domingo, 5 de agosto de 2012


"Abusar del poder tiene un costo"


El Nacional-04-Ago de 2012|Ronna Rísquez / Alex Vásques S.


Entra en la sala de pautas y se coloca a la cabeza de la mesa de redacción. Como un pelotero en la caja  de bateo, Henrique Capriles Radonski mira a su alrededor, revisa los movimientos y se prepara para  responder las preguntas de los jefes de información del diario. El candidato presidencial de la  oposición –que confesó que practicó beisbol durante 14 años– asume el reto con la misma seguridad y  aplomo que muestra Miguel Cabrera cuando se para en el home. Está listo para recibir cualquier lanzamiento, no lleva físicamente la gorra con el tricolor nacional que usa en los recorridos por el país, pero sus afirmaciones son contundentes como batazos de vuelta al cuadro: “Venezuela no se va a retirar de organismos internacionales, como la CIDH”, “No vamos a regalar un solo barril de petróleo venezolano”, “A los colectivos les aplicaré la ley, tienen que deponer las armas”, “Voy a descentralizar las cárceles”, “No vamos a romper relaciones con Cuba”.

Luego de revisar con atención la edición del 69° aniversario de El Nacional, Capriles precisa que no quiere ser líder del mundo: “Quiero ser líder de Venezuela, quiero solucionar los problemas de los venezolanos. El programa que presentó el candidato del Gobierno tiene entre sus puntos salvar el planeta. Yo no quiero salvar el planeta, yo quiero salvar a Venezuela”.

—En el primer mes de la campaña se ha cuestionado el ventajismo del candidato del Gobierno. ¿Cómo lo ha afectado ese supuesto ventajismo?
—Es parte de los obstáculos que tenemos que vencer de cara al 7 de octubre. ¿Qué hago yo? Informarlo,  que el pueblo lo conozca, porque eso tiene un costo. Algunos creen que no; yo sí lo creo. Cuando abusas del poder, eso tiene un costo. Probablemente el Gobierno seguirá abusando.

Ahora, esto es un juego, hay una estrategia para ganar. Creo que las cadenas no le ganan a que yo visite los pueblos. Esa es mi forma de ver el juego. Es mucho más poderoso ir a una comunidad, visitarla, tocar a las personas, oírlas, que ponerse detrás de una cámara, que salir en una pantalla de televisión para hablarle al país de cosas que nada tienen que ver con los problemas que viven los venezolanos.

¿Mercosur es más importante? Pregúntale al venezolano que está en San Mateo en qué cambió su vida la incorporación de Venezuela al Mercosur. Chávez celebra cosas que están totalmente desconectadas del problema que vive el venezolano día a día. Entonces, el 7 de octubre veremos quién tuvo mejor conexión entre el país que quieren los venezolanos y el que plantean los candidatos. El que sepa alinearse mejor con el proyecto que quieren los venezolanos es el que va a ganar las elecciones.

—Más allá de las encuestas, ¿siente que hay un resultado positivo del trabajo que hace?
—No tengo ninguna duda de que vamos a ganar las elecciones. Ya esta etapa de 14 años se cerró. Se cierra el 7 de octubre. Nosotros llevamos 110 pueblos visitados. Los que quieran ver, vengan, los invito. Porque, además, estoy yendo a los pueblos donde el Gobierno ha sido fuerte estos años. Voy donde me dicen que la cosa está difícil. No sufro del síndrome del candidato que sale a la calle, se ve en dos afiches, lo saludan dos personas y cree que ya ganó las elecciones.

Esta es una fuerza que crece todos los días. Y no tengo ninguna duda después de haber recorrido desde el primero de julio 110 pueblos, 21 estados, que vamos a ganar el 7 de octubre. Lo que tenemos es que concentrarnos en cuidar los votos. Esa sí es la clave del proceso, porque si descuidamos una mesa nos van a quitar los votos.

Ya al Gobierno no le importa ser popular, lo que le interesa es mantenerse en el poder.

—Usted dijo que hay que cuidar los votos, pero ¿el proceso depende sólo de ustedes? ¿Qué papel juega el árbitro?
—El día de las elecciones el proceso depende de los que están ahí: de los miembros de mesa y de los testigos. Los venezolanos son los protagonistas del proceso electoral. Esa es la contraloría del proceso. Que el Consejo Nacional Electoral, la señora Tibisay Lucena, cuando totalice, le den un papel que diga ganó Capriles y perdió el candidato oficial y que el CNE quiera darle una patada a la mesa y diga que no acepta, eso es un golpe de Estado. ¿La Fuerza Armada va a aceptar eso? Soy de los que digo que no.

