SERGIO MEINICK
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Ya van varias semanas en las que finalmente el mundo ha tomado conciencia de lo que es el marxismo autoconfeso gobernando un país latinoamericano. Un país que sigue los lineamientos de la revolución cubana al pie de la letra. Un país que, de hecho, financia a Cuba con su petróleo y otros recursos. La defensa de que Venezuela es democrática hoy no es realmente determinante, ya que ser elegido por votación no significa necesariamente ser democrático. Hitler también fue elegido. En la democracia real se respeta al adversario y, en especial, el Estado de Derecho, lo que no parece ocurrir en Venezuela (menos en Cuba ).
Por mucho que le moleste a una buena parte de la izquierda chilena,Venezuela ha cometido exactamente los mismos errores que el Chile de la UP. Gobiernan formalmente sólo para su sector, no para el país (como lo declaró Allende públicamente); son absolutamente incompetentes en el manejo de la economía y culpan de los problemas a sus adversarios; atacan o cierran a los medios de comunicación opositores; fomentan sistemáticamente el odio, predican la lucha de clases y denuestan a sus adversarios con grueso lenguaje; buscan todos los resquicios legales posibles para abusar del poder Ejecutivo, etc.
Es casi impensable que un país petrolero, con el barril a US$ 100 o más, esté literalmente quebrado, tal como ocurrió en Chile usando exactamente las mismas políticas económicas. La inflación en Venezuela está desatada, no hay divisas, hay escasez de alimentos y otros productos básicos, no hay crecimiento, la deuda es casi impagable, etc. Por cierto, el gobierno de Nicolás Maduro culpa a la derecha acaparadora y a la CIA de un complot, lo mismo que hizo la UP.
Es absurdo y ridículo el expediente majadero de acusar a todos sus opositores, incluyendo a los estudiantes, de ser fascistas empleados de la CIA (algo típico del lenguaje castrista). Es simplemente ridículo, pero es el mismo discurso que utilizan el PC chileno y una buena parte de la izquierda. De hecho, el PC apoya hoy formalmente las atrocidades de Maduro e insiste en la desfachatez de que Cuba es plenamente democrática. Igual ocurrió con Alemania Oriental y la URSS, países que la izquierda siempre apoyó. La FECh ha dado un triste espectáculo apoyando la represión de Maduro y no a los estudiantes que protestan. Para qué hablar de la ACES, que aún son niños que opinan sobre estos temas como si entendieran algo.
En la Nueva Mayoría, la mayor parte de la DC ha sido categórica en condenar lo que ocurre hoy en Venezuela (y Cuba, por cierto), lo que genera un grave conflicto al interior de esa coalición. Por cierto, Bachelet no ha hecho pronunciamiento alguno en la materia. Quizás no corresponda aún, pero tampoco lo ha hecho acerca de la tremenda falta de prolijidad en sus nombramientos.
Respecto de Venezuela, es importante reiterar que no se gobierna con sólo buenas intenciones, sino con seriedad y calidad de políticas públicas. No es lo mismo querer mejorar el transporte público, que implementar un Transantiago. Es fácil hablar de la pobreza, difícil disminuirla (es más, aumentó en el primer período de Bachelet).
Seriedad y calidad de políticas públicas es lo que no tiene Venezuela , que va en rumbo de colisión evidente. El país está con hambre, con alta inflación, paralizado, desabastecido y polarizado. En mi opinión, se viene alguna forma de autogolpe del chavismo, que ya controla a las FF.AA. Será interesante ver cómo reaccionará el gobierno de la Nueva Mayoría frente a un escenario de esa naturaleza o un agravamiento del actual. Será difícil pasar “piola”, como lastimosamente lo ha hecho la OEA dirigida por Insulza hasta ahora.
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