martes, 27 de noviembre de 2012


LOS RITMOS DE LA LUCHA


Pompeyo Márquez

Debemos terminar esta fase electoral lo mejor posible para lo cual tenemos que concentrarnos en el respaldo a los gobernadores, tal como lo hace hoy Ledezma y tratar de ganar el mayor número de gobernaciones derrotando a los candidatos paracaidistas enviados por el autócrata. No olvidar que vivimos una autocracia militarista con pretensiones totalitarias al estilo cubano. En otras palabras: el autócrata intenta copar totalmente al mapa venezolano y teñirlo de rojo. Impedir esta pretensión apoyada en su victoria basada en el ventajismo oficial, la coacción y el chantaje contra los servidores públicos y los beneficiarios de las misiones, y considerando el peso del Estado a su favor. Un 45 por ciento de los votantes se sobrepuso a todas esas adversidades.
Hay que hacer un esfuerzo por superar la votación de la disidencia,  Ya obtuvimos una victoria en las parlamentarias con el 52 por ciento de los votos. El sentimiento de cambio es mayoritario pues abarca a sectores del chavismo, no subestimemos que éste no es homogéneo, que en su seno se mueven las más variadas influencias políticas e intereses.
Esas gobernaciones servirían de punto de apoyo para enfrentar en condiciones más favorables la imposición del Estado Comunal que busca destruir la República Civil, eliminar la descentralización y el voto directo universal y secreto. En una palabra: terminar de aplastar a la Constitución que es la que rige la convivencia de los integrantes de un país civilizado. Una mitad de la población no debe tratar de imponer a la otra mitad un nuevo régimen de vida.
Luis Villorio, en su excelente libro “El Poder y el Valor –Fundamentos de una ética política”, recomienda: “La sabiduría política consiste en precisar con la voluntad esos cambios, de manera de evitar a la vez la inercia y el desgarramiento”. Y subraya que las sociedades no marchan a saltos, lo cual se une a otros clásicos que asientan que toda sociedad se plantea tareas muy específicas al momento que vive.
Es por tales razonamientos que estamos en la obligación de comprender este momento, y su tarea específica. Y comprender que muy pronto, al comenzar  el próximo año entraremos en una nueva situación que nos inducirá a reestudiar al país y a nosotros mismos, a comprender al venezolano de nuestros días y cómo tratarlo. Y las nuevas políticas que habremos de utilizar para enfrentar a  esta tendencia al totalitarismo cubano, justamente cuando éste se encuentra en un inicio de determinados cambios que dejarán al chavismo como  un anacronismo no sólo de América Latina sino del mundo.
Algo que consideramos permanente a lo largo de esta lucha es la conservación de la unidad, estudiando sus nuevas características y sus nuevas tareas. Una unidad que esté presente en los combates sociales y políticos de este nuevo período y que debe estar fundamentada en una pequeña plataforma política donde la conquista de la República Civil, de la democracia, de la libertad esté estrechamente vinculada con la justicia social. Está más que demostrado que ninguna fuerza, ni ninguna personalidad, por sí solas están en capacidad de vencer a la autocracia millonaria. Se necesitará de la unidad más amplia, sin perder su profunda fisonomía democrática y de equidad. Hay valores que son irrenunciables y ellos deben ser desplegados ante la opinión pública para crear conciencia movilizadora. Nada es eterno, estas autocracias personalistas se desploman tarde o temprano, así lo dice la Historia. Cuándo y cómo son los problemas a resolver. Y lo digo no como frases de ocasión, sino hablando con el mayor  realismo.

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