Si aquí hay más votos ganamos las elecciones, le guste o no le guste a algún rector del CNE, a alguna persona por ahí o al candidato del Gobierno. Los resultados de los últimos 4 procesos electorales han sido 2 para un lado y 2 para el otro. En las últimas 4 elecciones la diferencia no ha sido mayor a 10 puntos porcentuales. Por eso me causa gracia cada vez que veo a un señor que es símbolo de lo oscuro, que todos los domingos hace proyecciones de encuestas. Lo que quiero decir es que este proceso está en nuestras manos y esta es la mejor oportunidad en los últimos 14 años. La reacción está del lado del Gobierno: a todo lo que nosotros decimos el Gobierno reacciona, y esa es la mejor señal de cómo va este proceso y de qué va a pasar el 7 de octubre.

—A Venezuela, según ha admitido el presidente Chávez, han ingresado miles de cubanos como médicos o entrenadores, pero también están en las notarías y en la Fuerza Armada. ¿Qué pasará con la relacióncon Cuba si usted llega a la Presidencia? ¿Seguirán los cubanos en la FAN?
—Un periodista de Telesur me preguntó: “Usted va a dejar de enviarle petróleo regalado a Cuba, ¿eso significa afectar las misiones?”. Respondí: “No es cierto, porque estamos dando petróleo a Cuba, pero también estamos pagando por los médicos cubanos”. Lo que quiero decir es que se trata de sincerar la relación con Cuba, como con otros países.

Para tener un amigo afuera no tengo que comprarlo, son relaciones que trascienden a los presidentes. No vamos a dejar de venderle petróleo a Cuba, pero si hablamos del antiimperialismo desde todas sus perspectivas, es inaceptable que exista algún tipo de injerencia en nuestra Fuerza Armada.

Ahí está nuestro mensaje, que llegó a los miembros de la Fuerza Armada, que rechazan la injerencia de cualquier país. No vamos a romper relaciones, pero tampoco podemos ser el país que resuelve el problema de otros. Respecto a Barrio Adentro y los programas sociales, he hablado de mantenerlos y darles rango legal. Hay cualquier cantidad de enfermeras y médicos que pudieran estar trabajando ahí. No tienen por qué ser desplazados.

—¿Qué impacto real tiene su afirmación sobre Petrocaribe y el Acuerdo Energético de Caracas de no regalar más petróleo a otros países?
—Una cosa son los regalos y otra son los acuerdos. No vamos a rescindir los acuerdos. Lo que digo es que en algunos casos tenemos que revisar los porcentajes de descuentos. Una cosa es que te facilite y te dé un descuento de 20%, y otra es que te lo dé de 100%. Te estoy regalando el petróleo. El petróleo ha sido utilizado como una herramienta de relaciones políticas de este Gobierno. Entonces, hay que ser tajante en eso: no vamos a regalar un solo barril de petróleo venezolano. Los convenios con descuentos de 100% vamos a revisarlos, es nuestro derecho.

—Una de las características del Gobierno de Chávez es que se ha metido muy a fondo en los problemas del Medio Oriente y del mundo árabe-musulmán.
—Lo primero es fortalecer las relaciones con los países donde hay democracia, respeto a los derechos humanos, naciones con las que tenemos alguna vinculación. Existen convenios con Irán, con Bielorrusia y son un fracaso. Ahí hay intereses probablemente con agenda política. Esa lucha que tiene el Gobierno con el Norte.

—¿Es partidario de la intervención en Siria?
—Soy partidario de respetar las decisiones de las Naciones Unidas, pero creo que la intervención es el último recurso. En el siglo XXI soy enemigo de la guerra. Soy antiintervención, aunque hay regímenes que muchas veces llevan al último recurso, y ese caso es el de Siria. Cuando tú ves que el Gobierno se coloca contra la población y utiliza las armas contra el pueblo, entonces ahí entra la intervención internacional, sin duda alguna. Chávez habla de la guerra y no tiene ni la más mínima idea. Creo que Chávez ni siquiera combatió en la frontera contra la guerrilla, contra el narcotráfico.

—El Gobierno decidió que Venezuela se retire de la CIDH. ¿Cuál será su decisión al respecto?
—Todavía no nos hemos salido, vamos a ver si nos salimos realmente. La CIDH, las Naciones Unidas, la Constitución y las leyes limitan el ejercicio del poder. Una Constitución establece los derechos y deberes, son las reglas que rigen la convivencia de una sociedad, de un país. A la CIDH no van los ricos a pedir justicia. La Corte tiene sentencias en El Caracazo –que por cierto el Estado venezolano no cumplió– y en el Retén de Catia, por nombrar dos casos. Los afectados no son los que vivían en el Country Club. Venezuela no se va a retirar de los organismos internacionales.

—¿Autorizaría una visita de la CIDH?
—Totalmente. Al asumir la Presidencia, que vengan, necesito ayuda. No voy a tapar la verdad.

—Una de sus promesas es que no despedirá a nadie. ¿Cómo visualiza ese 2013 con un Estado que tiene una nómina sobredimensionada, más aún todo en la industria petrolera?
—Si aumentamos la producción petrolera generamos empleo, no va a estar sobredimensionada. Creo que lo que pudiera pasar es que alguien del Estado pase al sector privado.

—Igual habría una reducción de la nómina.
—No. Eso suena a botazón. No se puede perder un empleo. Tenemos que generar las condiciones para que exista el desplazamiento, como lo hubo en Brasil.

