miércoles, 28 de noviembre de 2012


COLOMBIA: ¿PAZ O SOBERANÍA?


LEANDRO AREA

Las actuales conversaciones de paz en Colombia cuentan con el apoyo, entre otros, del gobierno de Venezuela, encabezado por Hugo Chávez, quien ha sido reelecto para ejercer la Presidencia entre 2013 y 2019. El análisis no descarta la posibilidad de especular sobre el hecho de que el candidato in pectore del gobierno colombiano en los comicios presidenciales pasados, fuera Chávez. La permanencia de este actor en el poder constituye tal vez factor determinante, en el corto y mediano plazo para el éxito del proceso de paz en razón de los vínculos públicos y los non sanctos que mantiene con la guerrilla colombiana y con el propio gobierno del vecino país.

Algunos pensaron, querubines, que el recibimiento de Henrique Capriles por parte de Santos durante la campaña electoral, era una muestra de apoyo a esa candidatura y casi que un anuncio de victoria. Cohetes sonaron. Nada más distante de la verdad. Jugada concertada, ¿con quién?, y elemental del que quiere aparentar amplitud democrática pero que, por encima de esas minucias éticas retardatarias,  calcula zamarro y actúa rápido y pragmático frente a lo que parecía podía ocurrir; y así ocurrió. En todo caso, “para curarnos en salud y que no vayan a decir después”, bienvenido sea. Chávez, él tan iracundo de costumbre, ni se dio por enterado. Fue un desplante. Obedientes, nadie en su gobierno se alteró. El otrora Vicepresidente Elías Jaua declaró que esta visita formaba parte de la cultura democrática. ¡Caramba! Lo cierto es que Chávez sigue en el poder y Santos lo considera un comodín para ser usado, entre otros tejemanejes, en su aspiración a la reelección, que es el fantasma que hoy recorre a América Latina,”ahora me toca a mí”, si es capaz de manejar con inteligencia y suerte, la trama de la paz, entre otros asuntos.

Pero mire su merced que de pronto ha caído, como balde de agua helada, el fallo “salomónico” de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, concediéndole a Nicaragua espacios sobre los cuales Colombia ejercía histórica pero exagerada soberanía lo que mantiene al país, sobre todo a los isleños, en una situación de incertidumbre, y no se diga de los nicaragüenses que, al revés, andan brincando en una pata. El foco de atención parece pues no ser sólo la paz.

Como se sabe, el gobierno de Nicaragua es petro-amigo del venezolano, con el cual comparte además de ideología, intereses geoestratégicos también en el Caribe. ¿Cuál será la posición de Venezuela si Colombia no acepta el fallo? ¿Cuál la de los Estados Unidos? ¿Y los cubanos? ¿Y los rusos? ¿Y los nicaragüenses? ¿Cuál es la sensibilidad de la Fuerza Armada colombiana ante este nuevo escenario? ¿Cómo queda la popularidad del Presidente Santos? Panorama confuso. Apuestas difíciles. Uribe se asoma. Chávez se oculta. Santos baraja cartas.

Lo cierto es que hay una nueva realidad de la que hay que estar pendientes por lo que de ella nos pueda salpicar todavía más. Paz y soberanía: mezcla explosiva.

@LeandroArea

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