lunes, 27 de enero de 2014


LA DEUDA EN DÓLARES DEL GOBIERNO con el sector privado: ¿una bomba de tiempo?
Víctor Salmerón
La deuda. Acorralado por el meteórico crecimiento de la demanda de dólares, el Gobierno venezolano traspasó por completo la crisis de divisas al sector privado. Empresas emblemáticas sufren un severo recorte en la oferta de divisas, que amenaza con agravar la pérdida de vigor de la economía.
De acuerdo con voceros del sector privado, las compañías venezolanas, que día a día se desenvuelven en una madeja de controles, obtuvieron lo que se conoce como Autorización de Adquisición de Divisas (AAD) y, con este aval, compraron materia prima u otro tipo de requerimientos a proveedores en el exterior. Una vez la mercancía ingresó al país, la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI), el organismo que hasta ahora había administrado la asignación de dólares, tenía que aprobar la entrega de los billetes verdes emitiendo la Autorización de Liquidación de Divisas (ALD), algo que en casos relevantes no ocurrió.
El resultado es una deuda con compañías del exterior y casas matrices que, de acuerdo con Fedecámaras, el gremio que agrupa a las empresas del sector privado, asciende a entre 9 mil y 10 mil millones de dólares.
Entre los casos más notorios están los laboratorios y la industria farmacéutica, que esperan por el desembolso de 2 mil 300 millones de dólares. Las línea aéreas aguardan por 3 mil millones. Las ensambladoras de vehículos esperan 1 mil 800 millones, las fábricas de autopartes otros 180 millones de dólares y la lista también incluye importadores de repuestos para vehículos, entre otros.
La posición de la administración de Nicolás Maduro es discutir si la deuda procede o no y, mientras tanto, se dispone a entregar divisas para importaciones nuevas. “Le estamos diciendo a los privados: Muy bien, es como alguien que bloquea una calle. El primer acuerdo es: ponte al lado, tiene que fluir el tráfico y vamos a discutir el tema de la deuda”, dijo el pasado 22 de enero el Vicepresidente para el Área Económica, Rafael Ramírez.
No obstante, fuentes del sector privado explican que difícilmente podrán solicitar a proveedores en el exterior el envío de nueva mercancía hasta tanto no paguen al menos la mitad de la deuda, mientras que otros, no son nada optimistas y consideran que será necesario cancelar primero todo lo pendiente.
Pero las señales desde el alto poder es que la discusión tomará tiempo. “Ahora nosotros tenemos la responsabilidad como administradores de recursos públicos de ver el sustento de esa deuda. Bueno, vamos a discutir esa deuda. Por ejemplo, hay gente que tiene deuda hace dos años. Está bien, pero ya vendió el producto. ¿A qué tasa lo vendiste? Se lo vendiste al pueblo a tasa del paralelo, ¿entonces por qué te voy a dar más dólares preferenciales?”, dijo Ramírez.
De esta manera, el Vicepresidente para la Economía deslizó un aspecto álgido en la discusión. Empresarios aseguran que por tratarse de productos con precios controlados cumplieron con las regulaciones y, para no registrar pérdidas, necesitan que la deuda les sea reconocida al tipo de cambio de 6,30 bolívares por dólar y no a la segunda tasa que fluctúa cada semana y por ahora se ubica en 11,36 bolívares.
Sin embargo ha quedado claro que la negociación puede ser rápida. El 23 de enero la aerolínea TAME, administrada por el gobierno ecuatoriano, suspendió sus vuelos a Caracas argumentando el retraso en el pago de 43 millones de dólares. Dos días después, su gerente, Fernando Guerrero, notificó la reanudación de las operaciones tras alcanzar un acuerdo con el gobierno venezolano sobre la transferencia del dinero.
Vivir con menos. La deuda por divisas aprobadas y no desembolsadas es apenas una pieza en el recorte general de la oferta de dólares. Las estadísticas de la Vicepresidencia de Economía desnudan que en 2013 CADIVI aprobó para importaciones del sector privado 15 mil 515 millones de dólares, una cifra que implica una caída de 15% con respecto a 2012 y una poda de 26% versus 2010.