—Con el cierre de los bingos, una cantidad de trabajadores quedó fuera del campo laboral ¿Qué pasará con esa gente?
—Creo que es una actividad que genera empleo y si desarrollamos la actividad turística es un atractivo como en Curazao y Aruba. Sólo tienes que hacer que se cumpla la ley, paguen impuestos y listo. Creo que ahí hay otros intereses. Si este Gobierno pasa raqueta y no se bajan de la mula les tiran los leones y ahí está, los acabaron. Siempre me preguntan que si cuando gane la Presidencia voy a abrir los bingos y casinos, y les digo: mira ahí hay una ley, cúmplasela ley.

—La inseguridad jurídica es un obstáculo para la reactivación de la economía y eso siempre depende del Ejecutivo. ¿Cómo afrontará ese problema?
—Como jefe del Estado, pondré los recursos que sean necesarios para que el sistema judicial funcione. Si ese sistema va a colocar obstáculos para que no sea así, ya veremos las cartas que vamos a jugar, hay cartas políticas. Al sistema judicial le ofrezco apoyo, recursos y estabilidad. A los jueces les ofrezco que no sean provisorios, que estén bien pagados. Ahora, si hay algunos que quieren estorbar, la nueva realidad política se los va a llevar por delante. Entonces, le ofrezco al Poder Judicial todo el apoyo. ¿Quién hace el presupuesto? El Ejecutivo Nacional. Al TSJ le ofrezco respeto. No voy a incurrir en lo que quiero cambiar. Si lo que quiero cambiar es un Gobierno que controla el sistema judicial, no voy a llegar a controlar. Me han preguntado si voy a llegar a vengarme. En un país que tiene tantas necesidades para qué gastar energías en cobrar facturas. Además, no las tengo.

Se levanta y una multitud lo espera a las puertas de la redacción. Entre abrazos, besos y fotos de fanáticos continúa su camino hacia lo que será su “clásico de octubre”.


Control de los colectivos y nuevo modelo policial
Henrique Capriles no tiene dudas acerca de cómo anulará las acciones violentas y polarizadas de los colectivos armados, que operan en varias parroquias de Caracas. “Sencillito. Los colectivos no van a tener más financiamiento del Gobierno. Están al margen de la ley: o deponen o les cae el peso de la ley. Ahí no hay opción: o usted se entrega por las buenas o le va a caer la ley. Para eso son los cuerpos de seguridad, para eso hay una Fuerza Armada, para eso hay organismos de seguridad. No hay otro modo.

—¿Se van a mantener el modelo policial impulsado por el Gobierno y el Ministerio de Servicios Penitenciarios?
—Si hay que mantener el Ministerio de Servicios Penitenciarios, lo mantenemos; lo que interesa es que funcione. Yo asumí un compromiso ante el país: en un año cambiamos las cárceles. Prefiere no decir si privatizará las prisiones, pues teme “que las personas salten”. Pero no duda: “Voy a descentralizar las cárceles”. Sobre el aspecto policial señala que cree en el fortalecimiento de los cuerpos municipales y regionales. “Creo en una Policía Nacional especializada en el combate del crimen organizado, de la delincuencia organizada, cosa que no hay”.

—¿Eso quiere decir que modificará el modelo policial?
—Lo que estoy diciendo es que voy a desarrollar el modelo que está en la Constitución, porque el que impulsa el Ministerio de Relaciones Interiores se está llevando por delante la carta magna. El espíritu de la Policía Nacional era que se ocupara de la delincuencia organizada, investigación, narcotráfico, contrabando.

Bodegas del Estado
El modelo progresista de Henrique Capriles admite que el Estado cuente con  una red de distribución de alimentos, siempre y cuando estos sean producidos en Venezuela.

—¿Es sostenible el modelo del Estado empresario con la Misión Mercal?
—Es interesante que, muchas veces, en algunos pueblos esas redes son el único centro de distribución de alimentos. ¡Ojo con eso! Que el Estado promueva –yo lo hice como gobernador con La Bodega Mirandina– centros de distribución de alimentos en algunos casos beneficia a la población. Recuerda que la Constitución habla de soberanía alimentaria. El Estado tiene que garantizar que los venezolanos se alimenten. Lo que critico de Mercal es que todos los productos son importados.

—¿Cómo se manejará la recuperación de las 3 millones de hectáreas expropiadas?
—Cada expropiación es un caso y cada caso hay que examinarlo. No podemos generalizar con ese tema. Hay tierras expropiadas que ya tienen campesinos ahí. Les he dicho que los voy a apoyar. Les voy a dar el título y al que se le expropió hay que indemnizarlo. Eso es lo que establece la ley, pero no podemos generalizar.

El candidato de la oposición considera que hay mucho por hacer antes de plantear el debate sobre el aumento del precio de la gasolina: “Lo que consideraría inaceptable es que el Gobierno pretenda subir el combustible mientras regala petróleo a otros países”.

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