sábado, 24 de noviembre de 2012


¿Nuestro Norte es el Sur?




Freddy Ríos Ríos / José López Soto

La  política “nuestro norte es el sur”, constituye, castración de la política comercial y dependencia de los intereses geopolíticos de esas economías quienes definitivamente tienen otros intereses.



El 12 de agosto de 2012 Venezuela pasó a ser miembro pleno del MERCOSUR. La carencia durante 14 años, de una política comercial institucional, ha devenido en privilegiar foros políticos como la ALBA y UNASUR. Desde la denuncia del Tratado del Grupo de los 3 y del Acuerdo de Cartagena, pareciera que se alcanzó el objetivo de convertirnos en socios obligados de los países del sur del hemisferio, lo cual no es una herramienta eficaz de inserción en la denostada mundialización.
A partir de 1994 los acuerdos comerciales multilaterales sentaron bases jurídicas para una nueva legalidad del comercio internacional. Desde entonces se dio una profundización en todas las regiones del “spaghetti bowl”, buscando la inserción en acuerdos competitivos, la proliferación de tratados de libre comercio y una acelerada carrera de convergencia, desde el bilateralismo, pasando por integración abierta, hasta construcción de uniones aduaneras y mercados comunes. La globalización vino para quedarse.
La Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), el Arco del Pacífico Latinoamericano y la Alianza del Pacífico, son ejemplos claros de hacia donde apunta la inserción económica.
Latinoamérica ha intentado construir, bajo el paraguas de ALADI, bloques como el Mercosur, la CAN, y numerosos Acuerdos de Alcance Parcial. Pero para Venezuela la integración no ha funcionado, por falta de voluntad política, o falta de visión de los actores económicos.
La política “nuestro norte es el sur”, constituye, castración de la política comercial y dependencia de los intereses geopolíticos de esas economías quienes definitivamente tienen otros intereses.
Una política comercial moderna implica un cambio de paradigma, la realidad económica internacional marca que nuestro norte es el oeste, donde están APEC y ASEAN. En términos generales APEC significa el 40% de la población mundial, 44% del comercio mundial y 55% del PIB mundial. Quiérase o no, el mapa del comercio mundial tiene esa marca inconfundible. Colombia. Perú, Chile y México, avanzan con toda claridad en la Iniciativa del Pacífico. El caso Peruano adquiere fundamental relevancia por cuanto su crecimiento está sustentado en las exportaciones, de las cuales un 55% aproximadamente, se dirige a los países de APEC, 16% a la Unión Europea, apenas 9% al MERCOSUR y un 8% a la CAN; el resto a otros países. Al contrario, Venezuela será cada día más un país importador, por la autarquía que encierra el concepto de desarrollo endógeno.
Todas las reflexiones apuntan hacia los BRICS. Rusia, India y la China, cabalgan en el escenario del Pacífico. La ausencia de visión global nos separó de la CAN y del G3, que eran puertas geo-estratégicas claves para acceder al Pacífico. Sostener que nuestro norte es el sur es un contrasentido histórico, voluntarismo económico. La realidad inocultable es que nuestro norte es el oeste.

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