo y parejo que han protagonizado. El terremoto de Haití generado por la marina norteamericana, tesis estrambótica esgrimida por Chávez, forma parte de esa historia de paranoia. El Directv que te espía a través de tu televisor del impresentable cínico Carreño. El supuesto envenenamiento de Bolívar desmentido por la ciencia seria.  Las decenas de magnicidios anunciados sin pruebas ni detenidos. Y el gran invento, un cáncer inducido a distancia por la CIA, como causa de la enfermedad y fallecimiento de Chávez.
Obviamente, todo este tinglado retorcido y siniestro tiene efecto en gente sencilla y crédula. Y el gobierno lo sabe. Por tal razón, lo usa para manipular la opinión en función de mantenerse en poder.
Con lo de la “guerra económica” ocurre lo mismo. Es asombroso el caradurismo de los altos funcionarios chavistas. Con su rostro muy lavado y gran solemnidad, oímos y vemos expuestos los presuntos planes de sabotaje económico, incluso ante representantes oficiales de otros países, que para sus adentros se carcajean de tales disparates.
En reunión de Mercosur que tiene lugar en Margarita, el ministro Rodríguez Torres, sin ningún escrúpulo,  habla de un espionaje de EEUU que se habría producido en los últimos años, con vista a “conocer la economía venezolana”, para luego desencadenar una “guerra económica”, fase en la que se estaría en estos momentos.
Según el Ministro, el espionaje buscaba “clarificar las debilidades de la economía venezolana, para lanzar los ataques principales y secundarios”.
Algo más cómico no se había visto antes en este país. La debilidades de la economía nacional las conocemos de sobra los venezolanos y el mundo sin necesidad de espiar. Sólo un ignorante o un cínico podrían haber declarado tal sandez. Sólo uno que cree que tiene imbéciles como audiencia. 
La paranoia reiterada de decir que Venezuela, “el país más rico del mundo”, es “objetivo del imperio estadounidense”, es una demostración adicional del inconmensurable analfabetismo económico del que ni sabe manejar la inseguridad del país. EEUU va en camino, a mediano plazo, de no necesitar comprar petróleo a Venezuela y otros países, y nuestro país, cada día pierde más relevancia económica y política.
Por otro lado,  Venezuela “¿”el país más rico del mundo”?  Una ocurrencia más para reírnos de las excentricidades de quien sólo busca enemigos externos con sus propios “Protocolos de Sion”, para esconder la propia incapacidad, el fracaso estruendoso de su desgobierno económico, el cual pareciera que se profundizará, visto que sólo les pasa por la cabeza seguir insistiendo en lo mismo que hasta ahora resultado dañino para el bolsillo de los venezolanos y la salud de la economía.
A otros con esa farsa de guerra económica.  Está claro que los únicos que han conspirado contra los intereses del país están en el gobierno.

Emilio Nouel V.

@ENouelV


emilio.nouel@gmail.com

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