"Esta candidatura no es mía, sino de la tarjeta de la Unidad"
ROBERTO GIUSTI
El Universal
Nada parece haber cambiado en el soleado despacho del Alcalde de Baruta. Si bien había preparativos de mudanza, la amplia y ventilada oficina (cero aire acondicionado) conserva cada cosa en su lugar, incluyendo a Gerardo Blyde. No obstante, el Alcalde reconoce que el accidentado episodio de la inhabilitación, habilitación y nueva inhabilitación, fue una dura prueba que los actores superaron con éxito y final feliz.
-Siendo abogado constitucionalista y conociendo las trapisondas a las que se suele acudir en el TSJ, ¿no habías previsto, como escenario posible, la inhabilitación de David Uzcátegui?
-En la Mesa de la Unidad Democrática siempre se previó que podía suceder y por eso se inscribió una candidatura paralela que pudiera ser una alternativa. Nunca pensamos que pudiera ocurrir antes del 28 de noviembre, fecha tope de sustitución, pero la sorpresiva sentencia se produjo tres semanas antes de la fecha electoral.
-Les dieron tiempo para resolver el problema, pero ¿qué perseguían entonces?
-Todo se remonta a dos años atrás, cuando tuvimos unas primarias muy disputadas por la Alcaldía. Para entonces votaron 100 mil electores que se dividieron en dos opciones: Uzcátegui y Blyde. Perdí por 0.8%, una diferencia de 700 votos y acepté de inmediato los resultados, aun cuando sobre David pesaba la inhabilitación.
-Porque no podíamos, ni la Mesa ni yo, contrarios a las inhabilitaciones administrativas por anticonstitucionales, prestarnos a esa maniobra. Las inhabilitaciones permitidas por la Constitución, en cuanto a derechos políticos y sobre todo el de ser elegido, se contemplan como penas accesorias de una condena penal definitivamente firme y Uzcátegui nunca fue sometido a juicio penal ni tiene sentencia. Usaron viejas leyes preconstitucionales para imponer las sanciones.
-Pero, ¿por que qué le permitieron a la Mesa ese período de gracia?
-Luego de las primarias Uzcátegui siguió luchando y logró una medida cautelar de la Sala Constitucional. Para entonces mucha gente pensó que me lanzaría por mi cuenta, pero yo estaba claro: soy demócrata y no iba a romper la unidad en Baruta. Tenía, además, una responsabilidad nacional con la tarjeta de la unidad porque estamos obligados a superar al PSUV. Luego, la estrategia del Gobierno apuntaba a generar abstención en Baruta, encaratar el ambiente electoral ante un panorama de dos candidaturas y perjudicar así la reelección de Ledezma a la Alcaldía Metropolitana.
-¿Fracasó la estrategia del chavismo?
-Porque no nos prestamos a las maniobras y, al contrario, una vez inscrita la candidatura de David, nos pusimos a trabajar juntos: coordinamos un presupuesto para el próximo año (mi obligación es formularlo hasta octubre), de manera que su oferta electoral pudiera materializarse. Surge ahora esta nueva inhabilitación y eso le impide su participación.
-Y ahí apareces tú.
-La Mesa de la Unidad se reunió de emergencia apenas se conoció la sentencia y decidió, por unanimidad, solicitarme que aceptara la postulación. Con mucha humildad y responsabilidad acepté el reto sin tener un volante hecho, ni un pendón en la calle y mucho menos cuñas de radio o televisión. De manera que a semanas de las elecciones lo único que tengo es mi nombre, el apoyo de David, de la Mesa, de todos los partidos, de una gestión y de lo más importante: la gente.
-¿Por qué estás tan seguro del apoyo popular?
-Si haces una medición de los liderazgos más reconocidos en Baruta siempre aparecen los nombres de Uzcátegui y de Blyde. Entonces, no nos quedó otra sino aceptar el reto.
-¿Qué pasa si rehabilitan de nuevo a Uzcátegui?
-Depende de cuando suceda esa rehabilitación. Pero ya esto sería un jueguito macabro.
-¿Y no lo es ya?
-Lo es porque lo podrían rehabilitar si consideramos que no se ha producido una sentencia de fondo sobre el caso.
-¿Podría explicarlo?
