domingo, 22 de diciembre de 2013

ENTREVISTA A RAMON GUILLERMO AVELEDO

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"Es muy obvio que este país no da para hegemonías"


ELVIA GÓMEZ   

EL UNIVERSAL
Para ilustrar el panorama político nacional que le tocará administrar a la Mesa de la Unidad Democrática en 2014, Ramón Guillermo Aveledo echa mano del Derecho y del béisbol. En ambos encuentra enseñanzas, como el trabajo en equipo, cubrir las jugadas de rutina sin abandonar la audacia en el campo y revisar, como en las compañías o en los matrimonios, la voluntad de seguir juntos, lo que los abogados llaman affectio societatis.

"Es imperativo que encontremos una visión compartida lo suficientemente fuerte como un affectio societatis, que puede partir de la idea de renegociar las condiciones de la relación. Que encontremos que hay que definir de otro modo las instancias de decisión o que hay decisiones que hay que tomar ya para que se tranquilicen las cosas". Deja claro que en la MUD no hay nada intocable, ni siquiera su cargo, "lo único intocable es la unidad".

-¿Cuál es su lectura del 8D?

-Nosotros vemos los resultados en una perspectiva electoral y política y en ambas el sabor es agridulce. Ni es cierta la leyenda dorada del triunfo gubernamental ni es cierta la leyenda negra de una catastrófica derrota nuestra. El Gobierno tuvo pérdidas muy costosas y no logró arrebatarnos alcaldías con un gran poder simbólico como la Metropolitana de Caracas o la de Maracaibo. No logramos tener la mayoría en el voto popular, pero ahora tenemos concejales en más de 250 municipios. Eso se obtuvo en condiciones muy difíciles, porque el Gobierno usó su poder sin escrúpulos y Henrique Capriles se movió por el país con muy poca repercusión mediática. En lo político es muy obvio que este país no da para hegemonías, que hay suficiente gente distribuida en todo el país que quiere otra cosa. De las nueve ciudades con más de 500 mil habitantes ganamos en seis. Tenemos en 2014 un año sin elecciones y los cambios coyunturales en el sistema político -más represión, control oficial de los medios de comunicación, más acoso- tienden a convertirse en estructurales. 

-La ruta electoral de la MUD debería fortalecerse. Las máquinas sí cuentan los votos y donde la gente defendió las victorias estrechas se reconocieron, pero sigue la pata coja de la abstención.

-El Gobierno buscó quitarle importancia a la elección y hubo campañas en las redes sociales sembrando dudas. Esa participación para una municipal no es mala, pero sí lo es para una elección de tanta importancia política nacional. Tuvimos 20% más de abstención con respecto al 14A, con un componente mayor nuestro y es que llovían los incentivos para no votar. Ahí hay un espacio de lucha muy grande, vital, porque la Mesa no es una alianza electoral, es una alianza política cuya estrategia de poder es que el cambio se hace por la vía pacífica, democrática, constitucional y electoral. Ahora, en el 2014, tenemos un desafío porque al menos en el calendario previsible no hay elecciones y no vamos a tener a nuestro movilizador por excelencia, que son las elecciones. Ni siquiera las marchas más multitudinarias llegaron a tener siete millones y medio de personas. Pero la política no entra en receso y toca dar una respuesta de organización para esta etapa de socialización para conectar con esos fenómenos de la sociedad.

-Ese es un propósito fundacional de la Mesa que no se ha ejecutado.

-Es original, está en el documento del 8 de junio de 2009: "constituir una vasta red social de solidaridad democrática". No hemos salido de una elección, eso no es culpa nuestra, pero sí es culpa nuestra que como alianza las conexiones entre nosotros no son orgánicas. No es que los partidos vayan a liderar la protesta social, los dirigentes de la Unidad Democrática, concejales, diputados, deben darle soporte, que quienes protestan se sientan asistidos en los problemas que plantean. Allí hay un desafío ineludible.

-En todo el país hay protestas a diario, pero no han tenido esa articulación. 

-Para expresar todas esas inconformidades hay que darles significado político. Hay quienes creen que el debate es político y que todo se arreglará cuando haya un cambio político, y hay quienes creemos que el debate es socioeconómico y hay que darle significado político. Hay que demostrar que lo que está pasando tiene que ver con la política del Gobierno.

