EXPLOSION DE REFINERÍA EN VENEZUELA. ¿HA POLITIZADO CHÁVEZ DEMASIADO AL PETRÓLEO?
“Venezuela’s Refinery Explosion: Has Chávez Made Petroleum Too Political?”
Por: Tim Padgett
Time Magazine
Cuando en 2007 visité el complejo de la refinería de Paraguaná, perteneciente a la estatal Petróleos de Venezuela, Pdvsa (la segunda mayor del mundo), la ansiedad en el ambiente era como las llamaradas que salían de los mecheros.Los empleados me advirtieron del estado “precario” de la planta. Había un año de retraso en la actualización de tecnología y equipos, y las refinerías estaban operando muy por debajo de su capacidad. Paraguaná “no está a la altura de su diseño original”, me dijo un supervisor, porque a Pdvsa no quería “cubrir los costos”.Los críticos afirmaban que las refinerías, ubicadas en el oeste de la Península de Paraguaná, eran un ejemplo de cómo Pdvsa estaba fallando al realizar inversiones significativas bajo el gobierno izquierdista de Hugo Chávez, quien cada día más desviaba los ingresos de la compañía (que eran 128 mil millones de dólares en 2011) hacia proyectos sociales.Entonces, Paraguaná ya presentaba problemas de seguridad. Un año antes (2006, nota del traductor), tres trabajadores habían muerto en diversos accidentes, que se sumaron a una serie de contratiempos que atravesó la refinería durante la década del 2000, algunos de ellos con resultados fatales.Chávez y Pdvsa confrontaron nuevamente las críticas sobre la inversión y mantenimiento de la industria petrolera. Pero esta vez el Chávez socialista, quien ha gobernado durante 13 años, también irá por una reelección en seis semanas, elecciones en las que se enfrentará a su primer candidato opositor serio.Poco después de la medianoche del sábado 25 de agosto, una explosión de fuego, tras una fuga masiva de gas, mató a 48 personas cerca de la refinería Amuay en Paraguaná, otras siguen desaparecidas. Fue el peor desastre en una refinería en toda la historia de Venezuela y una de las peores del mundo; tomando en cuenta que este país posee la reserva de hidrocarburos más grande del hemisferio occidental.Los venezolanos saben cuán peligroso puede ser el petróleo, pero las horribles muertes del fin de semana reavivan el acalorado debate sobre si Chávez ha utilizado Pdvsa más como un canal de clientelismo político y menos como un motor de desarrollo económico.Chávez y los ejecutivos de Pdvsa, quienes insisten en que se han invertidounos 6 mil millones de dólares en el mantenimiento de la refinería en los últimos años, desestiman con pánico las suposiciones que indican que un sistema de seguridad defectuoso jugó un un papel en la explosión de Amuay, donde ardieron unos tanques de almacenamiento de combustible .Al llegar a Paraguaná, un Chávez convaleciente de cáncer recomendó “no especular” y pidió que se elevase “el espíritu humano por encima de cualquier interés político”.Mientras, los habitantes de las inmediaciones del complejo refinador decían a los medios venezolanos e internacionales que el día antes de la explosión sentían un fuerte e inusual olor a gas sulfuroso; pero Chávez y el presidente de Pdvsa y ministro de Energía, Rafael Ramírez, calificaron esos reportes como un intento “vergonzoso” de los opositores para politizar la tragedia.Calamidades relacionadas con petróleo y gas no son únicas de la era Chávez en Venezuela. Su archienemigo, los EE UU , ciertamente han tenido también su cuota mortal de explosiones de refinerías; por no mencionar el desastre petrolero de la plataforma de BP que mató a 11 trabajadores frente a las costas de Luisiana en 2010 y produjo uno de los peores derrames de petróleo de la historia.Los críticos afirman que esto ha pasado por los esfuerzos del Gobierno en mantener la producción de petróleo en niveles más bajos, con precios más altos, y por el empeño de redirigir los prodigiosos ingresos petroleros de Venezuela hacia los ciudadanos más pobres.Pero la preocupante regularidad de los incidentes ocurridos en Venezuela, durante la última década,inevitablemente suscita