POST-PARTO ELECTORAL 2013
La "Electocracia" y la "Votología", estos inventos del lenguaje, esos maquillajes fatídicos de las democracias, están de luto en Venezuela. Bienvenida sea la urna en la que se amortajan. En todo caso, el horizonte electoral más inmediato reverbera allá lejos, en diciembre de 2015, cuando el país elegirá representantes a la Asamblea Nacional. Bendito sea pues que no tengamos que seguir con el mismo libreto con el que el chavo-madurismo se ha legitimado nacional e internacionalmente como democracia -19 veces en total-, y la oposición también, pero llorando y madurando unida, con bemoles, durante estos 15 años frente al mundo, cual Magdalena tropical, deshidratándose: Qué si fraude, qué si CNE. ¡Caga lástimas! No me excluyo.
Se acabaron entonces, por ahora, las válvulas electorales de escape que servían, a Tirios y Troyanos, para correr las arrugas de sus enfermedades internas y de la gran crisis nacional que nos acompaña hace ya tanto tiempo y que no es coyuntural, ni siquiera estructural, sino existencial. Así en el gobierno como en la oposición, en el PSUV y en la MUD, ¡qué caigan todos los parapetos! ¡Qué hagan aparición todos los radicales! ¡Qué emerjan todas las fiebres! ¡Es tiempo de naufragios! ¿Quién en su sano juicio podrá desaprovechar esta ganga de corcho? ¿Quién?
No es hora de seguir votando. ¡Basta de seguir escogiendo candidatos! ¿Hasta cuándo? ¡Suficiente! Es hora de evitar el golpe militar de derecha que se asoma y que nos retrogradaría en el tiempo y en el espacio. Y para ello es el “fulano diálogo” que tanto nos da grima, porque el “dialoguito ese” es el salvavidas, la bocanada de oxígeno para dos náufragos, gobierno y oposición, que se necesitan mutuamente, lo cual es políticamente exótico pero correcto, difícil de tragar, que luce insuficiente o deleznable o bochornoso para aquellos que se ufanan de éticos o de energúmenos. ¿Pero es este el momento para exquisiteces filosóficas? ¡Golpe militar de extrema derecha, caballeros! Ya la disyuntiva no está entre Democracia y Socialismo sino entre Democracia y Dictadura de verdad. No “Dictablanda” como ahora hay en Venezuela, representada por el tal Socialismo del Siglo XXI, que no es sino la agonía prolongada, fase terminal del Punto Fijísmo. ¿Qué vendrá después?
Ahora gobierno y MUD están más cerca que nunca o deberían estarlo. ¿Un nuevo Pacto Político? ¿Salida inédita? Y no porque se amen (aunque en el fondo nadie sabe), sino porque se necesitan a rabiar y tal vez, seguro, hasta se parecen. ¿No somos todos hijos de la IV República, carajo?
Y entre tanto el país, eso que llaman “mayorías”, los mira como quien observa animales de distinta pelambre en una misma jaula. Se han acercado terriblemente, con rubor frente al público, eso sí, pero finalmente son hijos de la misma realidad y se justifican, se requieren. Odio, placer y necesidad juntos en la vorágine en la que los acorrala la ambición por el poder o el terror a perderlo. A todas éstas, el fantasma de la ideología se ha ido evaporando y ocupando lugar en el escaparate de donde saldrá, cuando haga falta, para la próxima fiesta de disfraces. ¿Y eso es bueno o es malo? La pregunta es casi infantil pero no la respuesta. Depende. Y no es que nos guste o no, es que la licuadora de la realidad nos ha llevado al punto en el que nos encontramos, lleno de tantas y desconocidas contradicciones y abismos que se asoman.
Lo que viene es crisis con K. Al mayor y al detal. El gobierno solo no podrá con ella; necesitará de la oposición que por supuesto no debería colaborar gratuitamente, a menos que sea estúpida, quién sabe. Y no estoy hablando de cargos sino de respeto, óigase bien. Ni siquiera personal, sino político En todo caso, el golpe militar es el enemigo histórico de ambos y frente a esa posibilidad siempre presente no queda sino superar diferencias, tragar grueso, y sumar fuerzas. Bailar pegados. ¿Habrá otra salida? ¿Será esto lo que está pasando en el país?
Ahora los que comercian con las elecciones quedarán con los apetitos postergados de seguir ganando, en votos, dólares o tiempo, con tanta campaña chimba. ¡Adiós a la ambición pequeña! Es hora de otra cosa distinta al cálculo frente a la vitrina. Tiempo de emergencia nacional. De acuerdos.
LEANDRO AREA
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