-Lo que hizo la Sala Constitucional fue decirle a la Sala Político Administrativa: "decida usted". Mientras tanto, acordó una medida cautelar para restablecerle sus derechos políticos. Pero la Sala Político pasó tres meses sin pronunciarse, la Sala Constitucional se abocó, le quitó el expediente, le dijo que ahora la decisión le corresponde y por tanto pude haber decisión. Ahora, si es luego del 28 de noviembre no hay forma de sustituir porque la reglamentación electoral no lo permite.
-¿Y si ocurre antes, es decir, en los próximos 4 días?
-Tendríamos que sentarnos de nuevo en la Mesa de la Unidad. Esta candidatura no es mía, sino de la tarjeta de la Unidad, la decisión le toca a la Mesa y yo haré lo que ella decida. Ahora, lo que se busca es crear confusión y promover la abstención, pero no lo van a lograr
-¿No crees que a estas alturas tu candidatura debe ser irrevocable?
-Eso es decisión de la Mesa. Yo no tenía prevista la reelección, me alistaba para entregar, las direcciones concluían sus actas de transferencia y una compañía externa nos estaba ayudando en la auditoría.
-Una cosa es ser alcalde- candidato y otra el alcalde que se va. Son actitudes diferentes y ahora debes reiventarte. Pero no se ve que te resulte difícil porque le darás continuidad a una gestión que, en todo caso, iba a ser igual con Uzcátegui.
-Hay obras inauguradas por nosotros que comenzó Capriles. Existe una continuidad y una profundización que cada quien asume con su estilo y acento. Por eso Baruta es un municipio envidiado por los ciudadanos de otros municipios caraqueños. El día en que David debió declinar, la noticia era la inauguración del Gimnasio Vertical, con instalaciones del primer mundo. Un proyecto que desarrolló Henrique como proyecto y que yo ejecuté. Está la renovación de la avenida Miguel Ángel, en Colinas de Bello Monte, emblemática por la belleza arquitectónica de sus edificios, cuyo proyecto está listo. Igual el Boulevard de la Río de Janeiro en Las Mercedes.
-¿No estás en manos de Primero Justicia para lo que queda de campaña?
-Gracias a Dios estamos integrados. Además, en este proceso unitario los partidos están coordinados
-Han superado, en este caso, una dura prueba unitaria inducida por el chavismo.
-Ha sido una prueba para mí, para Uzcátegui, para Primero Justicia, para Un Nuevo Tiempo, para el resto de los partidos y para el ciudadano. En todo caso Baruta no es un municipio partidizado en un sentido militante, como ocurre en otras partes del país. El baruteño es independiente, como tal manifiesta simpatías por una u otra corriente, se siente libre de elegir y tiene la virtud de acceder a la información aun cuando haya escasa posibilidad, en los medios abiertos, de exhibir logros y enviar mensajes.
-¿No es más difícil lidiar con un elector informado, consciente e inteligente?
-Así es y eso es lo que no entiende el partido de gobierno cuando intenta abordar municipios como Baruta. Ignora cómo siente y piensa un ciudadano libre, no dependiente de sus dádivas sino que trata de proteger su propio mundo y libertades. Y esas nunca las va a arriesgar.
-Porque va más allá del tema municipal y piensa en grande.
-En realidad va a las dos cosas y por eso estoy tan orgulloso de ser baruteño.
-¿No es eso un denominador común de la clase media venezolana?
-También sucede en los barrios baruteños, que son importantes. Esto no es El Hatillo, ni Chacao, cuyas comunidades populares son casi de clase media. Nuestros barrios tienen alta densidad poblacional ( 20%). Con ellos hemos trabajado duro y aunque allí está la mayor fuerza del oficialismo, este ha hecho muy poco por resolver sus problemas. Cuando hicieron el desarrollo de La Limonera, ubicaron gente que no era del municipio. Nosotros hemos trabajado resolviendo el problema de las aguas negras que corrían libres por la calle, hemos construido escaleras e instalaciones deportivas. Ahí está el barrio de Santa Cruz del Este, que encontramos en el piso cuando asumimos en el 2008. Nos tocó duro porque la comunidad estaba prácticamente bajo el lodo y Diosdado Cabello, quien era gobernador, sacó las máquinas y el personal que trabajaba allí cuando supo que había sido derrotado en las elecciones. Hoy el barrio está recuperado y con el gimnasio vertical más moderno del país.
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