acusaciones de que Chávez ha debilitado a la que fue una de las más respetadas corporaciones petroleras del siglo XX.Por supuesto, antes de que Chávez asumiera el poder en 1999, los venezolanos también consideraban a Pdvsa como una cueva de tecnócratas arrogantes y mimados, y una caja chica para la élite cleptocrática del país, cuya épica corrupción dejó a más de la mitad de la población en la pobreza. Después de que Chávez llegó al poder, en 2002, una temeraria paralización casi completa de Pdvsa, realizada por directivos y trabajadores anti-Chávez costó a la economía venezolana alrededor de 7 mil millones de dólares.Pero el despido que hizo Chávez de 19 mil empleados, la mitad de la fuerza laboral de la petrolera, fue igual de perjudicial y desató una caída en la productividad de la industria y en la salud de la infraestructura. En aquellos días, Pdvsa, que había estado bombeando 3,2 millones de barriles de crudo al día, pasó a producir hoy en día 2,7 millones (más del 40% de esos barriles se exportan a los EE UU, a tal punto que Venezuela representa el 10% de las importaciones de petróleo a la nación norteamericana).Todo esto, como he dicho, es digno de admiración siempre y cuando usted también atienda adecuadamente el negocio de la producción de petróleo y refinamiento. En este punto la mayoría de los analistas están de acuerdo que esto se ha convertido en un gran problema para Pdvsa.Mientras tanto, Pdvsa se ha convertido tanto en una agencia de bienestar social como en una petrolera que administra y financia decenas de miles de millones de dólares en los programas de lucha contra la pobreza, como parte del “derecho a establecer las condiciones de la globalización, por una vez, a favor de nuestro pueblo,” tal y como me dijo Ramírez una vez.Venezuela, donde la inflación es una de la más altas del mundo, necesita especialmente inversión y desarrollo en equipos complejos para extraer y procesar el crudo pesado, particularmente en el sur de la Faja del Orinoco. Pero Pdvsa invierte sólo el 1% de sus ingresos en esta actividad, y eso suponiendo que los proyectos de inversión no estén detenidos. En comparación, otras empresas petroleras más grandes invierten un 3% de sus ingresos en dicha tecnología.Chávez, por su parte, ha puesto aún más presión sobre las finanzas del sector energético pues ha aumentado el gasto social en un tercio para ganarse el favor de los votantes, antes de las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012.Al mismo tiempo, la inversión extranjera ha sido enajenada, si no directamente expulsada. Las acusaciones de corrupción van en aumento, al igual que la deuda de Pdvsa. La capacidad de refinación se ha reducido tan drásticamente que ahora Venezuela importa gasolina, y a la par Chávez pródigamente subsidia los precios del combustible en su país (un galón de gasolina cuesta menos de 15 centavos de dólar); lo que motiva el tráfico, que arroja grandes beneficios a los contrabandistas.Al mismo tiempo, Rafael Ramírez exige lealtad absoluta de los empleados de la estatal hacia Chávez y su Revolución Bolivariana. Es un recordatorio de que en Pdvsa las cosas se tratan tanto de la política como del petróleo.Por lo tanto, ahora suenan más que hipócritas las advertencias de los chavistas proferidas al candidato opositor Henrique Capriles, y a sus seguidores, de que no politicen el desastre de Paraguaná.Los propios archivos de Pdvsa hacen eco de lo que oí hace cinco años en mi visita a Venezuela: el mantenimiento programado para Amuay en 2011 nunca fue terminado.Y como si se quisiera cambiar el tema, mientras se extinguían las llamas en Amuay, el vicepresidente Elías Jaua hizo este lunes uno de los comentarios políticos más fuertes al afirmar (en su cuenta de twitter, nota del traductor) “Nosotros asumimos nuestra responsabilidad. Lo que si no fue un accidente, fue paralizar la refinería en 2002. El evento más grave de Amuay fue en el 2002, por decisión política, entre otros de Henrique Capriles”.
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