-Henrique Capriles y Henry Ramos coincidieron en que la gente no entiende las explicaciones de los economistas. ¿Cómo explicarle a los más pobres, donde el Gobierno tiene su mayor caudal de votos, quién es el culpable de sus padecimientos?

-Relacionando la crítica con la vida real. Yo tengo muchos amigos economistas y les comento cuando encuentro a uno: "qué maravilla conseguir a un economista que hable español". Allí el esfuerzo que hay que hacer no es por pedir racionalidad económica o técnica, no se trata de hacer demagogia, porque no paga, es de plazo corto. La demagogia que hizo el Gobierno le dio dividendos inmediatamente pero ahora hay un período sin elecciones en el cual se van a ver los resultados negativos de esa demagogia.

-¿Usted apoya promover mediciones electorales fuera del calendario oficial, como proponen Leopoldo López y María Corina Machado, y no descarta Capriles?

-No hay que poner el caballo detrás de la carreta. Uno no sabe si va a haber o no la necesidad de una salida anticipada, que si la hubiera yo siempre seré partidario de que sea pacífica, democrática, constitucional y electoral. Otras salidas no son salidas, son entradas a otra cosa. Como en el béisbol, hay que hacer las jugadas de rutina pero estar dispuestos a cosas más audaces, como dar un batazo que resuelva el juego. Ese equilibrio que está en el juego de pelota, los políticos lo tenemos que aprender. Y uso otra metáfora: la política es un deporte de conjunto y puede haber el que quiera escaparse y anotar, que no le pasa el balón a nadie y quiere chutar a portería. Ese no es un problema pequeño pero es superable. Lo que sí es un problema son los que en momentos como este buscan chutar a puerta propia.

-Henry Ramos demandó que en la Mesa se sinceren.

-Partamos de una premisa: la unidad es indispensable y esa es la base de la credibilidad en la alternativa democrática, la Mesa es una estructura creada a ese servicio. Se pueden hacer cambios en la estructura pero conservando claro el objetivo. Yo creo que ese debate hay que darlo con sinceridad y por eso anuncié que inclusive mi presencia en la secretaría ejecutiva podía ser revisada. Aquí lo único que no se toca es la unidad. Tenemos que hablar para estar seguros de que tenemos una visión compartida, nunca puede haber una visión compartida que se imponga, que alguien crea que poseído de la verdad va a arrastrar a los demás en una determinada política. Otro aspecto se refiere a lo que los abogados llamamos affectio societatis que es la voluntad de estar juntos. Por ejemplo, cómo vamos a hacer con los candidatos a diputados, que hay gente a la que eso le angustia. Ahora, el hecho de que 2014 sea un año sin elecciones no puede ser excusa para que le demos vacaciones a la Unidad. No es compatible, no es consistente con esa idea de que hay una crisis, pensar: "yo ando por ahí, por mi cuenta, me fortalezco, me posiciono como yo quiera y después nos volvemos a encontrar en 2015". Si nosotros encontramos la crisis por separado el daño que nos hacemos es tremendo y vamos a dejar al país sin alternativa.

-Hay quienes acusan a López y Machado de capitalizar individualmente lo que se ha logrado entre todos.

-Yo tengo que ser más cuidadoso en mis opiniones que los que son actores políticos en la Mesa de la Unidad porque mi papel es de árbitro. La preservación de la Unidad va a depender del costo que implica dejar de estar en ella. La Unidad no puede ser un matrimonio de conveniencia, por eso hay que afrontar con seriedad la cuestión de ver qué tan compatibles son las visiones distintas. Yo a todos les hago un llamado para prevenirse contra la impaciencia, que en la política no es virtud. A veces es prudente lo audaz, pero a veces lo audaz es lo prudente. 

-¿Qué podría esperarse de la actuación del Gobierno en un año sin elecciones como 2014?

-Mi abuelo paterno decía: "piensa lo malo para que lo bueno te sorprenda". Siendo este Gobierno como es va a tener que tomar medidas que no quisiera y va a tener que explicarlas echándole la culpa a otros, que normalmente somos nosotros. Uno puede pensar razonablemente que se puede poner más represivo.

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