Esta decisión activó una cadena de eventos. Como se trataba de autorizaciones para importaciones esenciales, principalmente asociadas a la industria de alimentos o medicinas, la escasez irrumpió en las principales ciudades. De hecho, el índice que mide la carestía de alimentos básicos en Caracas se ubicó en 22% al cierre de octubre, el nivel más elevado en 46 meses.
El desequilibrio que obliga a vivir con menos dólares se alimenta de distintas vías. Los analistas realizan un análisis macro y destacan que la inflación venezolana supera abiertamente la de los países con los que comercia. Y como el precio del dólar se ha mantenido estático, o con aumentos que no reflejan del todo este incremento de los precios en el país,  las importaciones resultan muy baratas y la demanda de divisas se dispara.
El Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS) elaboró un índice donde toma en cuenta los tipos de cambio y la inflación de 61 países. Al cierre de noviembre de 2013, el bolívar era la moneda con el mayor desequilibrio con una sobrevaluación de 55%. Además, el salto de las importaciones también recibe el aliento de que la producción nacional ha caído en áreas clave y las compras en el exterior son cada vez más necesarias para surtir los comercios.
Al mismo tiempo, las exportaciones distintas al petróleo prácticamente han desaparecido: 96 de cada 100 dólares que ingresan al país provienen de PDVSA, que no ha podido elevar la producción y vende barriles con descuento a países aliados. Pero hay otro elemento clave: PDVSA le entrega al Banco Central menos de la mitad de las divisas que aporta el petróleo y el resto fluye hacia una madeja de fondos que administra discrecionalmente el Gobierno.
El tanque de dólares que tiene el Banco Central de Venezuela recibe el nombre de reservas internacionales. De allí salen las divisas que sirven para pagar la deuda externa y otorgar dólares al sector privado vía CADIVI, pero la anemia en el aporte de PDVSA produjo un desplome de 29% durante el año pasado y no ha habido muestras de que el Gobierno esté dispuesto a realizar una inyección de billetes verdes que acabe con la sequía.
¿Cómo ha sido el reparto del boom petrolero? La balanza de pagos que publica el Banco Central registra que entre 2005 y 2013, asumiendo un estimado para el último trimestre de este año, el país obtuvo por exportaciones petroleras 641 mil 872 millones de dólares, de los cuales, de acuerdo con las cifras de la Vicepresidencia de Economía, fueron asignados a través de CADIVI unos 282 mil 476 millones. Es decir: 44% del total, para todos los requerimientos del sector privado como importaciones, remesas y viajes.
El resto de los recursos fue absorbido por un Estado que aporta 35% del PIB y que, por ahora, ha hecho una rendición de cuenta muy precaria sobre el uso de estos recursos.
Alarmas encendidas. Sin una redistribución que permita un desembolso rápido de divisas al sector privado, luce complicado que la deuda con los proveedores en el exterior pueda ser cancelada o disminuida sustancialmente en corto tiempo.
Y el impacto sobre el crecimiento de la economía de un conjunto de empresas sin suficientes materias primas y servicios, como el de las líneas aéreas a media máquina, no será leve. Basta con observar que el sector privado, que aporta dos tercios del PIB, creció 1,5% en 2013 versus 6,2% en 2012 y la economía comienza a moverse en un clima de mínima expansión y elevada inflación que impacta la calidad de vida.
Otro factor a tomar en cuenta es que la sola posibilidad de que el Gobierno desconozca estos compromisos ya golpeó el precio de los bonos en divisas de la República, porque los fondos de inversión temen que en un futuro la administración de Nicolás Maduro incumpla el pago de estos compromisos.
El resultado ha sido que, en caso de que el Gobierno decida financiarse colocando nuevos bonos en el exterior, tendrán que cancelar una elevada tasa de interés por la desconfianza del mercado, salvo que se tomen acciones que disminuyan la incertidumbre. Y las conversaciones de las próximas horas entre empresarios y ministros sobre el tema de la deuda y el desembolso de las divisas serán clave para el desempeño de la economía en lo que resta de año.

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