¿Comercio exterior o escasez de divisas?
MAXIM ROSS |
EL UNIVERSAL
El gobierno bolivariano vuelve a equivocar el foco de sus políticas económicas con las decisiones de crear el Centro y la Corporación de Comercio Exterior, asumiendo que el razonamiento expuesto para crearlas sea verdadero, porque la otra posibilidad, a la cual nos tiene acostumbrada la "revolución" es a esconder sus verdaderos objetivos. No en balde el edificio socialista se construyó sobre medias verdades, cuando Chávez igualó sus triunfos electorales a la aprobación del socialismo.
No hay un problema de comercio exterior
Desde el momento en que los recursos petroleros fueron utilizados para propósitos distintos a los de la industria, no para hacerla crecer, mantener sus mercados o aumentar la producción no hay un problema de comercio exterior, sino uno petrolero. Los ingresos de Pdvsa se han mantenido gracias al nivel de los precios internacionales, pero las entregas al BCV han mermado paulatinamente, debido al peso a la factura Petrocaribe, la cancelación de los préstamos chinos y otros detalles que narro de inmediato.
No existe, entonces, un problema de comercio exterior y si de una consistente escasez de divisas, en tanto que se han transferido al Fonden US$ 105.000 millones y Pdvsa gastó en desarrollo social, electricidad y vivienda US$ 73.000 entre 2005 y 2012, esto es, un total de US$ 178.000 millones que fueron convertidos a bolívares y, si se puede decir, fueron "quemados" en el mercado nacional. No hay, repito, un problema de comercio exterior, si de escasez de divisas que no se va a resolver por más centros y corporaciones que creen.
Si hay un problema de comercio exterior
Puede extrañar que ahora afirme lo contrario porque, obviamente, si existe un tema de comercio exterior, pero no el que el gobierno alega. El hecho de que Venezuela, a estas alturas del siglo, esté dependiendo completamente del ingreso petrolero y no haya roto con el "modelo rentista", a pesar de las reiteradas declaraciones oficiales, tiene que ver con su deliberada política de destrucción del aparato económico privado y, en especial, con su conducta frente a las exportaciones privadas, cuestión que he tratado en artículos anteriores, pero que aquí cobra relevancia porque uno de los objetivos del Centro y la Corporación es fomentar las exportaciones no petroleras.
Digo, entonces, que si hay un problema de comercio exterior en el sentido de que, por una parte, no existen condiciones de ningún tipo para que crear una corriente exportadora privada de largo aliento y sostenible. Y no se va a desarrollar por más créditos, promesas y subsidios se otorguen en un ambiente de hostilidad contra los negocios, el comercio y la producción.
Por otra parte, en el enorme e inexcusable nivel de las importaciones influye el reiterado tema del "dólar barato", extensamente denunciado por economistas y gremios, pero más que eso, por una deliberada e improvisada política de resolver el tema de la escasez a fuerza de importar del exterior, con un elevado gravamen para la producción nacional. ¿Eso se va a resolver centralizando las operaciones
internacionales?
Del monopolio al libre comercio
Finalmente, apelo a la historia y la experiencia y pasan por mi mente las empresas más representativas del mercantilismo en su mejor época: la Compañía Guipuzcoana, la de las Indias Orientales y la de las Indias Occidentales, todas ellas emblemáticas de aquella era en la cual el Estado y el Comercio eran una sola cosa: la mejor expresión del colonialismo, tan duramente criticado. Frente a ello, la tesis que irrumpió contra ellas, incrementó el comercio a magnitudes insospechables y acabó con la hegemonía de los poderes imperiales de la época, España y Portugal, fue el libre comercio.
Por otro lado, si se observa la experiencia de los antes países comunistas encontramos el abandono de esas políticas y su progresivo encuentro con el libre comercio y la globalización. El gobierno, como en todo, va en el sentido contrario con la creación de ese par de entidades, a sabiendas, porque lo saben, que no hay un problema de comercio exterior, sino de escasez de divisas. Una inconmensurable brecha entre la oferta y la demanda.
Maxim Ross
maximross@cantv.net
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